La Jornada 13 de enero de 1998

``Golpe de Estado'' del comandante de la séptima Región Militar, acusa Marcos Ahora ``el exterminio se disfraza de desarme indiscriminado'', señala

A la prensa nacional e internacional:

9 de enero de 1998.

Damas y caballeros:

Va carta para los protagonistas del 12 de enero. Nosotros por acá ``sin novedad'', todavía perseguidos en esta nueva campaña de exterminio que inició en Acteal y que ahora se disfraza de ``desarme indiscriminado''.

No deja de sorprender la inmovilidad de los poderes federales Legislativo y Judicial frente a las acciones de un general del Ejército, José Gómez Salazar, que ha decidido dar un golpe de Estado, pasa por encima de leyes dictadas por el Congreso de la Unión, se constituye a sí mismo en juez, persigue zapatistas y reparte culpas y castigos a quienes considera responsables. Mientras se sigue violando la ley para el diálogo, la Cocopa no acaba de entender lo que ocurre (y se lo sigue tomando con muuucha calma), y el nuevo gobernador del sistema repite el estilo de no decir nada con muchas palabras, tan caro a los políticos del PRI.

Por lo demás, es comprensible que el desarme de los paramilitares no se realice. Todos los soldados están ahora ocupados persiguiéndonos a nosotros. En fin, como ya es costumbre, el gobierno dice una cosa y el Ejército hace otra.

Vale. Salud y que la nueva matanza que ahora promete ``Paz y Justicia'' no tome por sorpresa a ``las instituciones de la República''.

Desde las montañas del sureste mexicano.

Subcomandante insurgente Marcos (Alias Speedy González).

México, enero de 1998.

P.D. QUE SE SUMA A LAS ENTREVISTAS BANQUETERAS (de ``banqueta'', no de ``banquete'', aunque en el caso de Gobernación parecen más lo segundo).- El ezetaelene se suma al llamado que el secretario de Gobernación hace a un tal Sebastián Guillén para que contribuya con su esfuerzo al logro de la paz en Chiapas. Sí, que contribuya (donde quiera que se encuentre) y que se discuta con unas jaibas rellenas o, de perdis, con una carne asada a la tampiqueña.

P.D. QUE ASESORA A LA SEDENA.- Estamos pensando seriamente sumarnos a la demanda de ``desarme indiscriminado''. Digo, para que también desarmen a los paramilitares, porque todos los soldaditos están empeñados en desarmarnos a nosotros. Si es que sobran algunos, sería bueno que los mandaran con los de ``Paz y Justicia''. Dicen que necesitan un corte de pelo y que les arreglen sus aparatos electrodomésticos. Los de ``Máscara Roja'' no quieren corte de pelo (por obvias razones), sino que les arreglen los dientes. Los de ``MIRA'' claman por clases de educación sexual y los ``Chinchulines'' por dulces y juguetitos.

A nosotros no nos manden peluqueros ni dentistas. Mejor (como decía mi General Morelos) échenos unas bombitas porque estamos muy aburridos con tantos aviones, helicópteros y tanques. Como quiera, ni nos van a acabar ni nos van a callar. ¡Yepa, yepa, yepa! ¡Andale, ándale! ¡Yepa, yepa, yepa!

Por cierto, cuando Zedillo acabe de colocar a su gabinete para el 2000, díganle que el asalariado de Rojas, el diputado Samuel Sánchez (el comandante del grupo de criminales llamado ``Paz y Justicia'') ya avisó que va a ensangrentar sus territorios. Al general Gómez Salazar avísenle que el cuento del ``reglamento'' del EZLN ya lo usaron en 1994 y en 1995. Hay que renovarse, digo ¿no?

P.D. OTRA.- Dice la mar que más que unirnos a la marcha del 12, mejor les digamos que se apuren a alcanzarnos porque nosotros empezamos a marchar desde principios de este año y vamos a paso veloz.

P.D. QUE VUELVE A LA MANIA DE CONTAR CUENTOS DE MADRUGADA.- El Sup Speedy González busca a la Rosita, perdón, a la mar, o a la Rosita, bueno, es lo mismo, para contarle la historia de...

El cuento de la lima con crisis de identidad.

Había una vez una lima que mucho se angustiaba. ``No soy ni limón ni naranja'', se decía y mucho se preocupaba la lima en el árbol. Y mucho miraba a las naranjas del árbol de enfrente y mucho también miraba los limones, y mucho se angustiaba porque no era ni de las unas ni de los otros. Entonces llegaron el Saúl y el Andulio y cortaron la lima y se pusieron a jugar fútbol usándola como pelota. ``¡Estoy curada!'', exclamó la ex lima mientras el Andulio driblaba al Saúl y se enfilaba con decisión al marco enemigo que era, por supuesto, el gallinero. El grito de ``¡goool!'' despertó a un cuchito que, creyendo que era pollo, dormía en la viga del gallinero. Tan-tan. (Moraleja: El clóset no tiene sólo una puerta).

La Rosita ni caso le hizo al Speedy, sólo dijo: ``este cuento está más tonto que el otro''. Ni modos.

P.D. COLABORACIONISTA.- Para colaborar con el golpe de Estado que el general José Gómez Salazar protagoniza en el sureste mexicano, aquí mandamos una lista de otros involucrados (extranjeros, además) directamente en el movimiento armado de los transgresores de la ley. Como prueba de su participación se ofrecen libros de ellos encontrados en algunos campamentos ``de los que se inconformaron'': Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare, Eurípides, Esquilo, Sófocles, Heráclito, Sócrates (vía Platón), Homero. ¡Investíguenlos!

Vale de nueve.

El Sup. (¡Yepa, yepa, yepa! ¡Andale, ándale, ándale! ¡Yepa, yepa, yepa!).


Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

México. Enero de 1998.

A la sociedad civil nacional e

internacional:

Hermanos y hermanas:

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional saluda la movilización nacional y mundial que, demandando justicia y fin a la guerra en México, se realiza este 12 de enero. Y en la movilización de este día, saludamos todas las manifestaciones que en México y en los cinco continentes se han realizado con motivo de la matanza de Acteal, del reinicio de la persecución de zapatistas en las montañas del sureste mexicano, y del incumplimiento gubernamental de los Acuerdos de San Andrés.

Hombres, mujeres, niños y ancianos, de todas las clases sociales, de razas distintas, de idiomas diversos, de diferentes países en todo el mundo, han unido sus voces para decir ¡Ya Basta! al exterminio de los pueblos indios de México.

Los mejores pensamientos de México y el mundo se han manifestado para demandar una solución pacífica a los reclamos indígenas, para exigir justicia en el genocidio de Acteal, y para detener la persecución en contra de los zapatistas.

El 12 de enero es para nosotros un día de fiesta, la fiesta del encuentro.

En este día recordamos y saludamos el que ustedes y nosotros nos hayamos encontrado. Nuestras aspiraciones son las mismas: democracia, libertad y justicia para todos. Nuestros caminos son distintos, pero en nosotros no ha cedido el empeño de que la vida alumbre y acompañe las tres demandas fundamentales.

Este 12 de enero, mientras en México y en el mundo se exige justicia y respeto para los indígenas mexicanos, el gobierno continúa con su estrategia de mentiras, traiciones y asesinatos.

En estos días, los embajadores del gobierno se distribuyen por el mundo para vender falsedades y ocultar masacres. Pero a estas alturas, para nadie es un secreto que el 22 de diciembre de 1997 el gobierno mexicano mandó asesinar a 45 niños, mujeres y hombres en la comunidad indígena de Acteal. Escuadrones de la muerte, armados, entrenados y dirigidos por el gobierno atacaron a un grupo de indígenas, remataron a niños heridos, abrieron el vientre de mujeres embarazadas, aniquilaron todo lo que encontraron a su paso.

Por esos niños muertos, por esas mujeres destazadas como animales, por esos hombres asesinados, pedimos justicia. En esta demanda coincidimos los todos que somos nosotros y ustedes, en México y en el mundo. Justicia para los muertos, castigo para los verdaderos asesinos.

Sin embargo, la Procuraduría General de la República (PGR) hace todo lo posible por ocultar lo ocurrido, por desviar la atención y por que la injusticia corone las tumbas de los muertos de Acteal.

Acteal es el símbolo de una forma de gobernar: la del que simula la paz y hace la guerra; la del que finge dialogar mientras prepara la traición; la del que promete solución pacífica y asesina inocentes.

El gobierno planeó la matanza. El gobierno preparó y equipó a los asesinos. El gobierno llegó después a tratar de borrar las evidencias. El gobierno se esfuerza ahora en presentar la matanza como un conflicto menor, producto de rencillas internas y de una ``guerra entre pobres'' de la que es ajeno. Pero desde hace cuando menos dos años, el gobierno federal mexicano echó a andar una estrategia contrainsurgente para armar, entrenar y dirigir a bandas paramilitares, con el fin de enfrentarlas a las bases de apoyo zapatistas.

Acteal es el símbolo de la guerra de exterminio, la verdadera respuesta gubernamental a las justas demandas de los pueblos indígenas de México.

``Exterminar a las bases zapatistas'' es la consigna de las bandas criminales del gobierno. Su accionar ha provocado el desplazamiento de miles de familias indígenas, zapatistas y no zapatistas, de sus comunidades. Estos desplazados tratan de ser rendidos por hambre y muerte, con el apoyo cómplice del gobierno que primero los persigue y asesina, y luego les ofrece ayuda humanitaria con el único fin de lavar su imagen en el exterior.

A las exigencias mundiales de justicia, el gobierno responde como si nada hubiera pasado. La masacre queda atrás y se convierte, por la magia de la mentira gubernamental, en un hecho más de violencia intrafamiliar, se remueven funcionarios y se suplen por otros que garanticen la impunidad de los salientes. Y el gobierno mexicano se queja de que, después de haberlos mandado perseguir y matar, los indígenas rebeldes se comporten con dignidad y no acepten las limosnas con las que se pretende comprar su silencio, su perdón y su olvido.

Pero Acteal es también el símbolo de la lucha de dos esfuerzos: el del gobierno que busca que la desmemoria y la impunidad triunfen; y el de la sociedad civil que exige justicia verdadera y se niega a olvidar el peor crimen de los últimos 30 años.

Y la lucha por la memoria y la justicia es la lucha por la paz digna.

En esta lucha estamos ustedes y nosotros.

Ni las matanzas ni las persecuciones, ni las mentiras ni las simulaciones darán por resultado una solución verdadera.

No vendrán del gobierno ni la paz ni la justicia.

Vendrán de la sociedad civil, de sus iniciativas, de sus movilizaciones.

A ella, a ustedes, hablamos hoy.

A su reclamo de justicia nos sumamos.

A su exigencia de fin a la guerra y a la persecución nos unimos.

A su demanda de paz con justicia y dignidad nos adherimos.

Y junto a todos reclamamos, ya, el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional saluda este 12 de enero las movilizaciones que en México y en todo el mundo se realizan. Junto a todos ustedes, nosotros exigimos...

¡Democracia!

¡Libertad!

¡Justicia!

Desde las montañas del sureste mexicano.

Subcomandante insurgente Marcos.

Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

México, enero de 1998.