La persecución religiosa, indigna en católicos o protestantes, señala Arizmendi
Alma E. Muñoz Ť Es contrario a la fe cristina la expulsión, amenaza y asesinato de familias. No importa de donde provenga la orden, ``si se dicen católicos o protestantes, obran en contradicción y son una vergüenza para la Iglesia a la que pertenezcan'', afirmó ayer el obispo de Tuxtla Gutiérrez, Felipe Arizmendi Esquivel, en su homilía dominical.
Por su parte, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, reiteró su llamado a las autoridades para encontrar caminos de solución al conflicto de Chiapas.
Durante una conferencia de prensa ofrecida al término de su homilía, Rivera Carrera rechazó en un primer momento hablar sobre Chiapas. Sin embargo, pidió ``iluminación divina'' para las autoridades a fin de que encuentren un camino y puedan hacer propuestas de diálogo y para la distensión del conflicto en aquella entidad del sureste del país.
``Todos los mexicanos, no solamente las autoridades, tenemos algo qué hacer para que esas situaciones, esos malestares, esos pecados, podríamos decir que generaron esta violencia, queden sepultados y tengamos paz en Chiapas'', manifestó el arzobispo.
Las homilías de los dos religiosos centraron su mensaje en torno al matrimonio. Fue Arizmendi Esquivel quien habló de los sufrimientos del pueblo indígena, ``sus penas y tristezas, sus soledad y miseria, contrarios a la voluntad de Dios''.
Dijo: ``El quiere que nadie sufra, sino que vivamos felices. Dios no está de acuerdo con que haya personas y familias desplazadas de su hogar y de su tierra, desoladas y abandonadas. Es lo más contrario a la fe cristiana que algunos expulsen, amenacen y asesinen a otros. Si se dicen católicos o protestantes, obran en contradicción con la fe cristiana y son una vergüenza para la Iglesia a la que pertenezcan'', advirtió.
El ataque contra los indígenas muestra que ``la evangelización no ha calado en su corazón'', y deja en claro la gran variedad de miembros dentro de la Iglesia.
``Las diferencias, bien aprovechadas, sirven para el bien de todos. Eso explica que las tres diócesis de Chiapas tienen sus variaciones en la forma de llevar la acción pastoral, cada una según sus propias circunstancias y necesidades, pero en lo fundamental de la fe y la caridad, estamos unidos''.
Para ejemplificar, mencionó que la diócesis de San Cristóbal tiene un 75 por ciento de población indígena, con un ``considerable'' porcentaje de monolingües; la de Tuxtla Gutiérrez, un 35 por ciento, mientras que la de Tapachula apenas tiene 3.6 por ciento y casi ninguno monolingüe.