Bajo acoso la Casa Blanca, por el sexgate de Clinton; pende sobre él acusación de perjurio
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 22 de enero Ť Por segundo día consecutivo la Casa Blanca estuvo bajo sitio a raíz de las acusaciones contra Bill Clinton de que tuvo una relación sexual con una joven voluntaria de la Presidencia, que luego trató de encubrir. El mandatario insistió este jueves en que ``las acusaciones son falsas''.
La estrategia gubernamental cambió este día, y en vez de ofrecer información y declaraciones mediante entrevistas con el mandatario, como se hizo ayer, se optó por no ofrecer más información. Durante una breve aparición al reunirse con Yasser Arafat esta mañana, Clinton se limitó, ante las insistentes preguntas de la prensa, a reiterar su rechazo general a las acusaciones y dijo que ``es falso'' que haya pedido mentir ``a alguien'' sobre el espinoso asunto.
Pero los reporteros insistieron, por lo que el presidente les indicó: ``Hay muchas otras preguntas que yo creo que son legítimas. Ustedes tienen derecho a preguntarlas. Ustedes y el pueblo estadunidense tienen el derecho a obtener las respuestas... les daremos todas las respuestas tan pronto como podamos y eso no es esquivar el bulto''.
El escándalo, que algunos consideran como la crisis más grave de la presidencia de Clinton, comenzó ayer cuando se conoció que el fiscal independiente Kenneth Starr había comenzado una investigación sobre la presunta relación de Clinton con Monica Lewinsky, quien empezó a trabajar como voluntaria en la Casa Blanca en 1995 a los 21 años de edad, y si conspiró con ella y con su amigo Vernon Jordan para negar esta relación.
La presidencia estadunidense corre un peligro legal, no por la conducta personal inapropiada del presidente de este país, sino si se comprueba que hubo perjurio y obstrucción de la justicia.
Mucho de lo que ocurrirá en las próximas días dependerá de que lo que decida hacer Lewinsky, quien tendrá que comparecer en algún momento ante los abogados de Paula Jones, la mujer que está promoviendo un caso legal contra el primer mandatario por hostigamiento sexual, para responder a interrogantes sobre su presunta relación con Clinton.
En ese momento, Lewinsky tendrá dos opciones: negarlo, tal como lo hizo en su declaración legal por escrito y colocarse así del lado del presidente, o invocar su derecho contra la autoincriminación, lo cual permitiría al fiscal Starr otorgarle inmunidad frente a acusaciones en su contra, y profundizar así el escándalo.
El interrogatorio tenía previsto realizarse este viernes, pero la juez del caso Jones-Clinton, Susan Webber Wright, decidió esta noche posponerlo ``indefinidamente''.
Hoy, el influyente abogado y viejo amigo del presidente, Vernon Jordan, informó que recibió un citatorio legal de Starr para presentarse ante un gran jurado, que deberá determinar si hay suficiente evidencia de obstrucción de justicia y perjurio como para emitir cargos formales.
Jordan también aseveró a la prensa que ``Lewinsky me dijo terminantemente que no tuvo una relación sexual con el presidente Bill Clinton''.
Gennifer Flowers, Lewinsky y el FBI
Pero las cosas no paran en Lewinsky. Este jueves hubo muchos trascendidos: Clinton habría aceptado finalmente haber tenido una relación extramarital con Gennifer Flowers hace varios años, algo que ha negado anteriormente, durante el interrogatorio al que lo sometieron el sábado pasado los abogados de Paula Jones, pero negó haber tenido una relación con Lewinsky, y si eso resulta ser mentira el mandatario está expuesto a cargos formales por perjurio.
Por el lado de los investigadores, Starr envió una orden legal a la Casa Blanca para que le sea entregado todo documento y registro de las actividades de Lewinsky en la presidencia.
Varios funcionarios de la residencia oficial también recibieron órdenes legales del fiscal independiente, quien les notificó que serán interrogados sobre el asunto.
Desde hace años Starr se ocupa de Clinton y la primera dama, investigados por el escándalo político financiero de Whitewater; la semana pasada recibió poderes ampliados del Departamento de Justicia para investigar el caso de Lewinsky.
También se reveló que el FBI comenzó a investigar a Lewinsky desde la semana pasada y que una vez que fue citada por el fiscal Starr, según algunas versiones, éste propuso que ella fuera con Clinton y Vernon Jordan con un micrófono oculto para intentar que ambos le reiteraran sus supuestas sugerencias de como debería negarlo todo.
Mientras tanto, Starr se limitó a decir que tratará de realizar esta parte de su pesquisa lo más rápido posible y defendió sus tácticas de investigación.
A lo largo de esta jornada se conocieron más detalles preocupantes: Clinton intercambió regalos con Lewinsky, le habló a su casa y dejó mensajes grabados en su contestadora, y en una de estas llamadas la semana pasada le dijo que no había evidencia por lo que le pedía negarlo todo.
Además, que la joven había entrado a la Casa Blanca alrededor de la medianoche, etcétera. La cascada de rumores, acusaciones y especulación ha sido imparable.
No hay más nota que la nota
Cuba y el Papa casi han desaparecido del mapa informativo, junto con Arafat, quien hoy se reunió con Clinton en la Casa Blanca, o el caso de Unabomber, el ex académico acusado de enviar cartas-bomba, quien este jueves se declaró culpable.
Todos son hechos que en otro momentos hubieran sido predominantes en los medios. pero desde el miércoles sólo existe una nota: el nuevo escándalo que inunda a la presidencia, y que hoy afectó a los mercados financieros de este país.
De hecho, los presentadores de los noticieros nacionales de las tres cadenas de televisión más importantes, CBS, NBC y ABC, regresaron este jueves a esta capital desde Cuba, donde estaban conduciendo sus programas y donde pensaban permanecer hasta el domingo.
También regresó esta mañana el presentador del noticiero Nightline de la ABC, quien canceló los programas especiales sobre Cuba que se habían programado.
No es el affaire, sino las implicaciones
A nadie sorprenden las nuevas acusaciones sobre aventuras sexuales del presidente; el público no se ha molestado con el comportamiento íntimo de Clinton desde que era candidato en 1992 y se conocieron las primeras acusaciones de este tipo contra él.
Sondeos revelaron hoy que la mayoría de los estadunidenses sospecha que su presidente ha tenido uno o varios amoríos extramaritales, sólo 39 por ciento considera que ordenó mentir a Lewinsky y 50 por ciento no cree en las acusaciones de Paula Jones.
Y este es un punto clave: ¿Qué tanto este nuevo escándalo es algo que sólo le interesa a Washington y a todos los que tienen un interés político en sus resultados? ¿Qué tanto le preocupa a los ciudadanos?
Algunos señalan que éste es diferente a los escándalos anteriores: la presidencia está en peligro legal potencial a raíz de las acusaciones de que el mandatario conspiró con sus amigos y con una joven de 24 años para obstruir la justicia.