La Jornada martes 13 de enero de 1998

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

No es posible que todo siga igual después de la impresionante marcha realizada ayer en la capital del país en apoyo a la paz chiapaneca ni de las internacionales en el mismo sentido ni mucho menos luego que una mujer fue muerta y otras personas heridas por policías estatales en Ocosingo.

Un elemental sentido de sobrevivencia política debería llevar al sistema en general, y a su cúpula directiva en particular, a entender que es necesario rectificar y, además, pagar. Rectificar el mal rumbo original y pagar a la sociedad, con prudencia y humildad, los mejores resarcimientos posibles por todo el mal hecho. (Hasta entrada la noche no se había conocido de una reacción presidencial tan rápida y contundente como la habida semanas atrás cuando se realizó una peculiar marcha contra la inseguridad pública. ¿Hubiera sido mucho pedir que el presidente Ernesto Zedillo hubiera respondido también, como ciudadano y como Presidente, en esta ocasión, o habrá reacciones diferentes para perfiles diferentes de marchas?)

Sin embargo, los hechos demuestran o que habiendo la voluntad correctiva ya no le es posible al aparato estatal transmitir y hacer que se cumplan sus instrucciones, o que se ha nublado la capacidad de la élite que históricamente le había permitido salvar sin grandes pérdidas los momentos críticos que se iban produciendo.

Mientras en las calles de la capital del país (y de muchas otras ciudades en el interior del país y del extranjero) se manifestaba de manera clara, inteligente, imaginativa y comprometida la voluntad de paz, en Chiapas (es decir, en Los Pinos, en Bucareli, en el Palacio de Tuxtla Gutiérrez) continuaba la terrible descomposición política que ha rebasado ciertamente al propio Estado mexicano (Pedro Joaquín Coldwell y sus postreras palabras como comisionado federal para la paz) y que le coloca hoy en la dramática situación de ser incapaz de controlar sus mismas fuerzas desatadas: Policías que agreden a manifestantes en Ocosingo; soldados que avanzan, amedrentan y acosan en toda la zona de conflicto; caciques y burócratas valiéndose de ayudas oficiales y de planes de auxilio para nutrir sus bolsillos y para promover a sus facciones políticas.

Y en ese marco de protesta cívica multitudinaria, mientras los mexicanos exigen paz en Chiapas e inteligencia y prudencia en quienes mandan y ordenan, el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, convertido en la parte amable del doble juego oficial, se enreda entre los hilos del pago de viejas deudas políticas tribales (Emilio Gamboa), el uso de la mano presuntamente izquierda para enturbiar y confundir (Jorge Alcocer y Jesús Salazar Toledano), la promoción del grupo de Esteban Moctezuma Barragán (Fernando Solís Cámara), la recurrencia al esquema dinosáurico pasado por el agua bendita del Vaticano para la atención de las iglesias (Guillermo Jiménez Morales) y la conversión de la figura del comisionado para la paz en mera coordinación burocrática sujeta a organigramas, oficios y antesalas (Emilio Rabasa Gamboa).

No hay proyecto ni apertura más que en los enunciados declarativos, con el agravante de que nombramientos como el de Alcocer reavivarán viejas pugnas entre la izquierda dueña de una memoria histórica implacable entre sí o generarán la sensación de una búsqueda de control de los medios con Gamboa Patrón. El mismo Alejandro Carrillo Castro pasó de la figura decorativa en la que había sido reducido como coordinador de Comunicación Social del gobierno federal a la dirección del Instituto Nacional de Migración, donde tendrá como jefe inmediato superior a su propio antecesor, Solís Cámara, ahora convertido en subsecretario. En los hechos, Solís Cámara sigue como director de Migración y Carrillo Castro será una especie de subdirector.

Los nombramientos reflejan más un posicionamiento político grupal que una propuesta verdadera de recomposición política. Labastida pareciera tener la vista puesta más en la candidatura presidencial del 2000 que en la solución de los asuntos inmediatos, Chiapas en primerísimo lugar. La izquierda light, el grupismo moctezumo, el dinosaurismo compartido, las recomendaciones delamadridistas y el bajo perfil para Chiapas han formado el coctel sinaloense que pretende mantenerse en el mercado cuando menos de aquí al 2000.

Mientras tanto, entretenidos en el rejuego palaciego de los nombramientos y sus significados, los dueños del poder apenas tienen tiempo para escuchar y para atender proclamas y reclamos, marchas y manifestaciones. Lo importante es el futuro, o más bien el futurismo, aunque el pasado les exija cuentas y el presente se les deshaga en las manos.

Astillas: El temprano jaloneo por la candidatura priísta del 2000 tuvo ayer un episodio interesante cuando ``el priísmo tabasqueño'' se manifestó en contra de que se quiten los candados estatutarios que obligan actualmente a que el aspirante del tricolor a la Presidencia de la República cuente en su historial político con cargos previos de elección popular. El citado ``priísmo tabasqueño'' se manifestó así luego de que Roberto Madrazo Pintado se reunió con la directiva estatal de ese partido para anunciarles que ``no tiene candidato'' para suceder al actual líder, Manuel Andrade, quien pasó a coordinar el Congreso tabasqueño. En lugar de Andrade se habla de Feliciano Calzada, quien fue secretario particular de Madrazo. Con esta pública arremetida contra la apertura de los famosos candados, el gobernador tabasqueño preludia la dura lucha que se dará entre los políticos duros del sistema (Manuel Bartlett y el propio Madrazo a la cabeza), contra los zedillistas sin antecedentes electorales... Don Manuel Cavazos Lerma, salinista que todavía ocupa el Palacio de Gobierno de Ciudad Victoria, defendió con sagacidad propia de Leonardo Rodríguez Alzheimer a los críticos del esotérico diseño que ahora llevan las placas de los automóviles de Tamaulipas. Interrogado sobre el lema Camino nuevo que llevan tales placas, y que según los conocedores de sus prácticas iluminadas corresponderían a tal terreno espiritual, Cavazos Lerma aseguró que en realidad las dos palabras se refieren a que ``en Tamaulipas se camina hacia delante; no vamos a andar como los huevos de los marranos, siempre atrás''. Respecto a la doble eme que llevan también las placas, dijo que corresponden a la forma de la sierra y que no corresponden al lema de su gobierno (``mano con mano'') ni a una evocación narcisista de su propio nombre aunque, reconoció, ``yo no tengo la culpa de llamarme Manuel''... El doctor Manuel Martínez Morales, director del Departamento de Inteligencia Artificial de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana, ha puesto en circulación el libro denominado La ciencia desde el Macuiltépetl, en el que ha compilado algunos de los artículos publicados por él en el Diario de Xalapa entre 1983 y 1993. Con una prosa cuidada, y con claridad extraordinaria en la difícil tarea de poner al alcance del lector de diarios las maravillas y los enigmas de la ciencia, el doctor Martínez Morales cumple exitosamente su cometido. Desde la dedicatoria es posible comenzar a disfrutar de este texto: ``Sin mujeres no hay ciencia posible. Para Mirna, Valentina y Carolina''... Los congresos de Jalisco y Sonora emitieron esperanzadores acuerdos en demanda de respeto a los derechos de los trabajadores ferrocarrileros dañados en su situación laboral en el proceso de privatización del sistema ferroviario. Por otra parte, el director de los Ferrocarriles Nacionales de México, Luis de Pablo Serna, ha sido invitado por los diputados de la comisión de Trabajo y Previsión Social para que este 15 de enero, a las 8:30 horas, les acompañe en un desayuno de trabajo en San Lázaro...

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