La Jornada 9 de enero de 1998

Banco Santander, dueño de la Central de Abasto

José Galán /I Ť A 16 años de haber sido creado el Fideicomiso para la Construcción y Administración de la Central de Abasto de la Ciudad de México, comerciantes organizados señalan que el fiduciario actual y verdadero dueño de terrenos e instalaciones es el Banco Santander Mexicano, de capital mayoritario español, institución a la que exigen dé a conocer el destino de ``cientos de miles de millones de pesos'' en aportaciones desde 1981.

La Central de Abasto, con sus 240 hectáreas, 2 mil bodegas y mil 300 locales comerciales que mueven diariamente cerca de 13 mil toneladas de productos perecederos, es para efectos legales propiedad de los accionistas extranjeros dueños de lo que el 7 de julio de 1981 --fecha de creación del fideicomiso por parte del entonces regente Carlos Hank González-- era el Banco Mexicano Somex SA, propiedad del gobierno federal luego de la privatización de la banca y fiduciario original.

Con el proceso de reprivatización decretado por el ex presidente Carlos Salinas, el Banco Mexicano Somex quedó como Banco Mexicano SA, y fue sujeto al interés de la banca extranjera, siendo el Banco Santander, de España, el que finalmente adquirió la institución financiera local.

Hoy, mientras que la historia del fideicomiso es igual a la de hace 15 años, cuando regentes priístas nunca hicieron caso de las recomendaciones de los otros fideicomitentes y fideicomisarios; es decir, de los comerciantes allí establecidos; que rechazaron oficializar las sesiones del comité técnico --órgano de gobierno del fideicomiso--, y que, por encima de los términos del mismo, consideraron la dirección de la Central de Abasto como propiedad privada donde podían nombrar a quien quisieran de manera ilegal, la situación está a punto de explotar.

Los miembros de la Unión de Comerciantes en Frutas, Legumbres, Abarrotes y Locales Comerciales de la Central de Abasto de la Ciudad de México, A.C. (UNCOFyL), afirmaron lo anterior, y ya pidieron ayuda al jefe de gobierno citadino, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a fin de conocer el destino de sus aportaciones, recuperar la seguridad jurídica de sus inversiones y evitar que la dirección y administración de la Central sean, como en tiempos priístas, un trampolín político.

Para Juan Ignacio Cruz Montes de Oca, vicepresidente de Frutas y Legumbres de dicha unión, todo el problema comenzó realmente con la actuación del ex regente Ramón Aguirre Velázquez, ya que, añadió, cuando el actual diputado federal perredista Demetrio Sodi de la Tijera era director de Coabasto --antecedente de la actual Secretaría de Desarrollo Económico--, en 1982 y 1983, ``realmente funcionó el comité técnico mixto, a cargo de elaborar el presupuesto de egresos y aprobar los gastos del fideicomiso''.

``Pero con Ramón Aguirre Velázquez, en la época de Miguel de la Madrid Hurtado, comenzaron las anomalías que hasta ahora no han terminado, ya que ese jefe del Departamento del Distrito Federal dejó atrás sus responsabilidades'', añadió.

Y además Aguirre Velázquez trató de engañar a los comerciantes establecidos, al firmar, por un lado, un acuerdo para respetar los lineamientos del fideicomiso y los derechos y obligaciones tanto del gobierno como de los propios comerciantes, y que incluso fue publicado en el Diario Oficial.

Por otro lado, envió un oficio secreto a la fiduciaria ``ordenándole'' que el dinero en cuentas del fideicomiso se debía enviar al DDF ``o a quien él dijera'', a pesar de no tener facultades legales para ello, reveló Cruz Montes de Oca.

Este oficio secreto, añadió, fue descubierto mucho tiempo después, y en él se ha amparado la fiduciaria hasta este momento para evitar informar a detalle a los miembros de la comisión técnica mixta sobre los destinos y montos de los recursos por ella administrados.

Para Manuel Pavón Aparicio, uno de los promotores originales del fideicomiso y asesor legal de la UNCOFyL, con base en ese oficio, la fiduciaria ha entregado dinero a los directores de la Central de Abasto nombrados por los regentes, desde Aguirre Velázquez, pasando por Manuel Camacho Solís y Manuel Aguilera Gómez, hasta Oscar Espinosa Villarreal.

Y recordó que uno de los peores momentos en la relación de los comerciantes con el gobierno capitalino y la fiduciaria tuvo lugar cuando Manuel Aguilera Gómez, ahora al frente de la bancada priísta en la Asamblea Legislativa, nombró como director de Coabasto a Roberto Albores Guillén, diputado federal priísta con licencia que acaba de asumir la gubernatura interina de Chiapas.

``Albores Guillén tenía como director administrativo de la Central de Abasto a otro chiapaneco, Javier Culebro Siles. Eran compadres, y juntos hicieron y deshicieron con el visto bueno tanto de Aguilera Gómez como de la fiduciaria'', añadió Pavón Aparicio. ``Y con Oscar Espinosa Villarreal se continúa con el maridaje de intereses perversos, porque dictó apresuradas medidas para tratar de componer las cosas, pasando por encima de los comerciantes, sin una consulta al comité técnico mixto'', dijo el abogado.

Espinosa Villarreal publicó en el Diario Oficial de la Federación, el 19 de septiembre de 1997 --tres meses antes de dejar el cargo-- un acuerdo para delegar en la Secretaría de Desarrollo Económico y en el director ejecutivo de la Central de Abasto facultades propias del gobierno capitalino, en contravención del fideicomiso. ``Esto, y la actuación de la fiduciaria, han provocado una situación insostenible. Exigimos una investigación'', dijo Pavón Aparicio.