La Jornada 30 de enero de 1998

Capturan a jefe antisecuestros de Morelos cuando ocultaba un cadáver

Francisco Guerrero Garro y Raúl García, corresponsales Ť Policías federales de Caminos detuvieron la noche del miércoles, en el municipio de Buenavista de Cuéllar, Guerrero, al comandante Armando Martínez Salgado, director de la Unidad Antisecuestros del estado de Morelos, junto con el segundo comandante de la misma corporación, Miguel Espinoza López, y el agente Jacinto Arizmendi, cuando intentaban abandonar el cadáver de Jorge Nava Avilés junto a la carretera federal México-Acapulco en el tramo Iguala-Palmira.

La Procuraduría de Justicia de Guerrero informó que existía una averiguación previa por el delito de secuestro contra Jorge Nava, cuyo cuerpo, al ser hallado, presentaba golpes en la caja toráxica y el cráneo.

En tanto, la Procuraduría General de la República informó que ejercerá la atracción del caso por considerar que los policías judiciales sorprendidos tienen relación con actividades de protección de bandas de narcotraficantes y secuestradores.

Los tres judiciales de Morelos fueron llevados ante el Ministerio Público de Iguala y, según trascendió, serían trasladados a la ciudad de México para investigarlos por el presunto delito de homicidio y otros.

En Cuernavaca, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso local, Ignacio Suárez Huape, exigió la comparecencia del procurador Carlos Peredo y del director de la Policía Judicial, Jesús Miyazawa Alvarez, para que expliquen la actuación de los agentes detenidos.

El diputado perredista señaló la necesidad de que ambos funcionarios aclaren el involucramiento en este hecho de Armando Martínez Salgado, coordinador operativo de la PJE; el comandante Jacinto Arizmendi Rosas y el agente Miguel Espinoza López, ``quienes habrían incurrido en actos de tortura y homicidio, así como secuestro, si la persona que se les murió fue detenida sin orden de aprehensión''. Esto deja entrever que ``se continúa con esa vieja práctica'', agregó, por lo cual se exige una investigación interna.

Suárez Huape advirtió que de resultar culpables de homicidio y tortura los tres agentes, quedará claro que en Morelos la Policía Judicial tiene prácticas similares a la de los secuestradores, que son violatorias de las garantías individuales y los derechos humanos, por lo que es una exigencia pública que ambos funcionarios aclaren la participación de los policías detenidos por la PFC.

De acuerdo con informes de la comandancia de la Policía Federal de Caminos, los detenidos intentaron oponer resistencia a la detención, pero fueron sometidos por la fuerza y esposados.

Según consta en la declaración rendida ante el Ministerio Público, los policías de Caminos dijeron que la detención se realizó cuando sorprendieron a los judiciales que viajaban en un una camioneta Ram Charger negra, modelo 1997, placas de circulación NV-12952, conducida por el jefe de la Unidad Antisecuestros, Martínez Salgado. El vehículo estaba estacionado junto a la carretera, donde fue descubierto por los agentes, quienes localizaron de inmediato a los tres sujetos en el momento en que buscaban un sitio para depositar el cadáver de Jaime Nava.

A los agentes de la PFC les dijeron que se trataba de ``un detenido'' que entregarían a las autoridades judiciales de Iguala y ``que se les había muerto en el camino de un paro cardiaco''.

Los policías de Caminos no creyeron esa versión, porque cuando solicitaron a Martínez Salgado la orden de traslado del supuesto detenido, ni él ni sus acompañantes supieron qué responder y dijeron desconocer la identidad del occiso. Después cayeron en contradicciones al afirmar que el cuerpo perteneció a un ``informante'' que los llevaría a un lugar en Iguala para detener a un presunto secuestrador.

Tras someterlos y esposarlos, los policías de Caminos revisaron la camioneta y descubrieron cinco pasamontañas, un montón de vendas, cinta adhesiva, trapos y estopa con machas de sangre.

El cuerpo del hombre que los judiciales pretendían desaparecer fue trasladado del Ministerio Público de Iguala al Servicio Médico Forense, en donde los especialistas realizaron la necropsia e informaron que el cadáver presentaba evidencias de golpes y sangrados internos, además de golpes en el cráneo.

En Cuernavaca, el subprocurador de Justicia, Rafael Augusto Borrego Díaz, quien se trasladó a Iguala, informó que las policías judiciales de ambos estados coordinarán las investigaciones y que ``en caso de comprobarse que (los agentes) cometieron algún ilícito, específicamente en relación a la muerte de la persona que al parecer estaba con ellos cuando falleció, se les aplicará todo el rigor de la ley''.