500 mil capitalinos, en el comercio informal
José Galán Ť Además de constituir el medio directo de sostenimiento económico de 500 mil personas --más del 10 por ciento de la población económicamente activa del Distrito Federal--, el comercio callejero, ambulante o informal suministra productos y servicios a cerca de 3.5 millones de consumidores.
De acuerdo con una encuesta realizada por el Centro de Estudios de la Ciudad de México entre mil 500 capitalinos en las 16 delegaciones políticas, 85 por ciento exigieron que se frene el crecimiento del ambulantaje. Sobre este aspecto, el instituto consideró que ``el problema central está en las dimensiones que ha tomado''.
Son pocos, pero los vendedores ambulantes se instalaron en la
calle de Moneda, en el Centro Histórico.
Foto: Germán
Romero/Cuartoscuro
El origen de la actividad callejera es atribuido a la ``falta de previsión'' de gobiernos locales en manos de autoridades priístas, que en la década de los sesenta dejaron de construir mercados populares.
Según el documento Comercio informal en la ciudad de México, de Enrique Calderón Alzati, de igual forma la aplicación de las políticas neoliberales por parte de los presidentes Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, con sus altas tasas de desempleo, lanzaron a miles de trabajadores a la calle en busca de la actividad informal.
Luego de señalar que el comercio informal ``siempre ha existido'', el documento enfatiza que en los últimos años la situación ``ha cambiado dramáticamente''.
Actualmente el comercio callejero, ambulante o informal, es el resultado de una ``planeación gubernamental irresponsable, que ignoró las tradiciones del comercio y las culturas populares, con la aplicación de una política económica que ha generado pobreza y desempleo, y con una visión de corto plazo que fomentó la venta callejero como forma de control político de grandes masas de población'', añade el documento.
Y considera que el comercio en la vía pública constituye una basta red de organizaciones políticas e intereses económicos en la que participan, además de los propios comerciantes y sus organizaciones de autodefensa, grupos de industriales, transportistas, partidos políticos, funcionarios y empleados de gobierno, trabajadores, amas de casa e incluso comerciantes formales, quienes han tomado la iniciativa de incorporarse a las nuevas formas de comercio ante el riesgo de quedar marginados de ellas.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, 87 por ciento de los entrevistados ubicaron la responsabilidad del comercio ambulante directamente en el gobierno, al mismo tiempo que 86 por ciento lo situó con la falta de empleo y 71 por ciento en la necesidad de la gente por incrementar sus ingresos.
Opinión negativa sobre el comercio callejero
La encuesta de opinión realizada por el Centro de Estudios de la Ciudad de México arrojó una opinión negativa sobre la venta callejera, basada en argumentos muy diversos, que incluyen la competencia desleal al comercio establecido, el fomento de la delincuencia, la manipulación política de los comerciantes y el enriquecimiento ilícito de los líderes y empleados públicos que los extorsionan (más del 91 por ciento de los encuestados).
Sin embargo, y de forma paralela, el comercio callejero es reconocido por una parte importante de la sociedad como una respuesta natural y positiva a la crisis económica, porque ha permitido generar empleos (84 por ciento de los entrevistados así lo consideran), y porque la gente que trabaja en esas actividades incrementa sus ingresos de manera significativa (82 por ciento de los entrevistados).
Además, en la población parece existir un pensamiento pragmático: el comercio callejero es útil porque facilita la compra de productos (80 por ciento), y permite un cierto ahorro en las compras (69 por ciento).
``De la información recabada a través de la encuesta es posible afirmar que el comercio ambulante es utilizado en sus compras por un alto porcentaje de la población de todos los grupos y clases sociales, aunque sus precios sean desde luego más atractivos a quienes menos ingresos tienen, que al mismo tiempo son los mayores críticos de este comercio'', añade el documento.