La Jornada lunes 12 de enero de 1998

Manuel Vázquez Montalbán*
Atención a Chiapas

Conocida práctica del Poder ha sido instigar un factor de desorden para luego en nombre del orden machacar a los disidentes.

Muchas veces en la historia, el terrorismo de Estado ha sido un pretexto para justificar la represión contra los que luchaban por la transformación de la sociedad. En aquella Barcelona, rosa de fuego, las bombas que ponía la policía servían como pretexto para machacar a los anarquistas y el pistolerismo fascista de falangistas y militares sirvió de excusa para el golpe de estado del general Franco y su guerra civil de exterminio.

Atención a Chiapas. Allí está ocurriendo lo mismo otra vez. La matanza de indígenas a cargo de matarifes paragubernamentales ha justificado el avance del Ejército y una operación de acoso a los zapatistas, ese molesto ruido revolucionario que se interpuso en el mensaje de fin de Historia perpetrado por el ex presidente Salinas y los Estados Unidos.

Atención a Chiapas porque allí se esta jugando el sentido ético de este fin de milenio, como un referente simbólico, como un imaginario, si se quiere, de la Esperanza como virtud laica.

Escribía Kalfon en su estudio sobre el Che Guevara, que así como el argentino-cubano fue el prototipo del héroe revolucionario oculto, el subcomandante Marcos es el ejemplo del revolucionario mediático que consigue un respaldo universal mediante un mensaje tan cargado de verdad que es incontestable, como si el viejo sueño de los ilustrados, la Verdad como Evidencia, se hubiera cumplido.

Los escritos de Marcos, Yo Marcos o Cuentos para una soledad desvelada revelan un espíritu contemporáneo que no representa ni al postmarxismo ni al postercermundismo ni a una supuesta postmodernidad de izquierdas.

Representa el resultado de haber vuelto a mirar cara a cara el desorden del mundo en busca de sus causas, tratando de hacer un inventario y recuperando el papel del ser humano para ordenar el caos del capitalismo salvaje y el pijoneoliberalismo.

No se trata de auspiciar guerrillas lejos de nuestras casas mientras las contemplamos cómodamente como un espectáculo a través de la televisión.

Se trata de reconocer el derecho a luchar por la justicia a partir de las condiciones creadas por los injustos.

Todos con Chiapas. Adelante Chiapas.

*Texto leído el domingo 11 de enero, en la manifestación contra la guerra en Chiapas, en Barcelona, España.