La Jornada 2 de enero de 1998

A revisión, expedientes de jueces y legistas

Humberto Ortiz Moreno Ť Basado en el caso de un juzgador que dejó ocho años sin proceso a un indiciado y que actualmente, cesado del cargo, está en litigio con el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), el Poder Judicial capitalino hará más rígidos sus mecanismos de selección de jueces al advertirles de entrada: ``aquí no vienes a lucrar ni a conseguir dinero fácil para hacerte rico, sino a servir a la justicia''.

Quien fuera encargado del juzgado 20 de paz ganó ya un amparo, pero el TSJDF pidió la revisión y ahora la resolución está en manos de las autoridades federales.

En este contexto, el presidente del organismo, Jorge Rodríguez y Rodríguez, anunció que este año quedará listo un paquete de reformas estructurales para simplificar las leyes y hacerlas accesibles al pueblo, principal destinatario de ellas y no tanto para funcionarios, doctores en derecho, abogados o pasantes.

La propuesta incluye también duplicar (de 36 a 72) el número de juzgados de paz, porque a partir de la crisis ha crecido la cifra de demandas por esta vía. Asimismo, pugnó por establecer una industria penitenciaria que permita la real adaptación del interno a la vida productiva en la sociedad, como el fin de la sentencia que el juez emite y no propiamente por el castigo en sí mismo.

En tanto, como parte de los cambios en la procuración, impartición y administración de justicia en la ciudad, el gobierno capitalino revisa la actuación y expedientes de los 36 jueces cívicos y médicos legistas adscritos a las agencias del Ministerio Público, en virtud de que se han convertido en filtro para dejar en libertad a hampones que mediante sobornos burlan la acción judicial.

El caso ya está en la Dirección Jurídica del gobierno capitalino y es una de las principales preocupaciones de los mandos policiacos que cotidianamente atestiguan cómo remiten a sus detenidos, el MP los pasa a dichos funcionarios y éstos a cambio de cierta suma de dinero, los ponen en las calles sin averiguación de por medio y en muchas ocasiones de común acuerdo con los doctores. Un asunto reciente fue el de los tres obreros atropellados por el ex futbolista Gonzalo Farfán, quien pese a su estado de ebriedad quedó en libertad al ser alterado el dictamen del médico legista.

Los recursos, necesarios

Para Rodríguez la nueva fase depende del dinero disponible este año; de no ser suficiente, lamenta, la regla será ``que nadie trabaje más allá de lo que soporte normalmente en una jornada de ocho horas...''.

El presupuesto del TSJDF para 1998 es de 930 millones 659.3 mil pesos, 500 millones menos de lo que requiere para funcionar bien y duplicar su capacidad de respuesta.

Consciente de que la situación del país y de la ciudad es difícil, considera que la justicia es prioritaria para la paz y la armonía. ``Necesitamos mejores jueces, capacitarlos, impregnarles el espíritu de servicio. Requerimos de instalaciones amplias. Ahora tenemos, por ejemplo, juzgados civiles muy reducidos. Queremos que el público que viene, litigantes, jueces y personal, tengan un lugar decoroso que merecen. La justicia es una virtud que se realiza a través de la independencia jurisdiccional para darle a cada quien lo que corresponde...''

En entrevista efectuada en su oficina, Rodríguez aclara que no todo es problema de recursos, sino de una mejor selección de la gente del organismo, de modo que sean los más capacitados jurídicamente desde las aulas universitarias, que luego hayan pasado por el instituto de capacitación y que finalmente queden empapados de un espíritu de servicio a prueba de corrupción.

``Les presentamos un panorama sincero: aquí no te vas a hacer rico, es la primera norma que debes tomar en cuenta. No vienes con espíritu de lucro, sino a servir dentro del campo de la justicia. Si quieres lucrar, vete por el camino del comercio o el que más te convenga. Aquí venimos a aliviar el dolor humano que representa una injusticia...''

Sin desconocer las necesidades de mayores ingresos del personal del TSJDF, el funcionario se pregunta cómo es posible que ``nosotros antepongamos un sueldo a si usted ha sido privado de la propiedad o está comprometida su libertad''. Primero, postula, es preciso dar el servicio que requiere la justicia y después buscar sueldos justos, porque sin justicia ``no se puede vivir''.

Trámites más sencillos

Rodríguez y Rodríguez considera que es en materia de procedimientos donde deben aplicarse cambios inmediatos a través de la simplificación administrativa para que se implante un proceso único, con trámites sencillos y que todos los entendamos.

Y es que ahora las leyes están más dirigidas al jurista, al doctor en derecho o al universitario y no al pueblo que debe entenderlas para cumplirlas. ``Hay que buscar sencillez en la norma junto con principios de equidad y justicia con que debe estar imbuido todo el sistema...''

En lo relativo a la estructura del tribunal, juzgó que debe tener una carga suficiente de trabajo para que cada quien realice su función con la reflexión y la serenidad necesarias para verdaderamente obtener un fallo apegado a la verdad, que es el principio de la justicia. Al mismo tiempo se manifestó por la adecuación de penas, de acuerdo con el delito cometido y el daño causado, a la par de la restructuración de la readaptación social para que sus normas vayan en el camino del trabajo y la capacitación en reclusorios, a través de una industria penitenciaria que sea el fin último de la administración de justicia.

Pero para los casos insolubles, el ministro pide ``la segregación, para evitar que la enfermedad derive en peligro de contagio''.