Masiosare, domingo 11 de enero de 1998
Nuevo Amanecer Press-Europa, Especial para Masiosare
La presencia del general Mario Renán Castillo en Chiapas explica el surgimiento de diversos grupos paramilitares priístas en la región de Los Altos en los últimos dos años, entre ellos el que llevó a cabo la estratégica matanza de 45 indígenas el 22 de diciembre en Chenalhó. Ex coordinador general de Inspección y Controlaría del Ejército y la Fuerza Aérea, doctorado en ``psicología militar'', egresado del Centro de Entrenamiento en Guerra Psicológica, Operaciones Especiales y Fuerzas Especiales de Fort Bragg, Estados Unidos, estratega de la ofensiva contra el EZLN en febrero de 1995, Renán Castillo es uno de los más destacados exponentes en México de la teoría de la guerra de baja intensidad.
Desde febrero de 1995 -cuando Renán Castillo se hizo cargo de la Séptima Región Militar- por lo menos seis grupos paramilitares han sido formados en territorio chiapaneco [véase el excelente trabajo de Jesús Ramírez Cuevas, ``Chiapas, mapa de la contrainsurgencia'', Masiosare, 23 de noviembre de 1997]. Estos grupos, casi todos vinculados a dirigentes del PRI local, han sembrado el terror en la zona norte y Los Altos, dejando cientos de muertos y miles de desplazados en los últimos años sin ningún tipo de interferencia por parte del Ejército o los distintos cuerpos policiales.
Si examinamos el curriculum vitae de Renán Castillo, entenderemos mejor este fenómeno. Pero veamos, por ahora, la doctrina que prevalece en la institución militar de Estados Unidos donde hizo sus estudios de posgrado: Fort Bragg, Carolina del Norte.
De la doctrina paramilitar
``Las fuerzas paramilitares están organizadas para proporcionar autodefensa popular. Operan en sus lugares de origen. Pueden ser de tiempo completo o de tiempo parcial, dependiendo de la situación. Combinan capacidades de infantería básica con técnicas policiales. Ayudan a las fuerzas del orden, incluyendo la búsqueda de la infraestructura de los insurgentes. También proporcionan defensa local contra las fuerzas de combate de los insurgentes. Junto con la policía, separan a los insurgentes del pueblo, evitando que aquellos puedan movilizar fuerzas y recursos. Las fuerzas armadas regulares son el escudo detrás de lo cual discurre el desarrollo político, social y económico. Su misión primaria es proteger a las fuerzas gubernamentales, policiacas y paramilitares ante las fuerzas de combate de los insurgentes'' (Field Manual 100-20 ``Stability and Support Operations'', Capítulo 6. Foreign Internal Conflicts'', United States Army Command and General Staff College, Fort Leavenworth, Kansas: 1997).
El Quinto Grupo de Fuerzas Especiales del ejército de Estados Unidos, fue creado en septiembre de 1961 por el presidente Kennedy, en Fort Bragg, Carolina del Norte. Hasta ese momento, el gobierno de Vietnam del Sur y la embajada estadunidense habían puesto énfasis en desarrollar fuerzas militares regulares, excluyendo a las minorías étnicas (chinas) y religiosas. Sin embargo, a finales de ese año, fueron iniciados varios programas con la intención de ampliar los esfuerzos contrainsurgentes, desarrollando el potencial paramilitar de ciertos grupos de minorías. Destacamentos de Fuerzas Especiales fueron asignados a la embajada estadunidense en Saigón para dar adiestramiento y asesoría en estos programas, los cuales eran conocidos genéricamente como Grupo
Irregular de Defensa Civil. El desarrollo de fuerzas paramilitares entre los grupos de minorías sería la misión primordial de las Fuerzas Especiales en Vietnam (Coronel Francis John Kelly. ``Vietnam Studies: U.S. Army Special Forces 1961-1971'', Center for Military History Publication 90-23. Department of the Army, Washington D.C. 1989).
Según el estudio de las Fuerzas Especiales estadunidenses en Vietnam, la idea de formar paramilitares era limpiar un territorio del ``terror e influencia'' de los Viet Cong, conseguir apoyo para el gobierno de Vietnam del Sur y formar un programa de auto-defensa. Después de cumplir todos estos puntos, lanzarse a la ofensiva atacando posiciones del Viet Cong.
Nada ha cambiado desde Vietnam en el uso de grupos paramilitares en labores de contrainsurgencia. En el ``Manual de Campo 100-20'', encontramos en el anexo titulado ``Implementando la Estrategia IDAD (Defensa Interna y Desarrollo)'':
``Las fuerzas paramilitares, sobre todo las reclutadas para servicios locales, están limitadas a una defensa estática en la vecindad de sus propias casas. En comparación con el Ejército, son poco entrenadas y carecen de buenas armas. Reciben bajos salarios, pero substituyen de manera económica a las tropas del Ejército en áreas relativamente seguras. En cambio, tienen capacidad para dar la alarma ante un ataque de los insurgentes y pueden defender sus comunidades hasta la llegada de refuerzos de combate más capacitados. Después de una campaña de consolidación de un territorio bajo el control del gobierno, las fuerzas paramilitares locales pueden asumir la seguridad y evitar el regreso de los insurgentes. Empero, los comandantes militares y sus asesores jamás deben olvidar las limitadas capacidades de combate de estas fuerzas. No pueden sobrevivir si las fuerzas regulares de combate no están disponibles para reforzarlas a tiempo en caso de un ataque masivo. Además, existe un aspecto político y psicológico muy importante en la movilización de fuerzas paramilitares. La militancia da al pueblo un interés en el éxito del gobierno. Los paramilitares desarrollan un compromiso psicológico que tiende a vacunarlos contra la propaganda de los insurgentes (...) y sus trabajos contribuyen al desarrollo económico del país''.
Los GAFE, ¿antinarcos o antiMarcos?
El Ejército Mexicano también tiene ya sus ``Fuerzas Especiales'', llamadas Grupos Aerotransportados de Fuerzas Especiales (GAFE), para labores de contrainsurgencia. Todavía no está confirmado que sirvan para ``adiestrar'' paramilitares, pero no se descarta nada. Paz y Justicia, Los Chinchulines, Máscara Roja, el Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista y la Alianza San Bartolomé de los Llanos no hubieran podido surgir, con las armas y la impunidad que disfrutan en el estado más militarizado de la república mexicana, sin algún tipo de ayuda gubernamental y militar.
La pregunta es: ¿quién o, mejor dicho, quiénes son los que fomentan a todos estos grupos?
``Los programas de modernización del Ejército mexicano, que fueron definidos en 1995, prevén contar con unidades de gran movilidad que incluyan componentes de fuerzas especiales para ser incorporadas en cada una de las 10 regiones militares del país. Según informes de las fuerzas armadas mexicanas, un cuartel general coordinador será establecido para estas unidades tipo Ranger con tamaño de compañía, así como escuelas de fuerzas especiales para las GAFE, en coordinación con la unidad de operaciones especiales del Primer Cuerpo del Ejército. Los programas de adiestramiento en operaciones especiales para el desierto, la montaña y la selva también serán desarrollados con unidades que recibirán entrenamiento en operaciones urbanas. Se está poniendo un énfasis especial en las fuerzas que serán localizadas en los estados de Chiapas y Guerrero donde serán creadas fuerzas aerotransportadas especiales regionales.
``El Ejército Mexicano destruyó casi totalmente los grupos insurgentes en Guerrero a mitad de los setenta, aunque la violencia atribuida a guerrillas, narcotraficantes y delincuentes ha reaparecido en los últimos meses. El actual secretario de Defensa de México, Enrique Cervantes Aguirre, era comandante de la 27 Zona Militar (Acapulco) durante los años 70 y sus experiencias contrainsurgentes sin duda tendrán influencia en el desarrollo de los programas contemporáneos de fuerzas especiales. Además, se espera que el establecimiento de un servicio regular de inteligencia militar -que está previsto en los planes para desarrollo en 1995- puede mejorar las habilidades de las operaciones especiales'' (The Professional Bulletin of the United States Army John F. Kennedy Special Warfare Center and School. Fort Bragg, Carolina del Norte. Enero de 1996, Vol. 8, No. 4).
Los GAFE nacieron con el mismo espíritu contrainsurgente de cualquier otro grupo de ``fuerzas especiales'' bélicas en todo el mundo. El pasado 15 de septiembre, el ``Zar'' antidrogas de Estados Unidos, el general retirado Barry McCaffrey, emitió un informe al Congreso norteamericano sobre las relaciones entre México y su país para la lucha contra el narcotráfico.
``Dada la decisión del presidente Zedillo de expandir temporalmente el papel de las fuerzas armada mexicanas en misiones antidrogas, es indispensable el desarrollo de mejores capacidades militares. El Departamento de Defensa (DOD) ha establecido un programa muy exitoso de adiestramiento y material para el desarrollo de fuerzas aerotransportadas de reacción rápida para apoyar los esfuerzos de México. En 1996, cerca de 300 militares mexicanos terminaron adiestramiento antidrogas proporcionado por el DOD. En 1997, más de mil 500 militares mexicanos participarán en un programa antidrogas expandido, que incluye cursos de mantenimiento de aviones, comunicaciones, inteligencia, pilotos de UH-1H (helicópteros), instrucción en Fuerzas Especiales, desarrollo de cuadros y operaciones marítimas. Los GAFE son unidades de élite del Ejército Mexicano que han recibido adiestramiento en Fuerzas Especiales y asalto por aire. El programa fue diseñado para mejorar rápidamente las capacidades de los GAFE y los escuadrones de UH-1H. El adiestramiento establecerá un cuadro de instructores mexicanos para mantener estas capacidades. El adiestramiento de los GAFE está previsto que continuará hasta finales de 1999 e incluye un alto componente de derechos humanos'', escribió el ``Zar''.
Pero dentro del programa de adiestramiento hay muy poco que no se puede usar en la lucha contrainsurgente. Un informe de Amnistía Internacional sobre el uso de armas destinadas al ejército de Colombia para la lucha antidroga (Leaked Documents Point to U.S. Weapons Meant for Drug War Used to Kill Innocent People in Colombia, Washington, 29/X/96), cita una carta escrita a McCaffrey por el coronel Warren D. Hall III, un experto en leyes que afirma: ``las habilidades de infantería básica que las fuerzas estadounidenses de operaciones especiales enseñan en sus despliegues antidrogas pueden ser utilizadas también por las fuerzas armadas de Colombia en su esfuerzo contrainsurgente''.
Hay más razones para preocuparnos. El pasado 26 de junio, H. Allen Holmes -vicesecretario de Defensa para Operaciones Especiales y Conflictos de Baja Intensidad de los Estados Unidos- señaló en una conferencia sobre Inteligencia Militar:
``Las Fuerzas de Operaciones Especiales han sido fundamentales en nuestro trabajo con los militares mexicanos. Con el 70% de la cocaína que entra en los Estados Unidos por la frontera con México, hemos conseguido un progreso significativo desarrollando programas de cooperación en materia antidroga con los militares mexicanos. Hace año y medio, no teníamos casi ningún contacto con los militares mexicanos. Hoy, estamos ayudando al Ejército Mexicano a crear un gran número de grupos de reacción rápida con capacidad aeromóvil para la lucha antidrogas. La fuerza principal de este programa ha sido el adiestramiento dirigido por el Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales que adiestrará a casi 200 miembros de los grupos de reacción rápida sólo en este año fiscal.''
El Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales ha participado en acciones desde la guerra de Vietnam, asesorando el ejército de Vietnam del Sur, hasta la invasión de Panamá en diciembre de 1989. Hoy en día es el grupo de fuerzas especiales encargado del trabajo en América Latina.
Epílogo
``El estratega exitoso de IDAD (Defensa Interna y Desarrollo, otro aspecto de la contrainsurgencia) debe entender que la verdadera naturaleza de la amenaza al gobierno se encuentra en la fuerza política -no militar- del enemigo. Cualquier estrategia que no preste atención seria y continua a los reclamos políticos y demandas de la oposición, saldrá severamente perjudicada. Los programas militares y paramilitares son necesarios para el éxito, pero no son suficientes en sí mismos.'' (Tactics, Techniques, and Proceedings for Foreign Internal Defense, Chairman of the Joint Chiefs of Staff. The Pentagon, 26/6/97.)
Ahora que el general Castillo Fernández se ha ido de Chiapas, el nuevo comandante de la Séptima Región Militar, general José Gómez Salazar, se fue de viaje ``humanitario'' a la Zona Norte con el (ex) gobernador Julio Cesar Ruiz Ferro. Ambos fueron a Sabanilla para entregar láminas a gente que sufrió los efectos de las recientes tormentas.
Al mismo tiempo, grupos de paramilitares priístas estaban quemando docenas de casas, asesinado, desplazando miles de simpatizantes zapatistas o perredistas.