La Jornada 22 de enero de 1998

El dirigente panista ya se apalabró con Gobernación: López Obrador

Georgina Saldierna, Ciro Pérez y Mireya Cuéllar Ť El dirigente nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador, criticó ayer al presidente del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, por considerar que su posición sobre el conflicto chiapaneco es una muestra de que ``ya se apalabró'' con el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa.

``El PAN sigue actuando en el marco de la doctrina salinista'', puntualizó López Obrador, y dijo que sus militantes ya olvidaron el ideario de Gómez Morín.

Calderón declaró ayer que tanto el EZLN como el gobierno son responsables de que no se haya reanudado el diálogo de San Andrés. Agregó que los zapatistas utilizan a los indígenas desplazados y que el PRD es ``incongruente'', pues por una parte pide diálogo, pero por otra no acude a negociar con el secretario de Gobernación.

Luego de conocer los señalamientos del panista, López Obrador insistió en que Calderón se ``enganchó'' con Labastida y que eso es ``muy lamentable''. Añadió que el dirigente panista le está haciendo ``segunda'' a Ernesto Zedillo y al nuevo ocupante del Palacio de Covián.

Exigió que no se siga exponiendo al Ejército al descrédito. ``Es una institución que debe cuidarse, porque representa a los mexicanos, y no debe utilizarse para suplir las incapacidades de los gobernantes''.

Luego de informar que no ha tenido ninguna respuesta del Ejecutivo a su petición de audiencia, insistió en que el Ejército salga de las comunidades indígenas.

Por su parte, el líder de la fracción perredista en la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, dijo que el presidente Zedillo es el ``responsable'' de que los militares continúen en Chiapas.

Al comentar las declaraciones del secretario de la Defensa, en el sentido de que el Ejército seguirá instalado en aquella entidad, señaló que en tiempos de paz los militares sólo obedecen órdenes de los civiles, en este caso, reiteró, del Presidente.

Muñoz Ledo calificó de ``impropia, antidemocrática y pueril'' la negativa de Zedillo a sostener una reunión con López Obrador para hablar sobre el contenido de los acuerdos de San Andrés Larráinzar.

Sostuvo que al ``rechazar el diálogo'' el Presidente retrasa la solución de los problemas y reproduce la sentencia salinista referida a la oposición. ``Ahora es ni los oigo ni los recibo, pero no es un mal exclusivo del PRD; ahora tampoco recibe a la Cámara de Diputados''.

El legislador alertó sobre la eventual jibarización del Ejecutivo, ya que ``presidente que se encierra, presidente que se deteriora, que se disminuye; jibarizarse es aquel método de reducción amazónico de las cabezas, hasta que caben en el bolsillo. Es un mal síntoma del tercer y cuarto años de gobierno, lo que en alguna época se llamó el solitario de Palacio''.

Dijo que al negarse a hablar, lo que hace el Presidente es ``no abrirse a opiniones distintas a la suya. Habla con mucha gente pero rechaza el diálogo con quienes piensan de otro modo, es decir, no acepta en corto opiniones diferentes y eso es mal síntoma, un síntoma autocrático y finalmente un síntoma de inseguridad política''.

Estrategia para desgastar

Entrevistado en el CEN del PRD, el diputado Gilberto López y Rivas, integrante de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), señaló que las contradicciones entre Emilio Rabasa, coordinador gubernamental para el diálogo en Chiapas, y el secretario de Gobernación ``forman parte de la estrategia presidencial para desgastar a los actores y los intermediarios en el conflicto chiapaneco, incluida la Cocopa''.

Rechazó que exista alguna organización no gubernamental que pretenda internacionalizar el problema de Chiapas, luego de considerar que el gobierno ha contribuido a ello ``por no acatar la ley, por la impunidad que gozan los responsables de la matanza de Acteal, la existencia de los grupos paramilitares y la incapacidad para resolver el conflicto''.

Por su lado, el subsecretario de Relaciones Internacionales del CEN del PRD, Cuauhtémoc Sandoval, dijo que su partido no está a favor de que se rompa el acuerdo de asociación económica y concertación política con la Unión Europea. ``Lo que sí busca es que la cláusula democrática sirva para lograr el desarrollo del país y no que se transforme en una especie de tribunal contra México''.