Dos mil creadores e investigadores forman red por la paz en Chiapas
Claudia Herrera Beltrán Ť En la búsqueda de integrar una red inédita en México de científicos y artistas que promueva una solución pronta al conflicto en Chiapas, más de 2 mil investigadores y creadores se unieron en una carta dirigida al presidente Ernesto Zedillo, en la que manifestaron su repudio a la matanza de Acteal y pidieron la salida del Ejército Mexicano de las comunidades indígenas.
El médico Arnoldo Kraus, quien junto con el pintor Gabriel Macotela promovió la misiva, dijo que por primera vez la comunidad científica y artística romperá el silencio con un llamado a la paz, la donación de 10 por ciento de su sueldo, una reunión con el secretario de Gobernación y el levantamiento de una encuesta en la zona de conflicto para conocer las condiciones de vida de los habitantes.
En entrevista, el investigador en inmunología dijo que hasta ahora los esfuerzos aislados en busca de la paz en la entidad han sido insuficientes, por lo que ``pensamos que sistemas neutros como el de investigadores y el de creadores'' podrían tener mejores resultados.
Al finalizar 1998, Kraus hizo una llamada telefónica al pintor Macotela y le propuso publicar un artículo en este diario invitando a científicos, académicos y artistas a unirse para detener los enfrentamientos en Chiapas. El miércoles 7 de enero finalmente apareció un escrito de ambos en La Jornada que despertó ``una amplia respuesta''.
Ante las reacciones de solidaridad de la comunidad científica y artística de México, se decidió redactar una carta que elaboraron conjuntamente con el escritor Carlos Monsiváis y que fue retocada por el literato José Emilio Pacheco.
Kraus explicó que el principal objetivo del manifiesto es tratar de conjuntar esfuerzos diferentes y dejar atrás ``un divorcio muy grande entre dedicarte a crear, investigar o descubrir mientras avalas con el silencio lo que está pasando en Chiapas''.
Dijo que la fuerza del llamado proviene de un punto de vista neutral, de personas dedicadas a hacer colaboraciones importantes tanto en México como en el extranjero en los ámbitos de la ciencia, la cultura y la creación.
El especialista en el tema de la eutanasia expuso que ante la respuesta masiva de los investigadores y creadores, buscarán conformar una red que funcione rápido y bien y tenga la fuerza de la ``razón y la intelectualidad'' para buscar mejores condiciones de vida para los mexicanos y en especial para los pueblos indígenas.
Señaló que una vez cumplida la meta de reunir a numerosos miembros del Sistema Nacional de Investigadores y del Sistema Nacional de Creadores, se proponen integrar una comisión de los más prestigiados de ellos que acuda ante el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, para exponerle su preocupación sobre la situación en la entidad.
Los firmantes del desplegado comparten un ``profundo dolor y pena'' por el asesinato de 45 indígenas ocurrido en la comunidad de Acteal, en el municipio de Chenalhó y consideran que el conflicto terminará hasta que se ponga fin a los problemas sociales de los chiapanecos.
Además, tienen previsto abrir una cuenta bancaria, en la que los interesados depositarán el 10 por ciento de su sueldo mensual con el fin de que los fondos sean entregados, por medio de la Comisión Nacional de Intermediación, a los indígenas desplazados y a todos aquellos habitantes del estado que se encuentren en condiciones de marginación.
El investigador de 45 años de edad se preguntó cuál es el valor de la ciencia y la creación cuando hay una distancia infinita entre la utilidad de conocer la molécula y de hacer una escultura mientras sigue habiendo muertes por hambre o por balazos.
Por ello, algunos académicos e investigadores planean levantar una encuesta en la entidad para hacer un diagnóstico de los principales problemas sociales que enfrentan los pobladores más desprotegidos. ``No quiere decir que vayamos a encontrar la piedra filosofal'', añadió Kraus, pero sería conveniente que una voz neutral informe sobre el estado de salud y de la educación que hay en la zona.
Por lo pronto, propuso que los profesores contribuyan a crear una conciencia crítica en sus alumnos y aprovechar diez minutos de su clase para comentar lo que sucede en Chiapas, pero desde un punto de vista objetivo que no favorezca al gobierno o a los indígenas, sino que expongan y discutan la situación que impera en la entidad.