La Jornada 25 de enero de 1998

Nueva jornada de marchas en México y otros países

Blanche Petrich Ť A las siete y media de la noche, más o menos, los artistas ya habían plasmado el boceto del mural Acteal. Grandes trazos negros perfilaban los cuerpos y se derramaba ya el rojo. Cuando se anunció el minuto de silencio de rigor las brochas de mango largo siguieron trabajando sobre el enorme lienzo blanco que hizo de telón de fondo en el templete del Zócalo. Por segunda vez en 12 días, Zócalo lleno, rotunda movilización ciudadana.

¿Se llenaría la plancha histórica en esta segunda manifestación posActeal o se quedaría muy por debajo del gentío que se sintió convocado el 12 de enero? En la delantera, en los contingentes de enmedio y en la cola de la columna que despegó del Angel de la Independencia circulaba la pregunta por qué en una caravana como ésta es difícil saber lo que pasa en el otro extremo. Tres horas tomó para que se acomodaran todos los manifestantes, desde la punta hasta el final la columna, en el gran cuadrilátero.

Los que tenían una buena panorámica desde las plataformas previstas para la prensa o desde el clásico mirador de la terraza del Majestic, pudieron confirmarlo: misión cumplida.

Grandes, enormes contingentes, como el del Frente Popular Francisco Villa o el Movimiento Urbano Popular. Fuerte presencia de la militancia del Partido de la Revolución Democrática presente en muchas de sus facetas. Las organizaciones de siempre y otras nuevas. Contingentes pequeños. Algunos muy pequeños y muy creativos como el de Tatewari tlacuache títere, teatreros de mojigangas y afines que ondeaban a Heriberto, un pajarraco que vino de la selva Lacandona a la selva de asfalto durante la marcha de los milcientonces zapatistas y se quedó, nos explican, para recordar aquí que la paz es necesaria. Heriberto es una manta-títere con una cabezota en el centro y dos alas que se ponen a ondear sobre el mar de cabezas de las manifestaciones.

También marchó el gorilote de cartón, representante de los escuadroneros Paz y Justicia, Chinchulines, Máscara Roja, MIRA, afines y conexos y fue a tronar, achicharrado cual judas, en algún lugar cercano al asta bandera.

Más contingentes: comuneros de San Luis Potosí, del estado de México, de Morelos. Comités Zapatistas de Tlaxcala, de Tlane, de los suburbios y colonias. Del magisterio, de los Chimalapas, petroleros, universitarios, las infaltables triquis, religiosas con hábito y sin él, punks, cineastas, muchachos de secundaria y prepa que en la floreciente cultura de las marchas ya saben dónde citarse y encontrarse entre el mundanal movilizado. Y feministas, muchísimas. Ellas en el centro del escenario, pues también se despidió, ahí mismo, a las milcientonces que calculaban abordar sus autobuses y camiones alrededor de las 10 de la noche para enfilarse hacia el sureste.

Irán a Chiapas, como dijo la diputada perredista Patria Jiménez cuando le tocó empuñar el micrófono en nombre de ellas, ``no sólo a llevar ayuda a las mujeres indígenas que resisten la incursión militar con lo único que tienen, sus cuerpos, sino a llevar un lazo de amor y reconocimiento y a clamar: nunca más un México sin las mujeres indígenas''.

Pero no fue la primera oradora. La sesión de los discursos la inauguró, tronante, el senador perredista Porfirio Muñoz Ledo. Uno de tantos, entre los manifestantes, murmuró ``ahora sí se le hizo al Porfis'', al recordar que hace 12 días lo bajaron del templete.

Muñoz Ledo centró su oratoria en una advertencia: que la alianza de las fuerzas de derecha (no lo dijo por nombre pero se intuye que hablaba del PRI y el PAN) puede pretender ahora que lo que culmine como ley de derechos de los pueblos indios no sea lo mismo que se signó, hace dos años, en San Andrés Larráinzar.

Dijo también, al criticar que apenas ahora el presidente Ernesto Zedillo reconozca la validez de lo firmado en San Andrés: ``Podrían haberse ahorrado tantos y tantos muertos si desde el principio hubieran honrado su palabra''.

Lo más sustancioso políticamente fue que en este Zócalo se argumentó y explicó sólidamente, en voz de uno de sus protagonistas, Lorenzo Vázquez, el sentido y la práctica de la autonomía municipal como una reivindicación de profunda raíz.


Elio Henríquez, corresponsal, Oxchuc, Chis., 24 de enero Ť Alrededor de 2 mil indígenas de varias organizaciones sociales y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) marcharon hoy aquí para exigir la destitución del ayuntamiento que encabeza el priísta Sebastián López Santis, a quien acusan de malversar recursos públicos por 672 mil pesos.

Al cumplir hoy una semana en posesión de la alcaldía, los tzeltales inconformes con el cabildo priísta demandaron la integración de un concejo municipal plural, para que ``regrese la tranquilidad'' a Oxchuc.

Durante la manifestación, que concluyó con un mitin en la plaza central, los 2 mil tzeltales exigieron que se cumplan los acuerdos de San Andrés, que los responsables materiales e intelectuales de la masacre de Acteal sean castigados ``con todo el peso de la ley'', y la desaparición de poderes en Chiapas.

Reclamaron también el pago por los daños ocasionados durante el desalojo policiaco de que fueron víctimas el pasado 25 de agosto, cuando surgieron las primeras inconformidades y tomaron la alcaldía. En esta ocasión la policía de Seguridad Pública -que se encuentra a un lado del palacio- no intervino, a pesar del pedido de los dirigentes priístas de Oxchuc, que han exigido el desalojo del edificio.

Según Pedro Encinos Gómez, dirigente municipal del PRD en Oxchuc, en la marcha de hoy participaron representantes de 30 de las 35 comunidades, de la agrupación Tres Nudos, la Organización Campesina Emiliano Zapata, del partido del sol azteca y de Unidad Campesina Indígena de los Altos de Chiapas, integrada por una ``fracción democrática'' del Revolucionario Institucional.

Advirtió que si en los próximos días el gobierno estatal no les da una respuesta positiva a los incoformes, emprenderán otras acciones de protesta, al tiempo de acusar al presidente del Congreso local, Juan Carlos Bonifaz Trujillo, de ``cerrazón'' y de ``hacer oídos sordos a las demandas del pueblo''.


Michela Bressan, especial para La Jornada, Roma, 24 de enero Ť La ola de adhesiones a la manifestación nacional italiana en apoyo a los zapatistas y por la paz en Chiapas, se convirtió aquí en un río humano que partió desde el Coliseo, el más grande monumento de la antigüedad, hasta plaza San Giovanni. Unas 60 mil personas (40 mil según la policía) marcharon con banderas y música a lo largo de todo el recorrido en que varios artistas del teatro de la calle y cantantes populares le dieron un tono festivo al evento.

El cortejo lo encabezó el Comité de Solidaridad de Milán, que abrió la marcha desplegando una bandera de madera ligera en la que destacaban zapatos manchados de rojo sangre y una leyenda que decía: ``¡Paremos la guerra sucia en Chiapas!''. Detrás levantaban 46 carteles con los nombres de los indígenas masacrados en Acteal, así como el de Guadalupe, la mujer que fue asesinada días después en Ocosingo. Luego venía la bandera que en julio de 1997 fue al segundo Encuentro Intercontinental por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo, que anuncia: ``¡No queremos conquistar el mundo, queremos hacer un mundo nuevo!''.

A continuación desfilaron los diversos grupos que respondieron al llamado de la Asociación ¡Ya Basta! y el periódico Il Manifesto: jóvenes, muchos jóvenes estudiantes o desempleados, sobre todo de Roma y de sus cercanías, pero también niños y ancianos de todas las clases sociales.

Una buena parte de la multitud procedía de los más de cien centros sociales autogestivos esparcidos en los cuatro puntos cardinales de la península, así como del complejo universo de asociaciones culturales, de mujeres en lucha, de ciudadanos contra la guerra, de antirracistas, de vegetarianos, etcétera.

También hubo gruesos contingentes de los partidos políticos, en particular de Refundación Comunista y de Los Verdes, así como de los comités de base de trabajadores (COBAS) y diversos personajes democráticos.

Muchísima gente llegó a bordo de trenes ``especiales'', es decir, gratuitos, fletados por distintas organizaciones. Otros grupos alquilaron autobuses (50 proporcionados por Refundación Comunista).

En la Plaza de la República, donde se realizó el mitin con un lleno absoluto, los participantes ratificaron el texto que había convocado a la movilización, y que expresa ``resuelto apoyo a las comunidades indígenas y al Ejército Zapatista de Liberación Nacional'', pide ``la inmediata desmilitarización de México y el respeto a la autonomía indígena, reconocida por el gobierno mexicano en los acuerdos de San Andrés''.

Asimismo, los manifestantes -en discursos pronunciados por Fausto Bertinotti, líder de Refundación Comunista; por Armando Cossutta, presidente del Movimiento de los Comunistas Italianos, y por un vocero de la Asociación ¡Ya Basta!-, exigieron la suspensión del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea, condicionando la ratificación del mismo a la aplicación de los acuerdos de San Andrés.

En nombre del Frente Zapatista de Liberación Nacional habló el mexicano Enrique Avila, dirigente de la sección 10 del sindicato magisterial, que leyó un mensaje de Javier Elorriaga.

Pero el momento más dramático fue cuando se proyectó un video de 14 minutos sobre la matanza en Acteal, que llegó a Italia con una delegación parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Entre las intervenciones de los oradores, tocaron dos grupo de rock famosos entre los jóvenes -Gang y Villa Ada Posse-, y fueron leídos saludos de diversas organizaciones políticas.


Triunfo Elizalde Ť Con el propósito de ``suscitar un debate más amplio'' en torno de la masacre de indígenas ocurrida en Acteal, Luciana Castellina, presidenta de la Comisión de Relaciones Económicas Exteriores (REX) del Parlamento Europeo, ``promueve la expresión de una opinión autorizada sobre Chiapas y su problemática, que sea distinta a la del gobierno mexicano. Dado que la exposición deberá realizarla una figura política de gran importancia, se promueve la presencia del obispo Samuel Ruiz'', indicó la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FILDH).

En caso de que el acto llegue a concretarse, la reunión podría tener lugar en Estrasburgo, Francia, el 17 o 18 de febrero, o en marzo entre el 10 y el 11; también podría ser el 24 o 25 de febrero en Bruselas, Bélgica.

En un documento informativo, la FILDH da pormenores de la reunión que sostuvo la REX con la delegación parlamentaria del PRI, encabezada por Alfredo Phillips Olmedo, quien también es presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.

Pérez agrega que miembros de la delegación mexicana recordaron la expulsión de la misión de observadores de la FILDH, ``reconociendo que fue un error y pidieron disculpas, manifestando que su voluntad ahora es dialogar''.

La federación considera que ``el debate suscitado en el Parlamento Europeo sobre la situación de los derechos humanos en México ha subido de tono'', al grado que los parlamentarios debaten sobre la utilidad práctica de la cláusula democrática, ya que después de la condena parlamentaria a la masacre de Acteal parecería contradictorio la aprobación sin más del acuerdo comercial''.

De hecho, se reconoce que existen opiniones divididas. Una de ellas -se comenta- es que el acuerdo comercial ``debe seguir adelante con la condición de que el gobierno mexicano demuestre efectivamente su voluntad para solucionar los problemas sobre democracia y derechos humanos en México''. Otra corriente de opinión establece que ``no es posible hacer ninguna exigencia al gobierno de México hasta que no se ratifique el acuerdo comercial, ya que mientras tanto no existe un vínculo formal que haga posible la exigencia de la cláusula democrática''.