También en la Procuraduría capitalina desaparecieron archivos
Humberto Ortiz Moreno Ť Los discos duros de los archivos computarizados de la procuraduría capitalina fueron borrados. Simplemente desaparecieron.
En la búsqueda de huellas y rastros de la actuación de quienes manejaron la institución en el pasado reciente, los funcionarios actuales ni siquiera pudieron encontrar antecedentes de los anteriores colaboradores.
``No quiere decir esto que las cosas quedarán así. Sería un exceso decir que empezamos de cero, pero nos costará el doble de trabajo'' poner a funcionar la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, deploró la subprocuradora ``A'' de Procedimientos Penales, Margarita Guerra y Tejada, aunque pronosticó que, contra todo, en un año ``llegaremos a la cúspide'' de la gestión del Ministerio Público.
Para dar una idea del caos que dejaron las pasadas administraciones, dijo que ciudadanos han llegado hasta ella para verificar el curso de casos que ``no caminaron'', pero resulta que no están donde deberían de estar.
Las averiguaciones previas han sido rastreadas para encontrar copias en las delegaciones del Ministerio Público y verificar el estado en que las dejaron, pero aparecen en áreas que no corresponden.
``Tal vez no está todo desaparecido pero sí ubicado en lugares en donde no es fácilmente localizable'', lamentó la funcionaria.
Por lo tanto, Guerra y Tejada dijo que echará mano de ``elementos muy valiosos'' dentro de la institución que, comentó, habían sido relegados en pasadas administraciones por tener una conducta honesta.
Comentó a La Jornada que la procuraduría capitalina estaba convertida en una élite de funcionarios desde mandos medios hasta superiores que todo se consentían, a todo lujo, con las mayores facultades y recursos, echando al olvido a las estructuras inferiores, especialmente a los miembros de la Policía Judicial del Distrito Federal.
En consecuencia, estableció que una prioridad de la PGJDF es ahorrar en lo posible dentro del presupuesto, eliminando oficinas y espacios innecesarios en inmuebles, por ejemplo, para elevar significativamente los sueldos de los policías.
Y es que, advirtió la subprocuradora Guerra, ``no podemos pensar ni remotamente que esto se va a arreglar si no hay un nivel decoroso de vida para ellos, para los mandos inferiores de la procuraduría''.
Desde su perspectiva, en el momento en que se dignifique el sueldo ya no habrá agentes detenidos por delinquir.
No obstante, aclaró: ``tampoco podemos decir que como tienen bajos sueldos vamos a apapacharlos. Reconocemos que es muy difícil exigir si no se mejora''.
Al ponderar los primeros 41 días de la gestión de la nueva autoridad en la procuraduría capitalina, la funcionaria garantizó que ``ya sabemos dónde estamos parados''.
Aún más, asentó, ``podemos decir que ya estamos tomando medidas claras, precisas, de reestructuración y organización para empezar a actuar''.
Externó que la PGJDF no es una institución a la que puede llegarse y ``maravillosamente bajar la cortina durante tres meses en lo que nos organizamos, cerramos por inventario y luego empezamos'', porque la delincuencia no ha parado y la desaparición de archivos implicará un doble esfuerzo.
Depuración de averiguaciones
Paralelamente a estas tareas, la procuraduría del Distrito Federal realiza una depuración acelerada de averiguaciones previas para trabajar sólo en aquellos casos relevantes y de mayor impacto social.
La subprocuradora Guerra y Tejada calcula que quedarían en reserva más de 200 mil casos en que, por citar un ejemplo, el denunciante no acudió a ratificar su denuncia ni aportó mayores elementos, o las investigaciones no condujeron a ningún lado.