VENTANAS Ť Eduardo Galeano
Caminares
Pedro Saad caminó sobre las aguas. En el centro de Rusia, una tarde de mucho frío, Pedro caminó por encima del río Volga, que en el invierno había congelado. Pedro estaba solo, pero mientras caminaba iba sintiendo, en las plantas de los pies, la vibración del río que estaba vivo bajo el hielo.
Hacía ya unos cuantos años, al otro lado del mundo y del tiempo. Pedro había caminado por alguna calle de Guayaquil, una tarde de mucho calor. Pedro estaba solo, pero mientras caminaba iba sintiendo, en las platas de los pies, el latido de la tierra que estaba viva bajo el asfalto.