La Jornada 19 de enero de 1998

Unos 2 mil manifestantes declararon a este sitio arqueológico
Patrimonio de los Pueblos Indígenas. Más tarde ocuparon durante 53
minutos el nuevo cuartel de la 39 Zona Militar, en demanda de la
salida del Ejército de sus comunidades

Juan Balboa, corresponsal, Toniná, municipio de Ocosingo, Chis., 18 de enero Ť Durante cincuenta y tres minutos las instalaciones del nuevo cuartel general de la 39 Zona Militar fueron tomadas simbólicamente por unos 2 mil indígenas tzeltales y tojolabales, que exigieron el desmantelamiento de los campamentos del Ejército asentados en las zonas indígenas de Chiapas y expresaron su incondicional apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Ataviada con su tradicional traje tzeltal, María Núñez leyó una lista de agresiones e intimidaciones cometidas por elementos castrenses, desde el ataque con arma de fuego contra un niño de 12 años hasta agresiones físicas a más de doce mujeres.

Los manifestantes hicieron público un informe sobre la presencia de campamentos, retenes e incursiones militares en las Cañadas y la selva Lacandona, y comprobaron --``con la ley en la mano''-- que la presencia del Ejército Mexicano ``es anticonstitucional'' porque viola las garantías de libre tránsito, reunión y asociación, de legalidad y seguridad jurídica.

María Núñez, una de las dirigentes de la Aric-Independiente y Democrática, tardó 20 minutos en leer el documento consensado un día antes entre las nueve organizaciones que en los últimos siete días han participado en las movilizaciones.

``La demanda de que el Ejército Mexicano se retire de nuestras comunidades indígenas y campesinas no obedece a intereses de unos cuantos. Constituye la principal demanda de los pueblos indígenas de Chiapas y ha sido reiteradamente expresada desde la incursión de los efectivos castrenses en nuestro territorio, en febrero de 1995.

``Esta exigencia tiene sus razones de fondo: la irrupción violenta del Ejército Mexicano en nuestra vida cotidiana y su presencia permanente a partir de entonces, ha traído consigo múltiples casos de violación a nuestros derechos humanos por parte de efectivos castrenses, ha contribuido a profundizar problemas sociales que afectan gravemente la vida de las comunidades --prostitución, alcohol y droga-- y , sobre todo, ha traído el miedo cotidiano.''

La mayoría de los 800 soldados que permanecen en el cuartel general de la 39 Zona Militar fueron acuartelados desde el sábado pasado. Este domingo amanecieron a lo largo de las nuevas instalaciones unas dos docenas de tanquetas y aproximadamente cien soldados que permanecieron en posición de ataque hasta las 13:25 horas, cinco minutos antes de que una fila humana llegara al cuartel.

Los indígenas de la Aric-Independiente, Tzomán, Tres Nudos, OCAN, ORCAO, Aric-UU, CNPI, Pancho Villa y Barrios Unidos de Ocosingo llegaron gritando vivas al EZLN y se fueron coreando el nombre del subcomandante Marcos.

Las consignas más coreadas fueron: ``Chiapas, Chiapas no es cuartel, fuera Ejército de él'', y ``Marcos, aguanta; el pueblo se levanta''.

Los soldados metidos en las casas

Todo era gritos mientras María Núñez señalaba frente a las principales instalaciones contrainsurgentes de Ocosingo que ``las organizaciones indígenas y campesinas conocemos bien cómo actúa el Ejército, porque día a día lo tenemos cerca. ¿Cuántos de los funcionarios, pseudoanalistas y demás grupos que ensalzan al Ejército viven con los soldados metidos en sus casas y comunidades? Es precisamente con base en ese conocimiento que no deseamos su presencia en nuestra región ni en nuestro estado''.

El documento fue entregado a las 14:32 horas al capitán Tomás Estrada. En él se describe la presencia masiva militar en las Cañadas y la selva Lacandona.

Los manifestantes informaron que en las siete principales zonas de Ocosingo --Agua Azul, Patihuitz, Betania, centro de Ocosingo, Avellanal, Candelaria y Jerusalén-- existen 18 campamentos militares y se han instalado 13 retenes.

Reiteraron su oposición a que la solución a los problemas en Chiapas sea con la presencia de los militares, y demandaron al presidente Ernesto Zedillo que determine el desmantelamiento de los cuarteles, que ``no nos dejan vivir en paz'', y sólo permanezcan las tropas estrictamente necesarias para el cumplimiento de las obligaciones que la Constitución dispone.

Toniná: patrimonio de los pueblos indígenas

Por otra parte, muy temprano los tzeltales y tojolabales llegaron a las ruinas de Toniná, la casa del último gobernador maya Tzotz Choj. Conocieron las tumbas, los altares, el juego de pelota, el altar mayor, y declararon a Toniná como ``Patrimonio de los Pueblos Indígenas'', con base en el Convenio Internacional 169 de la OIT y el artículo 4o. de la Constitución Mexicana.

En una ceremonia realizada al mediodía del domingo, las organizaciones independientes condenaron la masacre de Acteal y los hechos sangrientos en Ocosingo; hablaron del incremento de la violencia, el extermino de los pueblos indígenas y no indígenas y se pronunciaron por el tránsito pacífico a la democracia.

Además, anunciaron el inicio de un ``muy importante'' paso hacia una autonomía indígena dentro del Estado mexicano y se declararon en consulta permanente con sus comunidades para determinar si continúan o no las negociaciones con el gobierno.