Ni los procesos en apariencia más democráticos pueden asegurar que efectivamente sean las bases de un partido las que realmente elijan a sus dirigentes y candidatos.
Lo anterior es una de las conclusiones a las que se ha llegado dentro de las filas del PRI en momentos en que están por arrancar los procesos para postular a sus candidatos a cientos de cargos de elección popular que estarán en disputa este año, entre los que destacan por su importancia 10 gobernadores de otros tantos estados.
La situación se torna todavía más difícil porque las llamadas consultas directas a la base --con voto directo de todos los militantes-- están prácticamente desechadas pues la experiencia demuestra que sólo contribuyen a ahondar divisiones internas y se corre el gran riesgo de que fuerzas externas distorsionen el proceso.
Tal vez por eso se han retrasado los procesos de nominación de candidatos en estados como Chihuahua, los cuales se suponía deberían haber empezado desde hace más de una semana. Pero también han llegado a la misma situación otras entidades, como Puebla, en donde las elecciones se realizarán con posterioridad.
En Chihuahua ya estaba todo listo para la convención con delegados elegidos que votarían libremente, pero surgieron protestas pues algunos precandidatos suponían que con tal sistema se favorecía a Artemio Iglesias, por su posición de secretario de Operación Política del CEN tricolor y por su largo periodo de trabajo al frente de la organización territorial.
En Puebla, lo mismo se dice del ahora diputado federal y secretario de Finanzas del CEN de ese partido, José Luis Flores, pues se estima que igual que su compañero Iglesias tiene el respaldo de la dirigencia nacional. Pero, además, existe en el caso poblano el agravante de la gran dimensión que ha adquirido el gobernador saliente, Manuel Bartlett Díaz, convertido en precandidato presidencial. Quienes no están cerca de él, temen que no resista la tentación de dejar ``heredero'' y favorecerle en la elección interna.
Sin ventajas para nadie
En Puebla, además del mencionado Flores, los principales aspirantes a la nominación priísta son el también diputado Angel Aceves Saucedo, los senadores Melquiades Morales Flores y Víctor Hugo Islas, así como el ex senador Germán Sierra Sánchez, quien a pesar de su derrota como candidato a la presidencia municipal de Puebla ha recuperado mucho terreno como delegado estatal de Sedeso, y sobre todo porque su vencedor, el actual alcalde, el panista Gabriel Hinojosa, es considerado como el mejor propagandista del PRI, por sus desaciertos.
Con todo, a pesar de las críticas priístas, el actual presidente municipal poblano es considerado uno de los principales precandidatos a la nominación del PAN, pues tiene en su favor precisamente esa victoria en la capital del estado, que representa 37 por ciento del padrón estatal.
Otros aspirantes del PAN son el senador y ex dirigente empresarial Jorge Ocejo, y el regidor Francisco Fraile.
Por lo que respecta al PRD, se le conceden pocas posibilidades en ese estado.
Una de las figuras perredistas es el ex priísta Miguel Barbosa Huerta, y también se habla de un posible candidato externo. En este sentido, el más mencionado es el empresario y ex propietario del equipo Puebla de futbol, Emilio Maurer, quien sostuvo una cerrada lucha contra Televisa el tiempo que estuvo al frente de la federación mexicana de ese deporte