La Jornada 23 de enero de 1998

Rechaza Washington que el bloqueo sea una ``política genocida''

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 22 de enero Ť Funcionarios del gobierno del presidente Bill Clinton rechazaron hoy las acusaciones del mandatario cubano Fidel Castro de que el bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba es una política ``genocida'' comparable al tratamiento que los cristianos recibieron bajo el Imperio Romano, y sostuvieron que son las políticas ``totalitarias'' de Castro las que causan el sufrimiento del pueblo de esa nación caribeña.

El primer día de la visita del Papa a Cuba fue nota de primera plana en este país, pero no la principal en ningún periódico a causa del escándalo provocado por las acusaciones de que Clinton tuvo un relación sexual con una joven voluntaria de la Casa Blanca de 21 años de edad. Y en los noticieros de televisión, la visita papal fue relegada a los últimos minutos, mientras que hubo mínima cobertura en vivo de sus actividades.

``Creo que gran parte de este golpe propagandístico que Castro esperaba lograr con esta visita ha sido nulificado en este país por el escándalo'', comentó un representante de la influyente y anticastrista Fundación Nacional Cubano-Americana a La Jornada. No obstante, el presidente Clinton y otros funcionarios se sintieron obligados a responder a los comentarios de Castro sobre el bloqueo.

Clinton sostuvo que está ``contento'' de que Castro haya invitado al Papa y de que éste aceptara viajar a Cuba, pero al ser interrogado sobre las críticas del líder cubano al bloqueo respondió: ``espero que este viaje lleve a una revaluación por parte del gobierno cubano que nos posibilitaría acercarnos más''

El vocero de la Casa Blanca, Michael McCurry, fue más directo al sostener que los comentarios de Castro ``evitan el hecho central de la historia'', que, estimó, es la política del propio gobierno cubano la que provoca el sufrimiento de su pueblo. ``La única forma en que ese sufrimiento puede ser aliviado es que Castro se una con los que han roto con el yugo de las economías de comando y control comunistas y se han movido hacia economías de mercado, democracia y libertad'', dijo.

El vocero del Departamento de Estado, Jamie Rubin, también rechazó las criticas de Castro, y en particular la idea de que el bloqueo impide el envío de alimentos y medicinas a Cuba. ``Hay miles de millones de dólares en alimentos donados por estadunidenses a Cuba... Se han dado licencias para cientos de millones de dólares en medicinas'', sostuvo.

Pero funcionarios de la administración Clinton han admitido en privado su preocupación por las acusaciones, y la percepción pública que sugiere que Estados Unidos contribuye a las penas del pueblo cubano al limitar licencias de exportación para alimentos y medicinas.

Varias agrupaciones en este país han centrado sus críticas precisamente sobre el envío de la asistencia humanitaria, y algunos legisladores han presentado proyectos para levantar esas restricciones. Para responder a estas criticas, organizaciones cubano-estadunidenses estarían preparando una iniciativa para que Wa-shington autorice el envío de alimentos a Cuba mediante un programa gubernamental de asistencia internacional conocido como ``PL 480''.

Los detalles de tal propuesta aún son secretos, pero trascendió que asesores del senador ultraconservador Jesse Helms evalúan esa proposición.

Mientras, en una reunión de banqueros en Washington, un alto funcionario de la Comisión Europea, Hugo Paeman, expresó una vez más la crítica a los aspectos extraterritoriales de la ley Helms-Burton, que sanciona a empresas de terceros países que inviertan en Cuba.

La reunión de los banqueros fue solo uno de varios foros empresariales celebrados esta semana en los que se han discutido las consecuencias negativas de las sanciones económicas unilaterales en contra de Cuba, y unos de los principales diarios, The Washington Post, dijo hoy que el bloqueo ``es una reliquia del pasado''.