La Jornada 6 de enero de 1998

Toman en el DF dos radioemisoras y la Bolsa

Alma E. Muñoz, Roberto Garduño, Elia Baltazar y Bertha Teresa Ramírez Ť Un grupo de 32 encapuchados del Frente Zapatista de Liberación Nacional ocupó por casi tres horas las instalaciones radiofónicas del Grupo Imagen, sede de las estaciones Pulsar FM y Radioactivo, para difundir testimonios sobre la matanza de 45 indígenas en Acteal.

El dirigente de la agrupación zapatista, Javier Elorriaga, aceptó la participación de los miembros del frente en la acción, pero aclaró que los comités proceden de forma independiente y no necesitan solicitar autorización. La PGR, a su vez, dio a conocer que sólo una persona está detenida.

La movilización tuvo lugar a las 7:15 horas, cuando se transmitía el programa de corte juvenil Aire Libre, y tuvo como fin difundir en la estación Pulsar un mensaje de 30 minutos previamente grabado en una audiocinta.

Luego de incidente, cortando cartucho, agentes judiciales exigían a los frentistas: ``¡Párense, cabrones, esto es delito federal!'' Pero resguardados por vecinos de la colonia Arenal y reporteros de distintos medios, los 32 encapuchados se retiraron rumbo al Angel de la Independencia.

Los jóvenes cumplieron el mandato que la asamblea del Angel acordó desde el sábado: ``tomar'' de manera pacífica, a las 7:15 horas, el edificio del Grupo Imagen, con la intención de transmitir testimonios tzotziles sobre la matanza de Acteal y las condiciones de los desplazados. Tres horas después, desde la PGR se ordenó el desalojo con un grupo especial de 35 agentes, bajo la orden del subprocurador A de Procedimientos Penales de la dependencia, Everardo Moreno Cruz.

Por su parte, el titular de la región III de la Secretaría de Seguridad Pública, Pablo Jaime Mendoza, dijo que los policías recibieron instrucciones de mantenerse a distancia y evitar provocaciones.

La acción

Rápido, en coordinación, sin provocar ningún incidente con los agentes de seguridad que resguardaban el edificio donde se ubican las radiodifusoras, los integrantes del FZLN se apoderaron de las oficinas y la cabina de transmisión de Pulsar FM. ``Lo hicieron de forma pacífica. Explicaron que su intención obedecía a romper el cerco informativo sobre la violencia en Chiapas'', reconoció Carlos Jaime López, gerente del grupo.

``No tengo miedo de decir mi nombre para que todas la naciones escuchen qué está pasando en mi pueblo...'', fue la última frase de los testimonios transmitidos.

Casi a la misma hora, en el centro de la ciudad, decenas de mujeres y hombres simpatizantes del FZLN, que aguardaban en el Angel de la Independencia, se desplazaron sobre Paseo de la Reforma para llegar a la Bolsa Mexicana de Valores. ``Los que trabajan ahí son cómplices de la pobreza que sufre el pueblo de México'', gritaban al tiempo que arrojaban bolsas con pintura roja en referencia a la muerte de 45 desplazados en Acteal.

De la información con volantes, el Frente Zapatista optó por llevar a un mayor número de mexicanos su mensaje. En el interior ya trabajaban algunos corredores. Pero muchos de ellos no pudieron ingresar por el bloqueo de dos horas. Incrédulos, preguntaban: ``¿Por qué cerraron?'' La respuesta fue concreta: ``Por lo que pasa en Chiapas''. ``¿Y qué pasa en Chiapas?'', interrogaban algunos.

Al otro lado de la ciudad, por el rumbo de Iztapalapa, los jóvenes frentistas, con el rostro cubierto con pasamontañas y paliacates, escogieron Pulsar FM para transmitir los testimonios que recogieron durante 15 días en las montañas de Chiapas. La elección de esa estación, reveló un joven que participó en la ``toma'', se debió a que sus instalaciones están cerca de la estación Aculco del Metro, no transmite noticias y tiene alto rating.

La decisión fue tomada por los comités de base del FZLN del Distrito Federal, Chihuahua, Querétaro y Sinaloa, luego de su regreso de Chiapas, donde sus integrantes participaron en la caravana Puente por la Paz.

Menos de una hora duró la transmisión. Aunque por la mañana los participantes aseguraron que continuarán con ese tipo de acciones, luego de la designación en la Secretaría de Gobernación de Francisco Labastida Ochoa, cuyo discurso consideraron ``de muerte'', por la noche el frente descartó un nuevo suceso de este tipo.

``No tuvimos más remedio que darles el espacio'', reconoció Carlos Jaime. Pocos minutos después vecinos de la colonia Arenal se congregaron fuera del edificio de la radiodifusora. Reporteros acudieron tan pronto se enteraron de la ocupación. También llegaron quienes ``tomaron'' horas antes la Bolsa.

La transmisión sorprendió a los radioescuchas, a los dueños de Grupo Imagen -la familia Vargas, poseedora de Multivisión- y a las autoridades federales. La Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía, de Gobernación, ordenó el corte de la señal.

Afuera crecía la concentración de apoyo, pero también se parapetaban alrededor del edificio ubicado en el Eje 6 Sur y Francisco del Paso y Troncoso grupos de agentes judiciales vestidos de civil y de Seguridad Nacional. Muchos de ellos hacían ``la labor'' de reporteros. Preguntaban nombres y procedencia de los 32 muchachos encapuchados.

Dentro de las instalaciones, los jóvenes se distribuyeron por todo el lugar. Unos se comunicaban desde el teléfono de la cabina con sus compañeros del Angel. Otros se colocaron atrás del edificio para impedir el acceso. Tres subieron a la azotea para colgar una manta alusiva a sus demandas de pacificación y justicia en Chiapas y otros atendían a funcionarios y medios que entraron.

Pero el tiempo transcurrió entre el corte de la señal y la abrupta salida de los jóvenes del edificio. Los frentistas comenzaron a mostrar nerviosismo. Se contradecían. Ingenuamente se llamaban por su nombre de pila cuando ya habían optado por un alias. Entre ellos se preguntaban qué reglas habían transgredido.

Esperaron la llegada de representantes de cuatro medios para dar a conocer ``al pueblo de México'' el motivo de la acción: cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, autonomía de los pueblos indígenas y desmilitarización de Chiapas.

Antes de las 10 de la mañana, cuando la señal permanecía interrumpida y el nerviosismo de los jóvenes se incrementaba, apareció en el edificio el secretario de Gestión Social del Departamento del Distrito Federal, Carlos Imaz, para ofrecer el microbús de la ruta 27, placas 027030, que trasladó a los frentistas al Angel. No obstante, por la noche el funcionario rechazó que la unidad fuera proporcionada por el gobierno capitalino.

Pasaron algunos minutos después del ingreso de Imaz, quien dijo que se enteró por la radio de los hechos. Fuera también se encontraba el subdirector A de la PGR, Everardo Martínez. Algunos reporteros debieron constatar el buen estado del inmueble, condición de los 32 jóvenes para abandonar la radiodifusora. Otros periodistas recibieron protestas por parte de los frentistas por la ``censura'' de los medios en el asunto de Chiapas.

Frente a la puerta principal del Grupo Imagen se instaló el transporte proporcionado por el gobierno de la ciudad. Tomados de las manos, los vecinos de la colonia Arenal formaron vallas entre el vehículo y el acceso. En tropel, los encapuchados subieron al microbús. Apenas se instalaron y aparecieron seis agentes con armas largas y cartucho cortado.

``¡Párense cabrones, esto es delito federal!'', exigían los judiciales a los integrantes del Frente Zapatista, ya ubicados en el transporte. Alrededor de éste las personas que habían llegado de distintos puntos de la ciudad formaron el cinturón de protección.

El chofer arrancó súbitamente. Sobre el Eje 6 Sur los colonos y reporteros que vieron alejarse el microbús forcejearon con los agentes de seguridad. Las personas gritaban: ``¡Son muchachos, son estudiantes, déjenlos en paz, no cometieron ningún delito! Ustedes dedíquense a detener a los delincuentes y a los narcotraficantes''. Durante los empujones con los judiciales, el reportero Jorge Sánchez Torres, de Enfoque, Núcleo Radio Mil, fue lastimado de un cachazo, cuando buscaba una explicación micrófono en mano.

De los colonos que defendieron a los frentistas, uno de ellos portaba una metralleta de plástico. Al verlo, con lujo de violencia los judiciales lo aventaron al interior de una Suburban 94, placas 707 JMG. El mismo hombre, tiempo después, fue trasladado a una camioneta Ram con cabina, placas 707 JAC. La PGR informó por la noche que se trata de Carlos Larios de Dios, quien según un dictamen pericial, está afectado de sus facultades mentales. En las próximas horas será puesto a disposición de la autoridad sanitaria.

La persecución del microbús estuvo a cargo de por lo menos tres vehículos judiciales, taxistas y medios de comunicación. Antes de llegar al Angel se incorporó al seguimiento una Suburban verde que amagaba a los integrantes del frente abriendo y cerrando puertas. Los encapuchados tuvieron tiempo para agacharse mientras el vehículo se emparejaba al microbús. De su interior salieron cámaras fotográficas y equipo de televisión.

Por la tarde, los manifestantes del Angel levantaron el ayuno de nueve días. Algunos marcharon a la Basílica de Guadalupe y otros escucharon la segunda misa en la Columna de la Independencia. Unos más acudieron al Zócalo para enterrar simbólicamente a los muertos en Acteal.


Laura Gómez Flores y Miriam Posada García Ť El sector privado manifestó su rechazo a la toma de dos estaciones radiofónicas y el bloqueo del edificio de la Bolsa Mexicana de Valores, realizados ayer por miembros del Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), y advirtió que de continuar este tipo de acciones estaría en riesgo la ``seguridad nacional''.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) calificó los hechos como un ``atentado contra los medios de comunicación, un acto de provocación que acentúa el clima de inseguridad y transgrede el estado de derecho exigido de manera unánime por todos los sectores de la sociedad''.

Condenó enérgicamente la escalada de violencia en Chiapas y se sumó al llamado para el desarme generalizado en el estado, pues ante todo se ``debe garantizar la soberanía, la integridad y la cohesión nacionales''.

Adán Rivera, presidente de la Asociación Nacional de Industriales de la Transformación (ANIT), consideró que la falta de respuestas por parte de las autoridades a las demandas del pueblo chiapaneco ha impulsado esta situación.

``Tenemos que reconocer que los representantes del FZLN tratan de dar a conocer su verdad y sus necesidades, aun a costa de violar las leyes, porque a cuatro años de iniciado el conflicto en Chiapas la situación no ha mejorado, al contrario, empeoró'', dijo.

Advirtió que de no existir una pronta respuesta a sus principales demandas, ``un problema local se generalizaría con el consecuente riesgo de seguridad nacional''.

Para la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), las acciones emprendidas por el FZLN deben ser reflexionadas seriamente por sus autores, pues los medios de comunicación y el centro de operaciones bursátiles son áreas muy sensibles para mantener la credibilidad de un país frente a la sociedad y sus inversionistas.

Ese tipo de actos buscan sensibilizar a la opinión pública en torno a la problemática que se enfrenta en el estado de Chiapas, empero, no se toma en cuenta que su alcance pueda generar un rechazo y confusión entre amplios sectores de la sociedad, generándose un impacto inverso al que originalmente se pretendía alcanzar ante la opinión pública.

Jorge Marín Santillán, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamín), se manifestó también en contra de dichas acciones, pero exigió a las secretarías de Gobernación y de la Defensa Nacional aplicar todo el rigor de la ley para esclarecer los hechos ocurridos en Acteal y acabar con el creciente armamentismo en la entidad.

Consideró urgente que los involucrados en el conflicto se sienten a dialogar y tomen medidas que resuelvan la ``tremenda'' marginación que existe en el estado, a fin de retomar el camino del crecimiento económico con paz y estabilidad.

A este respecto coincidió la ANIT, y demandó el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar sin mayor demora.

Desperdicia el FZLN oportunidad: obispo

Salvador Guerrero Chiprés Ť ``Ni el EZLN ni los paramilitares tienen permiso para portar armas y todos deberían entregarlas'', consideró el obispo de Ecatepec y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones Sociales, Onésimo Cepeda.

Para el integrante de la directiva de la Conferencia del Episcopado Mexicano, de quien sus críticos difundieron profusamente el año pasado una fotografía en que bendecía las armas de los cuerpos de seguridad, ``es absurdo'' que el FZLN ``desperdicie la oportunidad'' de explorar el nuevo escenario de diálogo que se habría establecido con el nombramiento de Francisco Labastida Ochoa como secretario de Gobernación.

En su opinión, tanto el bloqueo a la Bolsa Mexicana de Valores, como la presentación en Pulsar FM y Radioactivo de integrantes del FZLN, son ``actos que muestran intransigencia que no viene al caso si se está viendo que ya hay cambios en Gobernación y existe una probabilidad de mejor interlocución. Parece que se oponen al funcionario de antemano'', señaló.