Un fracaso, la restructuración de créditos hipotecarios en Udi, exponen deudores
Antonio Castellanos Ť La restructuración de créditos hipotecarios en unidades de inversión (Udi) fracasó y la deuda desde abril de 1995, en muchos casos, ha crecido más de 200 por ciento con respecto al costo original. Frente a esta problemática, la Secretaría de Hacienda analiza una propuesta legislativa para regresar los contratos a pesos. Actualmente hay 380 mil créditos hipotecarios.
Del débito vencido de uniones de crédito con Nacional Financiera (Nafin), calculado en 20 mil millones de pesos, sólo se han recuperado 3 mil millones. Estos créditos se otorgaron durante el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, a programas cuya viabilidad no fue debidamente comprobada.
La cartera vencida de la banca privada, calculada en 400 mil millones de pesos, no está resuelta y tanto gobierno como banqueros se encuentran en un callejón sin salida por el fracaso de las Udi, dijo el presidente de la Asociación Nacional de Tarjetas de Crédito y miembro del consejo directivo de la unión El Barzón, Francisco Castro.
A su vez, el panista Ricardo Ortiz González, integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, manifestó que el problema se ha complicado porque el Tribunal Supremo de Justicia de Guanajuato en pleno, así como jueces y magistrados de Jalisco, Chihuahua y Querétaro, han concluido que los contratos de restructuración son inviables, dolosos y tienen vicios de origen.
Las organizaciones de deudores, precisó Castro, han ganado terreno dentro del marco legal y han hecho a un lado las protestas públicas que a nada les condujeron. La lucha ahora se da en los tribunales y los fallos de jueces se dan en favor de los deudores, cuyo patrimonio -departamentos, casas, automóviles y ranchos- se encuentra en riesgo ser embargado o, en muchos casos, rematado en subasta.
Para ejemplificar el fracaso de las Udi, se refirió a la escritura pública 36388 comprometida con banca Confía y que ampara una propiedad de José de Jesús Rivera Nava. Tenía un crédito original por 319 mil pesos y ahora se ha elevado a más de 800 mil.
El 19 de diciembre restructuró en Udi con un adeudo ya de 505 mil pesos; para septiembre de 1996 hizo otra restructuración con 648 mil pesos y en septiembre de 1997, una más con una deuda de 850 mil pesos. Para este mes, tendría programada otra con un total de 870 mil pesos.
Las organizaciones de deudores, anunció, promoverán en la Cámara de Diputados un juicio político contra los funcionarios del sector público, particular- mente de la Secretaría de Hacienda, que resulten responsables por haber promovido este sistema de restructuración de la cartera vencida y que sólo ha beneficiado a los banqueros.
En octubre de 1994 Nafin suspendió las líneas de crédito a 500 uniones, y el año pasado se estableció el Fideicomiso para la Recuperación de la Cartera (Fiderca) con aproximadamente 300 uniones de crédito; hasta la fecha sólo se ha recuperado, cuando mucho, 15 por ciento del débito.
Además, el viernes pasado concluyó el plazo para que las mencionadas organizaciones intermediarias no bancarias se sumaran al programa de fortalecimiento. De 76 instituciones se adhirieron 45. El resto podría haberlo considerado innecesario.
Sin embargo, Nafin anunció que aquellas uniones de crédito que pretendan obtener los beneficios de las nuevas líneas crediticias, tendrán que cumplir con las reglas que se establecieron y entre las que destacan precisamente la viabilidad de los proyectos a respaldar.
Pláticas con Hacienda
Al respecto, el diputado Ricardo Ortiz González informó que en el transcurso de esta semana se reanudarán los contactos con las autoridades hacendarias para conocer el avance de su propuesta de regresar a pesos aquellos contratos restructurados en Udi y que han provocado un encarecimiento de la deuda.
Es conservador, dijo el legislador, afirmar que se ha duplicado la deuda; en muchos casos se ha triplicado, pero lo grave es que cada día que pasa es más claro que la deuda de los particulares es prácticamente impagable. Ningún empresario y mucho menos un particular, puede responder a un débito manejado con las actuales reglas.
Según Ortiz González, tanto las autoridades hacendarias, como algunos banqueros, han mostrado ``simpatía'' por el proyecto presentado para encontrar una solución definitiva al problema de la cartera vencida de la banca. Esta actitud ha sido asumida a pesar de que en el proyecto se establece que los contratos de restructuración son una ``trampa para los deudores''.