Desplazados en Polhó, donde se informó de la muerte de
otra niña por
pulmonía. Ayer volvieron a la zona el secretario de
Salud, Juan Ramón
de la Fuente, y Mireille Roccatti; los indígenas
insisten en recibir
toda ayuda a través de ONG
José Gil Olmos, enviado, X'oyep, Chis., 15 de enero Ť Reunidos en la explanada de tierra convertida en el zócalo del campamento, decenas de niños se arremolinan para alcanzar un juguete. A un lado, en una choza improvisada, los promotores de salud atienden a otro grupo de menores que no dejan de toser. Mientras, Roberto, representante de los desplazados, informa que el domingo murió una niña --de seis meses de edad-- ``por fiebres'', y precisa que no se ha recibido la planta potabilizadora de agua que prometió el secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, un día antes. Con esta nueva muerte, son seis los fallecimientos de los desplazados de Chenalhó en las últimas dos semanas.
Hoy regresaron nuevamente el secretario de Salud y la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Mireille Roccatti, para ``afinar'' los mecanismos de ayuda a las 14 comunidades desplazadas que se refugian en campamentos de Polhó, Acteal y X'oyep. Sin embargo, en estas tres poblaciones, los representantes y autoridades insisten en que no recibirán los apoyos oficiales directamente, sino a través de agrupaciones sociales nacionales e internacionales.
En Polhó, donde se concentra el mayor número de desplazados de las comunidades de base zapatistas, Luciano insiste en que no se recibirá la ayuda humanitaria mediante la CNDH, y rechaza las versiones oficiales de que ellos ya habían aceptado dicha ayuda ofrecida el sábado pasado por el secretario de Salud y el gobernador Roberto Albores Guillén.
Faltan médicos
Con los ojos enrojecidos de cansancio, el tzotzil comisionado para hablar con la prensa dice que en los últimos días únicamente se ha recibido ayuda de Tabasco enviada por el senador chontal Auldárico Hernández, y del Frente Zapatista de Liberación Nacional, en nueve camiones que llegaron ayer por la noche. Aunque por el momento hay comida y medicinas para todos, reconoce la ausencia de médicos profesionales que atiendan a los 250 enfermos diarios que ayudan los cuatro promotores de salud, que tienen conocimientos básicos de enfermería y de medicina tradicional.
De la Cruz Roja Mexicana, explica que sólo atiende los casos más urgentes y que para ello usa una ambulancia que está disponible todo el tiempo frente al consultorio improvisado a la entrada de Polhó. Pero de los medicamentos ofrecidos por De la Fuente, nada, absolutamente nada han aceptado.
--¿Por qué? --se le preguntó.
--Pues porque primero queremos la solución al problema. Queremos que los ejércitos se vayan a sus cuarteles y ya no estén los policías, que agarren a los paramilitares priístas, pero quién sabe si lo hagan porque ellos son los que reciben la ayuda del Ejército, la comida y las medicinas.
``Nosotros queremos regresar a nuestras casas pero allí andan los paramilitares, con la policía y con los soldados y nadie los agarra. Hay un meco (albino) que va dos veces al campamento militar y recibe alimento. El estuvo en la matanza de los compañeros y no le hacen nada. Por eso, si no hay solución al problema, nosotros ya tomamos acuerdo para no recibir nada del gobierno'', asegura Luciano.
Hasta la tarde, los indígenas desplazados no sabían nada de la llegada de las autoridades estatales y federales, pero mientras tanto se repartían la comida, ropa y medicinas que habían llegado de Tabasco y de la ciudad de México.
--¿Son suficientes?
--Ahorita sí.
--¿Por cuánto tiempo?
--Quién sabe, no mucho porque los hombres apenas están trabajando la tierra y no hay comida que sacar. No sabemos.
Mientras tanto, dice que ya se están construyendo seis campamentos diseminados alrededor del pueblo, donde serán distribuidos los más de 6 mil 200 que aquí llegaron desde el pasado 22 de diciembre, aunque algunos arribaron desde mayo.
Otros serán enviados a X'oyep, donde ya están mil 500 de Las Abejas, y los que se encuentran perdidos en el barrio de Majomut serán reubicados en Polhó, explica Luciano, quien insiste en aclarar que ellos, las comunidades de base zapatistas, no han ``agarrado nada'' de la ayuda del gobierno.
Otro campamento militar
Por el camino estrecho por el que se llega caminando entre la montaña al campamento de desplazados de X'oyep, un grupo de soldados desarmados ha instalado un pequeño puesto entre los árboles. ``Labor social'', reza una manta blanca antes del lugar donde un par de mujeres y una decena de soldados esperan que los ``consulten'', detrás de una mesa con medicamentos.
Tienen ahí cuatro días y los desplazados de Las Abejas rechazan su presencia. Así lo hicieron saber al campamento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos instalado a un costado de la comunidad, cuya respuesta fue que ``no los podemos ayudar porque los ejércitos se quedarán hasta que los quiten sus jefes''.