Escalada militar en Chiapas; los patrullajes serán indiscriminados
Juan Balboa, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 2 de enero Ť La Séptima Región Militar informó hoy que los patrullajes y retenes se incrementarán y ``serán intensivos'', principalmente en las tres regiones consideradas de conflicto: Selva, Norte y Altos de Chiapas, donde hay una fuerte presencia del Ejército Zapatista.
En tanto, se pudo apreciar que en la zona cercana al Aguascalientes de Oventic hay una mayor presencia de vehículos militares, mismos que comenzaron a llegar desde ayer.
Los voluntarios de los campamentos civiles por la paz, quienes se encontraban en el lugar, abandonaron Oventic a petición de la dirigencia zapatista, pues temen que los principales Aguascalientes --construidos desde 1995-- sean ``invadidos'' en los próximos días por los militares con el pretexto de buscar armas, como en febrero de 1995.
Por otra parte, la dirigencia de la organización indígena ARIC-Independiente confirmó hoy que el Ejército Mexicano instaló ocho retenes militares alrededor de las principales cañadas del municipio de Ocosingo, y mantiene registros permanentes a las personas que viajan por el lugar.
Los militares tienen los nuevos retenes permanentes en poblados indígenas de Monte Líbano, San Caralampio, San Miguel, La Península, Jordán, Las Tacitas, Betania y La Soledad, todas ellas ubicadas en las cañadas de Agua Azul, Patihuiz, Avellanal y de Las Tasas.
Porfirio Encinos, uno de los principales dirigentes de la ARIC-Independiente, aseguró que los militares tienen cercadas todas las salidas de las cañadas y la revisión a las personas es minuciosa y muchas veces incluso ``agresiva''.
Los patrullajes se han triplicado
La mayoría de los retenes de Ejército federal se encuentran en zonas donde habitan simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El líder de ARIC señaló que los campamentos se han reforzado desde hace diez días y los patrullajes castrenses se triplicaron en las cañadas de Ocosingo, uno de los municipios más importantes de la llamada zona de conflicto.
Las informaciones hechas públicas por las organizaciones indígenas indican que en los municipios de Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas y Palenque existen unos 20 retenes instalados recientemente por los militares. En los últimos cuatro días, pero principalmente el 31 de diciembre y 1o. de enero, se observó un movimiento ``inusual de tropas'', sobrevuelos e incremento hasta de un 15 por ciento del número de efectivos en los campamentos militares.
Organizaciones indígenas y organismos de derechos humanos de Ocosingo señalaron que el pasado jueves, por lo menos 40 camiones del Ejército federal se movilizaron hacia el campamento de San Quintín, ubicado a escasos kilómetros de la comunidad zapatista de La Realidad, y unas dos docenas más se trasladaron hacia el norte del citado municipio.
Representantes de organizaciones que integran la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo, señalaron que el Ejército federal aumentó sus patrullajes en varias de las cañadas del municipio y sus tropas fueron acuarteladas desde hace más de cinco días.
Las organizaciones indígenas expresaron su preocupación por el aumento de las tropas en la zona de conflicto y dijeron que temen una nueva embestida militar, parecida a la realizada en febrero de 1995, en contra del EZLN.
De acuerdo con información entregada por las propias comunidades indígenas a la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), el Ejército Mexicano mantiene en todo el territorio chiapaneco 3 zonas militares (31, 36 y 39), 12 cuarteles, 76 campamentos, 3 cuartelillos, 11 retenes permanentes, 25 retenes intermitentes, 6 cuarteles generales y 3 bases de operaciones de la Marina.
Los registros de la Conai coinciden en que Ocosingo y Las Margaritas son los lugares más militarizados del estado de Chiapas, y en donde hay por lo menos seis corredores castrenses ubicados, generalmente, donde existen o se han construido carreteras y caminos rurales
Juan Balboa, corresponsal, Polhó, Chis., 2 de enero Ť Después de intentarlo dos días consecutivos, el Ejército Mexicano instaló hoy un campamento con 50 soldados por lo menos, sobre la toma de agua que utilizan los mil 300 habitantes de la colonia de desplazados de X'oyep.
Esta mañana, los militares fueron obligados a abandonar la comunidad, ante el rechazo de los indígenas que les exigían a gritos ``desaparecer'' del lugar, porque sólo acarrean ``muchos males'' como prostitución, alcoholismo, división y droga.
A las 11 horas, una valla de mujeres indígenas impidió que los militares llegaran a X'oyep, el segundo lugar de refugio en donde se concentra una parte de los desplazados por la violencia en Chenalhó. Bajo la presión de las mujeres, los uniformados se replegaron varios kilómetros hacia el poblado de Yabteculum. El Consejo Autónomo de Polhó denunció que los soldados arrojaron al suelo algunos de los alimentos, principalmente huevos, que iban a entregar a los desplazados.
El Ejército Mexicano hizo una segunda intentona a las 15 horas, con idénticos resultados. Poco antes del anochecer, las tropas plantaron sus tiendas de campaña finalmente a las orillas de la comunidad de X'oyep, cerca del manantial.
El Ejército Mexicano ha sido rechazado por las autoridades y los habitantes de los dos principales centros de refugios en Chehalhó: Polhó y X'oyep. El pasado 30 de diciembre, el Consejo Autónomo evitó que unas dos docenas de militares penetraran a la población y se negaron a permitir su presencia. Una media docena de unidades militares permanecen desde ese día a las afueras del poblado.
Mientras tanto, organismos humanitarios mantienen alrededor del campamento de desplazados de Polhó una ``alerta sanitaria'' y acordaron con el Consejo Autónomo solicitar la ayuda ``oportuna y valiosa'' de la Cruz Roja Mexicana.
En una solicitud formal entregada al representante de la Cruz Roja Internacional en México, los organismos señalan que a raíz de los actos de violencia ocurridos en Chenalhó existe preocupación porque los servicios gubernamentales de salud han provocado desconfianza y su consecuente rechazo, sobre todo cuando se intenta proporcionarlos por medio el Ejército federal en las comunidades de desplazados.
Por eso, solicitaron a la Cruz Roja Internacional su presencia en los centros de refugio como ``garantía de la ejecución permanente'' de los servicios de salud