La Jornada 20 de enero de 1998

La visita papal no busca enjuiciar al régimen cubano: cardenal Ortega

David Aponte, enviado, La Habana, 19 de enero Ť La visita que el papa Juan Pablo II inicia el próximo miércoles a Cuba no tiene como propósito aprobar el régimen político del país caribeño ni tampoco desestabilizar al sistema socialista, aseguró hoy el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega. ``La visita del Papa --aclaró-- es para reunirse con sus obispos y con el pueblo de Cuba''.

Además, ninguna persona puede ``reducir'' el viaje a un encuentro entre dos personalidades, el jerarca de la Iglesia católica y Fidel Castro, ``para ver quién es el protagonista o el más fuerte'', añadió en vísperas de la llegada de Karol Wojtyla.

Ortega, quien dijo no estar sorprendido por la convocatoria del presidente Fidel Castro a asistir a las misas papales, manifestó tener la impresión que el gobierno socialista y la jerarquía católica cubana ``ahora sí pueden comenzar el diálogo'', a partir de este histórico encuentro con la sociedad del país.

El también presidente del Episcopado de Cuba ofreció hoy una conferencia de prensa a la que acudieron periodistas de todo el mundo --hay más de tres mil acreditados para cubrir la histórica visita-- para interrogarlo sobre los objetivos de la visita papal, las relaciones de la Iglesia con las autoridades y el estado de salud de Juan Pablo II.

Sobre este último punto, el cardenal restó importancia a la frágil salud del Papa polaco de 77 años, quien hace tan sólo diez días casi se desmaya durante una ceremonia en el Vaticano.

``El Papa ha dicho: voy a Cuba aunque tenga que llegar en silla de ruedas. El Papa no va a llegar en silla de ruedas, va a llegar en buen estado'', dijo.

El prelado, por otra parte, habló de un ``despertar religioso no violento'' del pueblo cubano a la religión católica. En el último año, y como resultado de los preparativos del viaje de Juan Pablo II, el pueblo ha mostrado una ``mayor expresión a algo que ya había constatado la Iglesia'', y los frutos de la visita papal --señaló-- comenzaron a apreciarse desde antes de la hoy inminente llegada.

El tiempo ``no da marcha atrás'', y la Iglesia católica cubana encontrará los caminos para una acción social más activa, que no esté limitada a la simple expresión religiosa, continuó.

Mencionó entonces la enorme imagen del Sagrado Corazón de Jesús colocada en la fachada del edificio de la Biblioteca Nacional, en la Plaza de la Revolución. Incluso algunos cubanos que visitaron en el lugar comentaron en torno al hecho: ``Esto es algo histórico'', ``Nunca se había visto tal cosa en el país''. La imagen de Jesucristo quedó frente al Teatro Nacional y entre una figura del Che y el Memorial José Martí. No obstante, Ortega reclamó ``espacios más abiertos'' para la Iglesia católica y lamentó que el gobierno no hubieran autorizado la transmisión de anuncios televisivos para publicitar el viaje papal, así como la falta de posibilidades para trasmitir las cuatro misas que oficiará Juan Pablo II a nivel nacional.

El cardenal -- el segundo con que cuenta Cuba en su historia-- insistió en que hay posibilidad de iniciar un diálogo entre el Estado y la jerarquía católica, sobre todo después de la visita papal. Al respecto, recordó que tuvo un encuentro con el presidente Castro para hablar de los preparativos del viaje y de las actividades de la Iglesia en Cuba.

Interrogado sobre la convocatoria formulada por las autoridades y la propia jerarquía católica a que los cubanos asistan en forma masiva a los actos religiosos que celebrará Juan Pablo II dijo que ``no hay ninguna lucha de competencias. Hay convocatorias por separado, y existe una empatía entre el presidente Castro y el Papa, y eso puede pasar entre el obispo de Roma y el pueblo cubano''.

Con respecto a los objetivos de la visita papal, Ortega dijo haber encontrado una tendencia a atribuir intereses políticos al viaje papal, y aclaró que Juan Pablo II no viene a reprobar totalmente al sistema cubano ni a desestabilizarlo, sino a visitar a la Iglesia y al pueblo cubano, el cual puede resultar ser el ``ganador''. ``La Iglesia --dijo el cardenal-- tiene una doctrina, tiene unos principios éticos, los expresa en su momento, pero no es una especie de poder alternativo que en un momento dado incursione para apoyar o destruir, sino esta realidad espiritual que está por encima de todas las otras realidades''.

Entre tanto, y por segundo día consecutivo, los medios estatales reiteraron el llamamiento que Castro hizo el viernes para que los once millones de cubanos den la bienvenida al Papa, y al que se sumó hoy la Central de Trabajadores de Cuba con una invitación a lucir para tal ocasión sus ``mejores galas de hombres y mujeres libres''. Mientras, en las calles de la ciudad, incluso en los bicitaxis, hay cientos de carteles con la imagen papal, y los espacios para las consignas revolucionarias ahora tienen el rostro de Juan Pablo II.