Asesino y ladrón, liberado por ser ``un moderno Robin Hood''
Bertha Teresa Ramírez Ť El homicida del estadunidense Peter John Zarate fue dejado en libertad por la juez 49 de lo penal, María Claudia Campuzano, quien juzgó que el homicida confeso ``es un moderno Robin Hood, que no sólo roba y reparte lo que obtiene del robo, sino que da dinero de más a sus compinches sin obtener ganancia alguna''.
El presunto asesino de nombre Alonso González Sánchez, alias El Choqui, fue detenido el 30 de diciembre por la Policía Judicial durante un operativo realizado dentro del programa de investigación de asalto en taxis impulsado por la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal.
Ante el Ministerio Público, El Choqui y otros sujetos confesaron su participación y responsabilidad en el asalto y homicidio y describieron con todo detalle las circunstancias de los ilícitos en el que robaron 100 dólares a la víctima. La Procuraduría informó que a los presuntos responsables se les encontraron diversos objetos y vehículos, entre ellos el taxi ecológico en el que presuntamente cometieron el ilícito, en ese momento dichos sujetos también confesaron haber participado en aproximadamente 50 asaltos más.
Al poner en libertad al presunto homicida, la juez Campuzano Caballero desestimó las confesiones de los presuntos responsables por ``inverosímiles'', a pesar de que reconoció expresamente que en dicha confesión no medio coacción o violencia alguna.
La resolución de la juez, emitida el pasado 2 de enero, provocó que ayer domingo la PGJDF manifestara su inconformidad con dicha determinación, en virtud de que existen elementos probatorios amplios y suficientes para decretar la formal prisión de los inculpados, dada su ostensible peligrosidad social, la gravedad de los hechos, la existencia de confesiones de cada uno de ellos en las que reconocieron haber participado en el crimen y haber privado de la vida a Peter John Zárate, así como diversos elementos de prueba que resultaban suficientes para procesar a los detenidos.
La procuraduría informó que además de inconformarse con la resolución por los medios legales, de acuerdo con sus facultades continuará la persecución de las probables conductas criminales de los inculpados e iniciará la investigación de las responsabilidades tanto policiales y ministeriales como judiciales que puedan resultar de un hecho tan grave como la de haber determinado la libertad de los presuntos responsables del crimen.
La PGJDF hizo un extrañamiento a la juez, ya que en su resolución no sólo dejó en libertad a los presuntos responsables, sino que además condena a la cónyuge de la víctima, ``ya que la juez asegura que esta ha ocultado información a las autoridades y que siendo ciudadana estadunidense, tal hecho constituye el delito de perjurio en su país''.
De la misma forma, la Procuraduría General de Justicia del DF se inconformó con la postura de Campuzano Caballero, quien condenó al señor Gregory Duerksen, quien era compañero de trabajo de la víctima y amigo de la familia, acusándolo de obstruir a la justicia mexicana y ocultar evidencia por estar fuera de la ciudad de México, lo cual indica la Procuraduría es falso porque Gregory sí compareció en la integración de la averiguación previa, y por haber entregado a la familia el teléfono celular que portaba la victima.
Con base en elucubraciones irrelevantes sobre las garantías individuales en el ordenamiento jurídico mexicano y el derecho civil de EU, ``la juez elevó al presunto homicida confeso de haber deflagrado el disparo homicida, a la categoría de víctima después de reducir arbitrariamente a la esposa del señor Zárate a la categoría de delincuente''.
La PGJDF criticó que la juez acuse a los medios de comunicación nacionales y extranjeros, de fabricar el móvil de robo en el homicidio, ``argumentando que a la víctima no le robaron todas sus pertenencias. En efecto, la resolución judicial sostiene que no pudiéndose afirmar que el móvil de tal violencia haya sido el de robarlo, pues la causa de su muerte pudo ser cualquier otra''.
El 15 de diciembre pasado, Peter John Zarate Junghans fue acribillado por varios sujetos poco después de haber sido asaltado cuando se dirigía a su domicilio. Los hechos ocurrieron la tarde de ese día cuando el estadunidense abordó un taxi para dirigirse a su casa en la colonia Irrigación. Al llegar a las calles de Cervantes Saavedra y Presa del Azúcar, el conductor detuvo la marcha y dos sujetos más abordaron el vehículo; uno de ellos forcejeó con Peter John, sacó un arma de fuego y le disparó privándolo de la vida. Poco después los sujetos abandonaron el cuerpo en la cinta asfáltica