Jorge Abrego tiene querellas por estafa en varias ciudades
Cayetano Frías Frías, corresponsal, Chapala, Jal., 28 de enero Ť Un estafador con demandas pendientes en San Diego, California, Chapala, Guadalajara, Los Cabos, La Paz y seguramente otras ciudades es Jorge Abrego, cuyo verdadero nombre es Gabriel Pineda Castro, supuesto socio del ex gobernador Flavio Romero de Velasco, preso en Almoloya de Juárez por lavado de dinero y asociación delictuosa.
Héctor Reyes Graciano, entrevistado en el café París de su propiedad, dijo que desde agosto de 1995 advirtió en la secretaría particular del presidente Ernesto Zedillo sobre la existencia de Jorge Abrego, quien se hacía pasar como inversionista del Ejecutivo y ``manchaba su imagen'', por lo cual pedía que se le investigara.
Recordó que en mayo de 1995 conoció a Jorge Abrego, propietario de la empresa Construcciones e Inversiones de México, SA de CV, que se interesaba por comprar una finca en Chapala, y lo contactó con Romero de Velasco, quien quería rematar su residencia de Ajijic, en este municipio.
Reyes Graciano, entonces secretario particular del alcalde panista de Chapala Raúl Robles Puga, realizó los trámites para que se concretara la venta de la casa a Jorge Abrego, y poco a poco entre Flavio Romero y el comprador se inició una relación de amistad.
Posteriormente, Abrego invitó a Reyes Graciano para que trabajara como su secretario particular, y en dos meses y medio viajó con él por lo menos 15 veces a la ciudad de México, en varias de ellas acompañados por el ex gobernador. Reyes Graciano dijo que fue entonces cuando Abrego le propuso a Romero de Velasco que podía ser procurador general de la República, porque conocía a Gabriel Rivapalacio, uno de los secretarios de finanzas del presidente Zedillo.
El 10 de mayo Abrego había dicho a Romero que sí le compraría la casa de Ajijic; acudieron a una notaría de Guadalajara, cuyo titular era José Luis Leal Sanabria, y fueron atendidos por el suplente identificado como Jorge Campos. Se le advirtió al ex gobernador que no realizara los trámites en Jalisco, porque le cobrarían una cantidad exhorbitada de impuestos, y por eso acudieron al DF.
Romero de Velasco presentó los documentos de una empresa denominada Compañía Turística de Ajijic, los cuales no estaban en regla. Por eso realizaron los viajes al Distrito Federal, donde siempre se hospedaban en el Hotel Nikko, pagando Abrego en cada ocasión una suite de mil dólares, mientras que para sus dos acompañantes desembolsaba 600 dólares por noche en cada habitación.
Reyes Graciano explicó que el 15 de junio fueron a la ciudad de México porque supuestamente Romero de Velasco y Abrego se entrevistarían con el presidente Zedillo. Aclaró que en los viajes a la capital siempre lo dejaban en el hotel y nunca conoció a nadie, narcotraficante o no, que se hubiera reunido con ambos.
Ese 15 de junio regresaron por la tarde al hotel y Abrego le dijo que iba a recibir una llamada y que se la pasara a la sala de juntas, donde se introdujo con Romero de Velasco. Cuando entró la llamada, se la pasó a Abrego y como media hora después se asomó éste y preguntó en que día caería el 4 de julio, por lo que le respondió que en martes.
Abrego se volvió hacia Romero de Velasco para darle la respuesta; enseguida éste llamó por un teléfono ``a manos libres'' y cuando le contestaron dijo: ``Señor presidente, es martes'', a lo cual una voz le indicó: ``Señor procurador, ese día tomará posesión''. Reyes Graciano dijo que entonces cerraron la puerta y a los pocos minutos salió Abrego y abrazó a su padre, Roberto Pineda, mientras repetía: ``Ya la hicimos''.
Cuando regresaron a Chapala, comentaron que el 27 de junio iría a la finca de Ajijic el presidente Zedillo a descansar y que harían algunos preparativos. Reyes Graciano relató que el 26 de ese mes le llamó Romero de Velasco y le dijo que fuera a limpiar la casa, porque habían estado los del Estado Mayor Presidencial y realizaron infinidad de disparos en una de las paredes, lo cual vio muy raro.
Se limpió la casa y el 27 estuvieron todo el día esperando a Zedillo, hasta que como a las 20 horas Romero le dijo a Reyes Graciano que se fuera porque el Estado Mayor no lo quería ver en la finca cuando llegara el Ejecutivo federal. Al día siguiente, el ex gobernador le platicó que estuvieron en la residencia Emilio Chuayffet, Esteban Moctezuma y Zedillo desde las 23 hasta las 4 horas.
Ante esas actitudes extrañas, tanto de Abrego como de Romero de Velasco, Reyes Graciano dejó de trabajar para el primero el 11 de julio y les pidió que le pagaran su comisión por la compra-venta de la casa, importe por el cual el ex gobernador le firmó un documento y que nunca le fue cubierto. Refirió que también Jorge Abrego le adeuda un lote de joyas por 240 mil pesos, que supuestamente regaló a la familia presidencial.
Después se enteró que Jorge Abrego en realidad se llama Gabriel Pineda Castro y es originario de Tecate, Baja California, donde se encuentra registrado. Romero de Velasco le platicó en posteriores ocasiones que viajó con el estafador por Europa, Africa y Costa de Marfil durante cuatro meses.
Jorge Abrego estafó a un propietario de Chapala, al que le compró siete casas y le pagó con cheques falsos. Arturo Savignon, el defraudado, sólo pudo recuperar seis de las residencias.
A principios de enero de 1998, Romero de Velasco le comentó a Reyes Graciano que iba a demandar al presidente Zedillo, porque no podía recuperar los 9 millones de pesos que le había entregado a Jorge Abrego, supuesto inversionista del Ejecutivo.
Reyes habló con Ramiro Aguilar Romero, primo del ex gobernador, y le dijo que lo cuidara porque al parecer había caído en manos de un estafador. Aguilar respondió que también estaba preocupado porque le había prestado 9 millones de pesos a Romero de Velasco y seguía con problemas económicos.
Reyes Graciano manifestó que tiene miedo de que lo asesinen, porque sabe que son enemigos poderosos los que están detrás de esos fraudes, y solicitó que el presidente Zedillo le brinde protección, ya que a la fecha no cuenta con ella.