Ellas en la mira de la contrarrevolucion

Anna María Garza, Rosalva Aída Hernández.

San Pedro Chenalhó no es un caso aislado sino parte de una estrategia amplia que afecta a la población chol, tzeltal, tzotzil, tojolabal y mestiza de Chiapas. En cada caso se han manipulado las diferencias inter e intracomunitarias existentes como parte de un proyecto contrainsurgente para menguar la base social del zapatismo. Pero además de entender el origen y el desenlace de este trágico episodio desde una perspectiva histórica para comprender que esta violencia no es ``natural entre los nativos'', hay que incorporar también la perspectiva de género para comprender la saña contra las mujeres como un aspecto escencial y específico en este contexto de guerra.

No es casual que hayan sido mujeres la mayor parte de las asesinadas el 22 de diciembre en Acteal, ni que anteriormente la violación sexual haya sido utilizada constantemente por los grupos paramilitares para sembrar el terror en las comunidades simpatizantes del EZLN ya que --como se ha visto antes e incluso después de la matanza-- la participación de las mujeres y su importante papel en la resistencia zapatista ha trastocado las antiguas estructuras de poder comunitario.

Entre los rasgos históricos que distinguen a San Pedro Chenalhó es el de haber sido el mas politizado y menos tradicionalista de todos los Altos durante los años del cardenismo cuando se hicieron esfuerzos para limitar los antiguos poderes de los finqueros locales y transformar las fincas en propiedades comunales y ejidos. Es en esa época cuando se finca una especie de simbiosis entre la elite indígena y el partido que habría de convertirse en el PRI contemporáneo.

Con la llegada del indigenismo a Chiapas en los cincuentas esta elite india se decanta con una nueva ``clase'' formada por promotores y maestros bilingues. Junto con la persecución a grupos independientes y los controles sobre los poderes municipales se consolidan los actuales cacicazgos. Chenalhó también es pionero en cuanto a la introducción de partidos opositores, particularmente el primero Partido Socialista de los Trabajadores, luego Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y ahora ``Cardenista''. Bajo esa influencia nacen la Unión de Uniones y las comunidades de cafeticultores Majomut, con representación en casi la mitad del municipio, pero la corrupción de sus representantes provoca un éxodo masivo. Algunos migran hacia el SOCAMA, vinculado al PRI y otros a la Organización Indígena de los Altos de Chiapas (ORIACH) más cercana al PRD.

Con el levantamiento zapatista esto vuelve a cambiar radicalmente y en las elecciones de 1996, Amado Avendaño, bajo el registro del PRD, ganó abrumadoramente dejando al partido del ferrocarril con una representación insignificante.

El post-94: auge de la autonomía

En la existencia del municipio autónomo de Polhó están muchas de las claves para entender la saña de la matanza de Acteal y las distorsiones gubernamentales en la búsqueda de soluciones parciales y cosméticas al conflicto de los sanpedranos.

Desde el levantamiento de 1994 las autoridades priistas de 26 ayuntamientos chiapanecos han sido destituidas por la población. A partir de 1996 han surgido en el estado 19 municipios autónomos, entre ellos el de San Pedro Chenalhó.

Este fue creado en abril de 1996 cuando Javier Rui Herández, representante del PRD, fue elegido por 33 comunidades y barrios del municipio como presidente mediante una eleccion interna de asamblea comunitaria, que es el sistema normativo tradicional. Este sistema normativo es vigente en los hechos desde la década de los treinta, cuando el candidato del partido único era electo primero en asamblea. El proceso en las urnas pasó a ser una mera ratificación. El presidente autónomo Javier Hernández fue electo de esa manera y la sede se asentó en Polhó antes de que tuvieran lugar las elecciones formales que el PRI controló. Con esta justificación las autoridades electorales desconocieron el municipio que se declaró autónomo. ¿Qué hubiera pasado si las autoridades estatales hubieran reconocido al gobierno municipal surgido de la asamblea y no hubieran impuesto al candidato priista?

Imposible conjeturar. Los cierto es que la masacre de Acteal fue una mas de una serie de agresiones a comunidades que se ubican dentro del territorio que abarca el municipio autónomo de Polhó. Independientemente de que estos ataques pueden ser considerados como provocaciones para que las bases de apoyo del EZLN rompieran la tregua declarada en el mardo de la ley del diálogo y la conciliación, constituyen también un ataque directo a los intentos de establecer regiones autónomas.

Esta animadversión a los proyectos autonómicos que pudieran demostrar su viabilidad se demostró con la secuela de hechos después de Acteal. Después del 22 de diciembre el ejército mexicano incursionó sin motivo aparente en otros municipios autónomos: Amparo Agua Tinta, municipio autónomo de San Pedro Michoacán, Las Margaritas; Morelia, cabecera del municipio autónomo 17 de noviembre en Altamirano; Galeana, cabecera del municipio autónomo de Francisco Gómez, Ocosingo. Declaraciones oficiales y del sector más conservador de la iglesia católica chiapaneca, representado por el obispo de Tapachula Felipe Arizmendi, señalaron a los consejos autónomos como responsables del divisionismo en las comunidades e hicieron un llamado para desaparecer lo que denominaron ``gobiernos paralelos''.

No es de sorprender que el gobierno federal aprovechara la oportunidad para atacar a los pryectos autonómicos, si tomamos en cuenta que la demanda de autonomía fue el punto medular del rechazo gubernamental a los Acuerdos de San Andrés. Después del rechazo unilateral por parte del presidente Zedillo a la propuesta de la COCOPA hubo una fuerte y articulada campaña de desinformación en torno a la autonomía. Esta campaña continuó y continúa a la fecha mientras que en muchas comunidades indígenas la autonomía se empezó a aplicar en los hechos.

¿Porqué matar a las abejas?

Muchos medios de comunicación presentaron la población masacrada de Acteal como base de apoyo zapatista. En realidad la mayoría de ellos pertenecían a la organización Las Abejas, definida desde su fundación como parte de la sociedad civil, manteniendo su autonomía respecto a la dirigencia del EZLN y definiendo sus comunidades como territorio neutral. Fundada dos años antes del levantamiento zapatista, esta organización jugó un papel importante en lo que se denominó la resistencia civil pac;irica, respondiendo a muchos llamados de movilización del EZLN. En la medida en que las relaciones entre priistas y zapatistas se polarizaron, las abejas eran presionadas para que se definieran en uno u otro sentido, lo que los convirtió en el grupo más vulnerable a los ataques de los paramilitares. Paralelamente su cercanía con la Diósesis de San Cristóbal los convirtió en un medio indirecto para atacar al obispo Samuel Ruiz y a su equipo pastoral.

La participación de las mujeres en la arena política y el surgimiento de nuevos espacios organizativos para ellas se ha convertido en un símbolo de las amenazas que las ``estructuras tradicionales de poder'' tendrían que enfrentar si avanza la lucha zapatista. En muchas comunidades las reuniones de mujeres son denominadas como ``sinónimo de zapatista'', por lo que ellas han sido objeto de hostigamiento por parte de los grupos de poder locales. La respuesta inmediata a la fundación de Las Abejas fue la violación tumultuaria en diciembre de 1992 de tres de las esposas de los fundadores. De entonces a la fecha las agresiones contra mujeres son constantes. Durante 1997 varias de ellas fueron secuestradas y obligadas a cocinar para los grupos paramnilitares bajo amenaza de matar a sus hijos si se negaban o escapaban. Durante la matanza de Acteal los asesinos gritaban: ``Matar la semilla''. Matando a las mujeres se intenta destruir un símbolo de resistencia.