El término ``higiene del sueño'' se refiere a recomendaciones simples para ayudar a la gente con insomnio, con el fin de que pueda cambiar la conducta que afecta el sueño, como disminuir el uso de estimulantes, regular el tiempo en cama, retirar el reloj de la recámara para evitar la ansiedad, establecer un programa de ejercicio temprano durante el día y reducir o eliminar los descansos diurnos y las siestas, por citar sólo algunas sugerencias de las más comunes.
También es importante detectar los estímulos del ambiente que, lejos de facilitar el sueño, aumentan el estado de alerta. Hay conductas claramente incompatibles: ver televisión, escuchar la radio, comer, leer o realizar alguna tarea en la cama.
En términos generales, cualquier forma de insomnio va acompañada de malos hábitos de sueño, y existen casos en los que son la única causa. Entre los más frecuentes están el ingerir alimentos o líquidos en forma abundante y realizar ejercicio físico antes de acostarse, pues provocan un retraso en la latencia del sueño e interrupciones constantes.
El hecho de ver el reloj constantemente durante la noche es otra conducta que fragmenta el sueño y refuerza la sensación de que no se ha logrado conciliar en forma plena.
Finalmente, pasar mucho tiempo en cama, dormir siestas, modificar frecuentemente los horarios, acostarse y levantarse tarde los fines de semana, producen también alteraciones importantes en la organización del sueño.