Masiosare, domingo 18 de enero de 1998
ES MEJOR
RESISTIR
Cerca de mil familias de Chenalhó
tuvieron que abandonar todo para escapar de la amenaza de la
muerte. Dejaron atrás su parcela de maíz sin cosechar, sus casas, sus
animales, sus huertos, sus herramientas. También dejaron sus parcelas
de café orgánico, que durante cuatro años cuidaron con tal esmero que
les valió un reconocimiento internacional (el Certificado orgánico
internacional, que otorga Naturland, de Alemania).
Agustín Vázquez Pérez, de X'cumumal, es uno de los esmerados cafeticultores. Hoy sobrevive, desplazado, en Polhó. Perdió todo, menos la esperanza: ``Cuando se acaben los paramilitares entonces queremos volver a empezar, reconstruir nuestras casas, componer los cafetales, volver a hacer milpa''.
Agustín tiene 53 años y es delegado por la comunidad de X'cumumal ante la Unión de Ejidos y Comunidades de Cafeticultores del Beneficio Majomut. Su historia es igual a la de miles en el municipio de Chenalhó:
``Hace como 20 años, cuando era yo joven, tuve que buscar terreno donde sembrar, porque en la comunidad de donde soy, Natividad, que está pegada con el municipio de Chamula, es tierra fría y para la milpa hay que sembrar en una zona más caliente. Recorrí varios parajes: Bajoveltic, Canolal, y finalmente, junto con 18 compañeros, nos establecimos en esas tierras, que llamamos X'cumumal (tierra de luciérnagas), allá por el año de 1975.
``Como es terreno comunal, ahí donde encontramos la tierra libre pedimos permiso con el Comisariado de Bienes Comunales para trabajarla, y entonces como no hubo problemas dio un papel y ya la podemos trabajar cada año. La comunidad nos dio permiso para trabajarla.
``Comenzamos por desmontar, tirar unos cuantos árboles y hacer claros donde sembrar algo de maíz. Teníamos primero casa en otro paraje y el terreno lo visitamos cuando estamos trabajando, pero hace 16 años decidimos pasar nuestra casa allá. Poco a poco logramos establecer nuestro paraje. Todos los compañeros fueron llevando a sus esposas y las casas empezaron a llenarse de niños que pronto se convirtieron en la alegría de la comunidad. Durante el año de 1996 construimos entre todos un salón para que los niños y niñas pudieran recibir clases y gestionamos que nos enviaran un maestro, lo que teníamos prometido a partir del siguiente año con el Conafe.
``Al mismo tiempo que el maíz, se comenzó a sembrar algo de café, pequeñas parcelas de 200 o 400 matas (1/4 de hectárea) y con la venta del producto obteníamos algo de dinero que nos ayudaba con los gastos de la casa. Con los años, cada socio plantó hasta una hectárea o dos de café, además de que cada año se siembra la milpa, más o menos una hectárea cada uno, de donde sacamos lo necesario para nuestra comida.
``En 1995, después de una reunión en la bodega de la Unión Majomut, se aceptó que nuestro paraje formara parte de la organización y comenzamos a vender el café junto con los demás compañeros. No era tan fácil. Para cada reunión había que caminar seis horas hasta la bodega y el café lo entregamos en Canolal, que es hasta donde puede entrar el carro, después de cargarlo por la vereda unas tres horas, pero los precios son mejores. Además comenzamos a hacer los trabajos. Nuestras matas estaban muy verdes y cargadas de fruta.
``A principios de 1997 se comenzó a escuchar que había problemas en el municipio, se hablaba de gente armada y de que se quería sacar a los que no estaban con el PRI. En el paraje, como somos muy unidos, nunca hubo de ese problema, pero en el paraje vecino, Tzanembolóm, se escuchaba que había muchos pleitos entre los que eran del presidente municipal y los que apoyaban al municipio autónomo. En X'cumumal todos apoyamos al autónomo porque realmente es gente que quiere el beneficio para el pueblo.
``Durante el mes de octubre nos visitaron algunos de Tzanembolóm para pedir permiso para pasar un tiempo en nuestro paraje, pues aunque eran mayoría en su comunidad, la minoría priísta los había amenazado con matarlos a todos si no se afiliaban a ese partido, entonces decidieron huir al monte, donde pasaron 15 días escondidos. Aceptamos que llegaran a X'cumumal esos hermanos y comenzaron a llegar familias enteras, los hombres acompañados de las mujeres, los niños, los ancianos, hasta que completaron 480. Llegaban sólo con la ropa que traían puesta, así que comenzaron a hacer unas casitas con ramas y cubiertos con plásticos. Parecíamos nosotros mismos cuando llegamos a poblar el paraje. Les ayudamos con un poco de maíz aunque sea para que no murieran de hambre. Las cosas se fueron poniendo peor, porque llegaba más gente, de Chimix, de Bajoveltic, de Canolal.
``Nosotros ya no podíamos ni salir a cosechar a las parcelas porque había gente armada que nos echaba bala por el camino. Todas las tardes se oían las balas en los cerros. Ya no teníamos comida ni para nosotros y se escuchaba que los priístas nos iban a venir a matar a todos, que para eso estaban bien armados.
``A principios de diciembre nuestra comunidad de 65 personas, tenía alojadas a más de 2 mil.
``Durante todo ese mes sufrimos bastante, sin comida, sin poder salir a ningún lado y escuchando todo el tiempo las amenazas de que iban a llegar a matarnos.
``El día 23 de diciembre nos enteramos de lo que sucedió con nuestros hermanos en Acteal y vimos que las amenazas eran ciertas. No quisimos morir y acordamos mejor todos venir a refugiarnos a Polhó. Salimos el día 26 de diciembre a las 6 de la mañana.
``Caminamos bajo la lluvia mi mujer y mis nueve hijos. Veníamos todos los del paraje y todos los de los otros parajes que estaban refugiados en X'cumumal. Los que salieron al último, cerca de las 10 de la mañana, escucharon los disparos de los priístas que entraban a robar a todas las casas y tuvieron que correr para que no los mataran. Fue una bendición que llegaran los de la caravana a ayudarnos a salir.
``Yo dejé allá mis 15 sacos de café pergamino que tenía listo para entregar a la Unión, era el fruto de todo el año; de ahí iba yo a sacar algo de dinero para todos los gastos y todo lo robaron. Era café orgánico que la Unión iba a vender y ahora seguramente los priístas lo entregaron a los coyotes para comprar más armas y balas.
``Dejé mi casa que con tanto trabajo había levantado. Dejé las herramientas que fui juntando poco a poco: el machete, la pala, la despulpadora de café; se quedó todo el traste que usaba en la casa. Toda mi ropa y cobijas. Ahí quedaron todos mis animales. No llevamos nada cuando salimos, sólo la ropa que traíamos puesta.
``Con todos mis compañeros de X'cumumal es igual, todos perdimos nuestro trabajo, en conjunto perdimos más de 100 sacos de café orgánico ya cosechado, que ahorita vale más de 22 pesos por kilo, o sea más de 130 mil pesos. Esperábamos cosechar este año más de 200 sacos.
``Ahora estamos viviendo en Polhó, comemos un poco de tortilla cada día, del maíz que se ha recibido de la ayuda que llega. A veces tenemos frijol, arroz y sopa. Lo poco que hay se reparte entre todos, que somos muchos. Hay días que no tenemos ni sal para la tortilla, no tenemos jabón para lavarnos o lavar nuestra ropa. Muchos están enfermos porque cuando salimos huyendo había mucha lluvia y frío. Pero es mejor así, resistir, aunque tardemos un año o más. Resistir.
``Sabemos que vamos a poder regresar un día a X'cumumal, cuando se acaben los paramilitares, entonces queremos volver a empezar, reconstruir nuestras casas, componer los cafetales, volver a hacer milpa. Queremos que el gobierno pague todos los daños que nos causaron, porque ellos fueron los que hicieron este problema y así será más fácil regresar. Algun día...''
Víctor PérezGrovas es asesor de la Unión de Ejidos Majomut y ha acompañado desde hace varios años el proceso de organización de los pequeños productores de café del municipio de Chenalhó.
Apenas habían pasado unas horas de la masacre de Acteal. Javier Jiménez relataba cómo habían matado a su madre, su hermana y sus compañeros. Lo interrumpió su padre, don Vicente Jiménez: ``Yo tuve la culpa de que ellas hayan muerto, porque yo me metí en esto, ellas no tenían la culpa''.
La señora María Pérez Pérez, de la comunidad Las Limas, supo desde el 20 de diciembre que los paramilitares iban a atacar Acteal. Su esposo, mayor del ayuntamiento de Chenalhó, era uno de ellos. María Pérez quiso avisar a sus padres, quienes se encontraban refugiados en Acteal. Su marido se lo impidió. A solicitud suya, la mujer fue encerrada en la cárcel de la cabecera municipal. La liberaron un día después de la masacre. Desde el 24 de diciembre está en Polhó, refugiada con otros miles. Y con miedo.
Testimonios así son ya comunes, lo que revela que los daños morales y psicológicos son graves y quizá irreparables. Entre los desplazados se produce el sentido de la culpa, especialmente entre los sobrevivientes.
El miedo disminuye las posibilidades de defensa de la comunidad hasta volverla sumisa y sin capacidad de propuesta. La gente se vuelve desconfiada. El miedo se ha convertido en un instrumento de control político. Recordar a los muertos equivale a pensar que lo mismo puede pasar a quienes se opongan a salir de la comunidad.
Integrantes del Ejército acompañaron a la PGR y a organismos de derechos humanos para el rescate de zapatistas y miembros de Las Abejas que mantenían secuestrados los priístas en Los Chorros. La estrategia es generar la concentración de desplazados en Polhó, lo que da la posibilidad de un mayor control sobre las bases de apoyo del EZLN. Las preguntas son: ¿por qué no se ha garantizado que los indígenas permanezcan en sus comunidades?, ¿por qué no se les ofrece seguridad en los lugares donde viven?
Porque de lo que se trata es de modificar la forma de vivir de la población, cambiar la manera de pensar y que los desplazados acepten su nueva condición de vida. En el fondo se lleva cabo una represión política con la sustitución de valores y la introducción de un nuevo lenguaje adaptado a la situación de guerra.
Así, los desplazados se ven obligados a salir de su comunidad y pierden todo: su casa, terrenos, producciones de maíz, café, frijol. Pierden comida y ropa porque muchos de ellos huyen sólo con lo que llevan puesto, agravándose las de por sí deterioradas condiciones de salud, pues se ven obligados a huir a la montaña, donde viven a la intemperie.
Según el testimonio del promotor de salud de Las Abejas de la comunidad de Polhó, Emilio Luna Pérez, sólo del mes de septiembre al 15 de diciembre unas 20 personas fallecieron en las montañas de Chenalhó -entre ellos un bebé de seis meses- y cinco mujeres dieron a luz.
Después del desplazamiento, muchos de ellos no pueden dormir porque están pensando que podrían ser atacados nuevamente estén donde estén, por lo que buscan estar lo más lejos del peligro. Además, constantemente piensan en cómo recuperar lo perdido.
La población desplazada va perdiendo su identidad comunitaria, porque se rompe el tejido social. Se destruyen los proyectos colectivos, como las cooperativas y las casas de salud. Es decir, se acaba aquello que les dio unidad como organización.
Al mismo tiempo pierden lo individual, con la quema de viviendas particulares, la destrucción de las plantaciones de café y maíz (por algo los paramilitares realizan más acciones en las temporadas de cosecha).
Los agresores, dicho sea de paso, desplazan a los habitantes de sus comunidades y obtienen un ``triunfo'' político, pero también ganancias económicas. El botín de guerra es el café, el maíz y las pertenencias de quienes abandonan sus casas. En Chenalhó, por ejemplo, donde los habitantes de Polhó denunciaron que los ``dos camiones de volteo del ayuntamiento de Chenalhó el día 16 de diciembre subieron para recoger el café que están almacenando en una bodega en la cabecera municipal'' (denuncia de José Arias Pérez, del consejo autónomo de Polhó, 17 de diciembre de 1997).
Sin nada, los desplazados van perdiendo su identidad. ``Ya no sabemos de dónde somos, porque ya no somos ni de aquí ni de allá, porque aquí no es nuestra tierra, pero tampoco puedo entrar a mi comunidad porque estoy amenazado de muerte por los priístas y paramilitares de Los Chorros'' (testimonio de Alonso Méndez Hernández, de la comunidad Los Chorros, refugiado en las instalaciones de la Nueva Primavera de San Cristóbal de las Casas).
En la táctica contrainsurgente la ubicación geográfica de las zonas norte y Altos tiene gran relevancia, porque es ahí donde se fortalecen la resistencia y avanza el proyecto zapatista. En esta zonas la guerra cambia de terreno y se manifiesta en la promoción de desplazamientos masivos de la población, asesinatos, emboscadas, torturas y quema de pertenencias de militantes de organizaciones que mantienen una actividad política opositora al gobierno, sean del PRD, sociedad civil organizada o bases de apoyo del EZLN.
Esta guerra sucia es llevada acabo por paramilitares.
Las zonas norte y Altos forman dos partes de una pinza geográfica. El cerco paramilitar ha tenido como táctica agresiones directas a las comunidades bases de apoyo del EZLN, principalmente, y a militantes de organizaciones campesinas que se encuentran en resistencia civil contra el gobierno.
En la estrategia de la guerra tiene especial importancia el fenómeno de los desplazados por la violencia política. Es un fenómeno presente en el norte desde agosto de 1995 y en Los Altos de Chiapas desde 1997 a la fecha, y que en la lógica contrainsurgente responde al objetivo de atacar la estructura organizativa del movimiento rebelde.
El objetivo central de los desplazamientos masivos es disminuir la moral combatiente de los insurgentes y cortar las comunicaciones de la estructura militar con las bases de apoyo. En Guatemala, esta estrategia de ``quitarle el agua al pez para que se muriera solo'' se acompañó con una política de tierra arrasada y la construcción de las ``aldeas modelo'' que permitieron un control de la población.
La consecuencia lógica es que ya no hay la necesidad de utilizar la fuerza armada contra el movimiento insurgente, sino la de la provocar choques armados entre los habitantes de una comunidad, o entre comunidades, partiendo de las diferencias políticas que existen en ellas.
Zona norte Cuadro de desplazados 1995 a 1997 | ||||
Municipio | Comunidad desplazada | Lugar de refugio | Cantidad de personasMilitancia política | |
Sabanilla | Los Moyos | Catarina | 600 | PRD |
Sabanilla | Bebedero | Unión Juárez | 200 | PRD |
Sabanilla | Jesús Carranza | Unión Hidalgo | 500 | PRD |
Sabanilla | Cristóbal Colón | Unión Juárez | 200 | PRD |
Sabanilla | Quintana Roo | Providencia | 350 | PRD |
Sabanilla | Paraíso | Asunción Huitiupán | 650 | PRD |
Sabanilla | Emiliano Zapata | Shushupá | 150 | PRD |
Sabanilla | Chilintiel | Shushupá | ||
10 | PRD | |||
Sabanilla | Pasijá de Morelos | Frontera | 50 | PRD |
Sabanilla | Shushupá | Refugio temporal en la montaña cuando entra la policía | 600 | PRD |
Tila | Aguascalientes, Pantienejá, Susuclumil y Tzaquil | |||
Usipá, Misopá, Chinal, Masojá Shucjá | 288 | PRD | ||
Tumbalá | Emiliano Zapata | Chulakhó | 180 | Bases de apoyo EZLN y PRD |
Tila y Sabanilla | Varias comunidades | Raya Zaragoza, Aguas Blancas, Oxolotán y Jesús Carranza | mil | Bases de apoyo EZLN y PRD |
Salto de Agua | Progreso | Salto de Agua | 22 | PRD |
Zona de Los Altos Desplazados por la violencia politica en Chenalho | |||||
Municipio | Comunidad desplazada | Lugar de refugio | Cantidad de personas | Militancia política |
|
Chenalhó | Chimix | En la 4a. Fracción | 77 | Bases de apoyo EZLN | |
Chenalhó | Esperanza | Acteal | 35 | Bases de apoyo EZLN | |
Chenalhó | Tzanembolóm | A orillas de la comunidad | 80 | Bases de apoyo EZLN | |
Chenalhó | Los Chorros, Yibeljoj, Yashjemel | X'oyep | mil 222 | Bases de apoyo EZLN | |
Chenalhó | Joveltic | Tulantic 5a. Fracción | 28 | Bases de apoyo EZLN | |
Chenalhó | Yibeljoj, Yashjemel Centro, Los Chorros y Barrio Chuchtic | Poconichim | 736 | Bases de apoyo EZLN | |
Chenalhó | Tzajalucum | Pechiquil | 17 | Las Abejas | |
Chenalhó | Tzanembolóm | Tzajalchen | 32 | Las Abejas | |
Chenalhó | Canolal | Tzajalchen | 27 | Las Abejas | |
Chenalhó | Acteal, Pechiquil, Yibeljoj, X'cumumal, Tzanembolóm, Chimix, Bajoveltik, La Esperanza, Aurora Chica y Tzajalucum | Polhó | 6 mil 13 | Bases de apoyo EZLN | |
Chenalhó | Tzajalucum, Los Chorros Puebla y Acteal | La Nueva Primavera, en San Cristóbal de Las Casas | 150 | Las Abejas | |
Chenalhó | Acteal y Canolal | Instalaciones de las Regiones Autónomas Pluriétnicas (RAP) | 40 | Las Abejas | |
Chenalhó | Los Chorros y Canolal | Instalaciones de las RAP, antes INI en San Cristóbal | 300 | PRI | |
Chenalhó | Tzajalucum, Quextic Centro y Poblado Quextic | Acteal, incluidos los retornados | 400 | Las Abejas | |
Chenalhó | Canolal | Albergue Don Bosco | 36 | Las Abejas | |
Chenalhó | Bajoveltik | Chimix | 600 | PRI |