La globalización entendida como un fenómeno objetivo, como una nueva etapa de la internacionalización del capital, tiene nombre y apellido en el mundo actual, caracterizado por la imposición de las políticas neoliberales.
La globalización que lleva el capitalismo a todas las naciones y produce apertura de fronteras, trasnacionalización, avances tecnológicos en comunicaciones y medios de información, está provocando en todos los países del norte y del sur un proceso de polarización, de incremento de la pobreza, y de exclusión social. Esta es la globalización neoliberal que pretende acabar con los sindicatos y las organizaciones sociales, para dar manga ancha al capital en su afán de acumulación sin límites.
Pero la globalización está operando también en otras dimensiones, en la internacionalización de la solidaridad, ampliándola y profundizándola. Se trata de la construcción de un proceso de unidad de fuerzas sociales y políticas más allá de las fronteras, capaces de plantear y promover alternativas al modelo excluyente que se nos impone, y del sujeto social capaz de promoverlas y de luchar por ellas.
Tres muestras recientes de esta dimensión son las movilizaciones de apoyo en el mundo a la desmilitarización en Chiapas, las manifestaciones de solidaridad de las organizaciones canadienses a propósito de la visita de una delegación de su gobierno y empresarios a nuestro país, y la misión que se encuentra en México de juristas internacionales para conocer la situación de los derechos laborales.
Respecto al primer ejemplo, los diarios nacionales dieron cuenta de las numerosas manifestaciones realizadas el pasado 12 de enero en todo el mundo, exigiendo al gobierno mexicano el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y la solución pacífica al conflicto en Chiapas. También de la petición de varios partidos europeos para suspender la ratificación del acuerdo comercial, político y de cooperación entre la Unión Europea y México, ``hasta que se clarifique el rol de ciertas unidades especiales del Ejército en la creación de los grupos paramilitares'' (Reforma, 14-I-98). Asimismo, el planteamiento de organizaciones sindicales como la Central General de Trabajadores de Francia, que solicita a la Organización Internacional del Trabajo ``que investigue sobre este nuevo caso de violación de la Convención 169 sobre derechos de los pueblos indígenas, ratificada por el gobierno mexicano''.
Un segundo ejemplo lo constituyen los pronunciamientos de las organizaciones canadienses, entre ellas el Congreso del Trabajo Canadiense (CLC), dirigido al Primer Ministro, Jean Chrétien, como jefe de la delegación que visitó México en días pasados, de denuncia no sólo por la situación de violación a los derechos humanos en Chiapas, sino también por ``la negación regular y frecuente del derecho a afiliarse a sindicatos independientes'' a los trabajadores mexicanos, y la demanda de revisión del TLC, por ser un mecanismo que profundiza las desigualdades sociales tanto en México como en Canadá. Asimismo, el recordatorio a los empresarios canadienses de sus compromisos contraídos a partir del ``Código de Etica de Negocios'', patrocinado por el gobierno, desde el cual se obligan a propugnar los derechos humanos en áreas o regiones donde tienen influencia, a proteger el medio ambiente, la salud y seguridad de los trabajadores y a pugnar por la justicia social. Por último, una tercera expresión de este proceso de construcción trasnacional de la solidaridad, es la presencia en nuestro país de una delegación proveniente de España, Costa Rica y Canadá, de abogados integrantes de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas, que llegan invitados por sindicatos mexicanos a constatar la permanente violación a los derechos de libertad sindical y contratación colectiva por parte de las empresas trasnacionales y el gobierno mexicano. Particularmente vienen a observar la actuación de la empresa ITAPSA, filial de la trasnacional Echlín, que ha enfrentado el intento de sindicalización independiente de sus trabajadores con grupos de golpeadores (caso reseñado magistralmente por Alberto Aziz Nassif en La Jornada), así como los casos de maquiladoras del norte del país, en los que tanto gobiernos panistas como priístas se doblegan ante el charrismo imperante en la región y el poder de las empresas extranjeras. El Informe de esta comisión de expertos será presentado a la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo.