¿Quiénes serán los cine-creadores capaces de otorgarnos en el año 2000 una alta cuota de innovaciones cinemáticas? Para responder, me tomo la libertad de dirigir una mirada crítica hacia los cuatro puntos cardinales de la Tierra.
Comencemos por las cinematografías ubicadas en el Lejano Oriente (China y Japón). En Shangai, Hong-Kong y Taiwán se alienta una multipremiada generación (Berlín, Venecia, Cannes) que cumple con los requisitos de creatividad para formular en el inicio del tercer milenio un cine innovador. Entre ellos destacan Chen Kaige, cineasta de la Quinta generación, autor de un impresionante manejo de la luz y el color, y Ang Lee --residente en Nueva York-- realizador de Comer, beber, amar (1994).
¿Y qué decir a propósito de los recientes cineastas japoneses? Takeshi Kitano, ¿será el único capaz? Antes de abandonar las tormentosas aguas del Pacífico, miremos un momento frente a Australia para columbrar a Jane Campion (An Angel at my table, Piano Lesson y Retrato de una dama) y predecir que será en el año triple cero una más del grupo innovador.
Africa ofrece únicamente dos posibilidades: Souleymane Cisse e Idrissa Ouedrago, sin olvidar al argelino Lakhdar Hamina cuya película premiada en Cannes, Crónica de los años de fuego, es hoy piedra angular de la reconstrucción histórica de la modernidad.
Ahora dirijamos la mirada hacia los espacios cinematográficos de Europa. Encuadremos en primer término a un español universal, Pedro Almodóvar, para asentar que será el único director hispano que arribará al 2000 con una carga innovadora que oscilará de la pornografía a la religiosidad, de la heterosexualidad a la homosexualidad, del posmodernismo al kitsch, y de la pasión por el collage a la extravagancia.
A continuación acerquémonos a dos franceses neobarrocos: Luc Besson, director capaz de recrear el mundo entero, y a Leo Carax, realizador posgodardiano de la nueva época. Ellos y los continuadores de aquel delirante barroquismo (Maurice Pialat, André Techiné) serán los indiscutibles innovadores.
Detengámonos unos instantes en Alemania e Italia para preguntarnos: ¿Podrán todavía Wim Wenders y Volker Schlondorf crear trabajos de épico aliento como aquellos que nos estremecieron hace apenas unos cuantos años? Y los italianos Tornatore, Moretti y Pupi Avati, ¿acabarán finalmente por convencernos?
Descendamos hasta la dividida Yugoslavia para encontrar a Emir Kusturica (Cuando papá sale de viaje) cuyos sortilegios técnicos poseen la magia de inmovilizar al destino sobre el celuloide; tal poder le ayudará a recalar innovadoramente en el próximo milenio. Unos cuantos pasos más allá --en Grecia-- alienta otro cineasta de intensas preocupaciones narrativas, Theo Angelopoulos (nació en Atenas, 1936), cuya mirada semejante a la de Ulises nos otorgará diferentes concepciones. Antes de abandonar el viejo continente encuadremos a tres notables creadores cuyas fructíferas carreras sembraron en los blancos lienzos del planeta inúmeras inquietudes, me refiero al suizo Alain Tanner (Fourbi), al británico de hondas búsquedas sensuales y literarias Peter Greenaway (El libro de cabecera) y al danés de épicas inclinaciones Bille August (Jerusalem).
Concluyo esta preocupación futurista aludiendo a dos directores canadienses, a ocho estadunidenses y a un mexicano. Los que laboran en Canadá son David Cronenberg (La mosca), maestro del horror, y Atom Egoyan (Exóticas) aquel que una vez dijo: ``La función del cine es ayudarnos a imaginar aquello que en la realidad nos resulta atemorizante enfrentar''.
Pasemos ahora a los estadunidenses, ellos son: Tim Burton (Batman), Ethan y Joel Coen (Barton Fink), Jim Jarmusch (Mystery train), Spike Lee (Jungle fever), Quentin Tarantino (Pulp fiction), Gus van Sant (Drugstore cowboy) y James Cameron (Titanic).
Y para terminar, recordemos que fatigan nuestro espacio cinemático varios realizadores, entre otros, los hermanos Cuarón, Carlos Carrera, Alfonso Arau, Carlos Marcovich, Marisa Sistach, Dana Rotberg y Guillermo del Toro.
A mi entender, será Marcovich (¿Quién diablos es Juliette?) el que tendrá oportunidad de brindarnos aportaciones diferentes para el 2000