Silvia Gómez Tagle
El derecho a la diversidad

La democracia occidental parte de la noción de un individuo con libertad de expresión y de elegir a sus gobernantes, por eso entre sus valores están también las ideas de tolerancia y respeto a la diferencia. A veces se agregan las ideas de justicia y equidad, inclusive la igualdad... pero en torno a estos conceptos hay menor consenso. El sufragio universal, directo y secreto, y un sistema plural de partidos, son los mecanismos reconocidos como válidos para sustentar el régimen democrático en la sociedad de masas. Pero los valores de la democracia han sido usurpados por las élites gobernantes, los medios masivos de comunicación, la globalización que ha impuesto unas reglas del mercado borrando fronteras nacionales, diferencias culturales, acabando con cientos de especies animales y vegetales al punto de poner en riesgo la biodiversidad del planeta... y a esto se le ha llamado desarrollo.

Ese modelo ha producido un planeta pavimentado, poblado de bloques habitacionales de concreto, todos similares, llenos de individuos consumidores/ productores/ ciudadanos/ educados y vestidos igual, con un mismo acceso a la televisión, a los grandes centros comer- ciales, a los alimentos chatarra... unos pocos, muy pocos, más ricos que todos los demás; y muchos, muchos pobres. Quienes, como los pueblos indios de México, todavía poseen otras culturas deberán extinguirse como parte de ese proceso de integración al desarrollo, para ellos no hay futuro.

El modelo occidental de relación entre individuo, sociedad y medio ambiente entraña contradicciones profundas, por un lado se establecen los derechos fundamentales y la igualdad de ser humano; por el otro se destruye, no sólo a pueblos enteros, sino el medio ambiente.

En este contexto se debe ubicar la discusión de la autonomía de los pueblos indios en México y por ende del conflicto de Chiapas. Ellos reclaman el derecho a revisar los valores de la democracia y el desarrollo occidentales, rescatar unos y rechazar otros. La democracia política ha permitido avanzar en el reconocimiento de algunos valores como son los derechos humanos, la libertad de expresión, el derecho a la diferencia y la tolerancia. Norberto Bobbio sostiene que una de las grandes cualidades de un régimen democrático es la capacidad de modificarse a sí mismo, ¿por qué no aceptar que se revise la noción decimonónica del individualismo, para incorporar la noción comunitaria de los pueblos indios?

Se trata de imaginar otras formas de democracia, otra ética política, otra organización económica, que no obligue a la desintegración de las comunidades y a la incorporación de los indios como individuos a una sociedad en la que ocuparán el lugar más bajo de todas las capas sociales, porque además de pobres tendrán la desventaja de haber dejado de ser indios pero todavía no ser mestizos.

En los últimos ochenta años muchos pueblos indios han vivido una opresión similar a la que vivían en la época colonial o en el porfiriato, a pesar de los derechos individuales que garantiza la Constitución a todos los mexicanos, y han aprendido que la vida comunitaria es la única forma de salvaguardar su integridad personal, su dignidad y muchas veces su vida. Por eso, si se quiere empezar a resolver estos problemas hay que inventar nuevos conceptos jurídicos y nuevas formas de gobierno.

El problema de la autonomía indígena tiene que formar parte de eso que se ha llamado ``reforma del Estado'', a fin de consolidar una democracia plural y participativa para el futuro, pero no sólo por el derecho que tienen a ser diferentes, sino porque la diversidad cultural es la riqueza potencial en el nuevo concepto de desarrollo para el próximo milenio1.

1. El concepto de diversidad creativa ha sido acuñado por la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la Unesco, que preside Javier Pérez de Cuéllar.