La Jornada 26 de enero de 1998

Negocios ficticios y ligas con narcos, los cargos a Romero de Velasco

Especial de Público para La Jornada Ť ``Bueno... sí... permítame señor Presidente, lo comunico con el licenciado Romero... Señor le llama Ernesto'', dijo Jorge Alejandro Abrego Reyna al pasarle el teléfono celular al ex gobernador.

-Sí señor Presidente... de acuerdo... yo le sugiero que actúe de la otra forma... estamos en contacto -le indicó Flavio Romero a la persona que estaba del otro lado de la línea.

Esta escena fue repetida en distintas ocasiones por Flavio Romero y Jorge Abrego y fue vista por varias personas a quienes estafaron con dinero o pertenencias.

Después de ser detenido el viernes pasado el ex gobernador Flavio Romero de Velasco, la Procuraduría General de la República (PGR) informó, mediante un boletín, que el ex mandatario mantenía una relación con Jorge Abrego Reyna, quien se encuentra evadido de la acción de la justicia, y con el reconocido narcotraficante Rigoberto Gaxiola.

En Jalisco, Abrego Reyna, bajo el amparo de Romero de Velasco, defraudó a la empresa O.V. Pérez con más de un millón 230 mil dólares: les propuso comprarles la concesión de una empresa tratadora de basura en Atlacomulco, en el estado de México. Pagó con cheques sin fondos.

Por este delito fue detenido en junio de 1997. Se le puso a disposición del juzgado segundo y noveno de lo criminal. A Gustavo Hernández Gutiérrez le compró algunos autos, pero no le liquidó el total del adeudo, además de amenazarlo de muerte. Realizó varios negocios fraudulentos con varias empresas aéreas. Otras de sus víctimas fueron joyeros, hoteleros y vendedores de vehículos.

Según lo dicho por Jorge Abrego a varias de sus víctimas, el motivo de su estancia en Guadalajara era para cumplir un encargo del presidente Ernesto Zedillo y contactar con Flavio Romero de Velasco, ya que éste sería llamado como titular de la Secretaría de Gobernación.

A las personas con quienes tuvieron negocios, tanto Abrego Reyna como Romero de Velasco les manifestaban que invertían con ellos por interesarles sus negocios a funcionarios federales.

``Al señor Presidente le interesa invertir con ustedes'', fue una de las frases que constantemente utilizaron.

Ese argumento, sumado a la solvencia económica que Abrego Reyna ostentaba y su amistad con Romero de Velasco, hizo que las personas a quienes defraudaron no desconfiaran de ellos.

Además de los negocios, Abrego Reyna y Romero de Velasco ofrecían a sus ``nuevos'' socios cargos en su equipo una vez que el ex gobernador de Jalisco tomara posesión como secretario de Gobernación.

Otra de las acusaciones de la PGR sostiene que el ex gobernador jalisciense mantenía una relación con el narcotraficante Rigoberto Gaxiola. Según la Procuraduría, Romero de Velasco vendió una casa ubicada en Ajijic, Jalisco, al narcotraficante. En esa transacción también intervino Jorge Abrego Reyna.

Según el empresario Héctor Reyes Graciano, en 1995 Abrego arribó a Guadalajara con la finalidad de comprar un hotel. Durante esa operación lo buscó a él. Reyes Graciano le propuso la propiedad de Romero de Velasco, situada en la rivera del lago de Chapala. Así se conocieron el ex mandatario y Abrego. De esta relación surgió más tarde una sociedad, y la casa fue convertida en el hotel El Rincón de Don Gustavo, el cual fue vendido posteriormente al industrial maderero de Durango Rigoberto Gaxiola.

El empresario Reyes Graciano ha sido amenazado en los últimos días. ``Vinieron unos pistoleros a mi casa, tal vez para matarme. No me encontraron y derribaron la puerta y me robaron. Si algo llega a pasarme culpo a Flavio Romero de Velasco y a Jorge Abrego Reyna'', explicó.

-Yo trabajé dos meses de asistente de Abrego Reyna, pero conforme pasaban los días me di cuenta que el cuate era un pillo y renuncié. Yo, incluso, fui víctima de abusos porque le vendí joyas con valor de 240 mil pesos y me pagó con cheques falsos.

Reyes Graciano explicó que al poco tiempo de conocerse Jorge Abrego y Romero de Velasco, aquél le dijo al ex gobernador jalisciense que él conocía a Gabriel Rivapalacio, quien llevaba las finanzas particulares de Zedillo. Abrego incluso le propuso interceder para que el ex gobernador pudiera acceder a importantes puestos en el gabinete presidencial.

La punta de la hebra

Una carta enviada al presidente Ernesto Zedillo el 6 de junio de 1997, en donde uno de los afectados denunció el fraude que en su agravio cometió Jorge Alejandro, Abrego Reyna fue la punta de la hebra que llevó a descubrir la madeja de delitos cometidos por el ex gobernador de Jalisco, Flavio Romero de Velasco y el prófugo Jorge Alejandro Abrego Reyna.

El afectado se vio dañado en su patrimonio y una vez que denunció el hecho por la vía legal, solicitó la intervención de la Presidencia de la República y de la Secretaría de Gobernación para que conociera del hecho que afectó a varios empresarios. Las sospechas aumentaron después de que Romero de Velasco llamó en repetidas ocasiones a la Presidencia para tratar hechos de tipo mercantil, y la Presidencia ordenó se investigara el hecho.

En tanto, la hija de Romero de Velasco, Janitzio Romero Plascencia, señaló que la familia del ex gobernador tiene ``la frente muy en alto'' y confía en ``la honradez y transparencia'' del jefe de esa casa. ``No sabemos nada, por eso no podemos decirles nada'', respondió vía telefónica ante la pregunta sobre el paradero de su padre.

-¿Cómo está el licenciado? --insistió el reportero.

-El está perfectamente bien. El ha sido siempre muy honrado y transparente --agregó, y dijo confiar en que todo se aclare.

La residencia del ex gobernador estuvo muy visitada ayer, como es usual el fin de semana, y en la zona aledaña no había ningún dispositivo especial de vigilancia.

Desde la mañana y hasta al ocultarse el sol, familiares y amistades del político, algunos con rostro serio, llegaron en sus vehículos que estacionaron fuera del domicilio, entraron y tras permanecer unos minutos u horas, se fueron.

Perfil del ex gobernador

Este lunes se cumplen seis meses de que fue asesinado de nueve balazos Héctor Alfredo Ixtlahuac Gaspar, ex secretario particular del ex gobernador Flavio Romero. Mientras que del primero no se tiene pistas de sus asesinos, el segundo está preso acusado de lavado de dinero y asociación delictuosa.

De carácter recio, aunque parco, quien gobernó Jalisco de 1977 a 1983 es identificado como cabeza de una de las importantes corrientes políticas del PRI en la entidad. En 1995 su nombre circuló como posible presidente estatal del priísmo, y en 1997 como probable precandidato a la alcaldía de Guadalajara. Sin embargo, descartó la primera nominación al declarar que no deseaba ser el ``enterrador'' del PRI.

En el sexenio de Romero de Velasco al parecer llegaron a radicar a Jalisco grupos de narcotraficantes que huían de Sinaloa, luego que en 1976 el Ejército Mexicano y agentes policiacos combatieron la siembra de enervantes en ese estado, en el marco de la llamada Operación Cóndor. Investigadores universitarios han señalado que el ex mandatario habría pactado con los traficantes de estupefacientes.

Los recién avecindados se interesaron en las inversiones inmobiliarias y la construcción de residencias, sobre todo en fraccionamientos del poniente de la zona metropolitana de Guadalajara.

La primera de las tres veces que Romero de Velasco fue diputado federal ganó los comicios en el octavo distrito, con cabecera en Chapala. En ese municipio se localiza la mansión de su propiedad que aseguró la PGR el 17 de octubre de 1997. El ex gobernador cumplió 72 años el 22 de diciembre.

Con frecuencia se dejaba ver desayunando en el Sanborns y había cambiado muy poco respecto a cuando fue gobernador.

Casi siempre andaba solo, sin guardaespaldas. No obstante, utilizaba una camioneta Suburban blindada, que le aseguró la PGR en septiembre pasado.

En su sexenio adquirió fama de ``duro'' luego que combatió la inseguridad pública con polémicas medidas como la instalación de retenes policiacos; que auxilió al gobierno federal para aniquilar a los grupos armados opositores al régimen, a tal grado que desde 1977 permanecen desaparecidas unas doce personas, y se enfrentó con la Universidad de Guadalajara y la dirigencia sindical local de la CTM.