La península de Yucatán, trampolín para el envío de cocaína, afirma EU
Gustavo Castillo García Ť Las áreas de Banco Chinchorro, Cancún, Isla Mujeres y Cozumel, en la Península de Yucatán, se han convertido en puntos ``muy atractivos para el envío de droga desde el Golfo de México hacia Estados Unidos, por su cercanía con la Florida'', asegura un reporte de la Oficina Nacional de Política de Narcóticos y Control de Droga estadunidense.
Con base en los informes que proporcionan a dicha oficina la agencia antidrogas (DEA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Guardia Costera de Estados Unidos, el documento señala que ``reportes de inteligencia indican que el tráfico de estupefacientes se está moviendo hacia las Bahamas y los traficantes evitan ser revisados por agentes antinarcóticos utilizando el espacio aéreo cubano y rutas internacionales'' localizadas en el Caribe.
Dividido en ocho rubros, el texto menciona que los cargamentos de cocaína transportados a través de México o Centroamérica ``generalmente se mueven por tierra en lugares de la frontera norte de México''.
La Oficina Nacional menciona que Puerto Rico ``permanece como uno de los puntos de mayor tránsito de cargamentos de droga con destino a Estados Unidos, pero ante el aumento de vigilancia de las autoridades estadunidenses y mexicanas en su frontera común, las rutas se han diversificado y según reportes de inteligencia los contrabandistas han adquirido un renovado interés por conducir su cargamento a través de la Florida, por lo que también se sabe que se están moviendo hacia las Bahamas''.
El Caribe mexicano
A través de varias rutas, por tierra, mar o aire, la zona del Caribe se ha convertido, por su proximidad a las costas de Florida, en un punto muy atractivo para los narcotraficantes, ya que ahí existen áreas costeras inaccesibles y transitan muchas embarcaciones, indica el informe.
``La cocaína es enviada a la región típicamente mediante paquetes que se arrojan a las costas del Caribe mexicano en la Península de Yucatán, especialmente en las áreas de Banco Chinchorro, Cancún, Isla Mujeres y Cozumel'', señala.
Asimismo, indica que ``las embarcaciones de pesca realizan una labor sustancial en el contrabando, por lo que botes tiburoneros mexicanos son sospechosos'' de participar en esos ilícitos, sobre todo luego de haber detectado que una de estas embarcaciones transfirió droga a varias naves pequeñas el año pasado.
Y agrega que ``informaciones de inteligencia indican que los traficantes sudamericanos utilizan cargueros marítimos comerciales como sus medios primarios para transportar cargamentos de coca a la costa oeste de Estados Unidos''.
Ligas de narcos mexicanos y colombianos
Los grupos de narcos mexicanos con sede en Guadalajara, Matamoros, Sinaloa y Tijuana mantienen el control de los cargamentos de Colombia hasta cruzar la frontera de Estados Unidos y, una vez allí, se entregan a la mafia colombiana que opera a través de células en esa nación.
Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia los grupos de México exigen 50 por ciento de los cargamentos de cocaína colombiana como pago, y a partir de 1996 compraron coca directamente de los colombianos para transportarla a las redes mexicanas de distribución en Estados Unidos.
Para evitar que los cargamentos sean incautados, indica el informe, los traficantes monitorean las actividades de los agentes antidrogas en toda la frontera utilizando sofisticados equipos de contrainteligencia y colocan exploradores armados, para evadir a los oficiales de la frontera estadunidense.
Entre los equipos utilizados se encuentran videograbadoras de alta definición, sistemas de cómputo para intercepción y bloqueo de señales de radio y radar.
Desarrollo de nuevas rutas en el Caribe
Según el documento, ``los cargamentos de cocaína transitan el espacio aéreo cubano y sus aguas territoriales en camino hacia Estados Unidos. Se ha reportado que los traficantes evitan a los agentes antinarcóticos de Las Bahamas al cruzar por aguas cubanas y su espacio aéreo, utilizando también rutas aéreas internacionales''.
Además, ``las autoridades cubanas confiscaron 6.3 toneladas métricas en 1996, mientras que en los primeros ocho meses de 1995 incautaron 155 kilos de cocaína''.
Sin embargo, la confiscación más significativa de 1996 en Cuba ocurrió el primero de octubre, cuando Estados Unidos interceptó el barco M/V Limerick, el cual estaba en ruta desde Barranquilla, Colombia, a Freport, en Bahamas, y su destino final parece haber sido Miami.
En esa ocasión ``Cuba confiscó 6.2 toneladas métricas de coca que se encontraban en compartimientos secretos a bordo del barco''; sin embargo, el enervante fue entregado a Estados Unidos con la finalidad de que se persiguiera a la tripulación del M/V Limerick.
``Otra confiscación significativa por parte de Cuba fueron 360 kilos de cocaína descubiertos a bordo de una lancha rápida que iba de Colombia a Haití, y otra ocasión a bordo de la fragata Spiritus se incautaron 180 kilogramos del enervante cuando viajaba de Colombia a Haití supuestamente llevando cemento'', indica el informe.