El Colectivo Mexicano de Apoyo a la Niñez (Comexani) presentó el 29 de enero su cuarto informe sobre los derechos y la situación de la infancia en México (1994-1997), titulado ``Los hechos se burlan de los derechos'', con prólogo de Eduardo Galeano.
Comexani está integrado por organizaciones y personas interesadas en el bienestar de la infancia, y se ha propuesto contribuir a la consolidación de una cultura de respeto a la niñez. La elaboración de este reporte, con el objetivo de informar y sensibilizar a los líderes de opinión y al público en general sobre los problemas más sentidos por la niñas y los niños de nuestro país, ha sido tarea medular del Colectivo desde su aparición en 1992. El cuarto informe ofrece en particular un análisis de las condiciones de vida de la niñez mexicana, enfatizando las de los grupos más vulnerables: los que viven y trabajan en las calles, indígenas, niños maltratados, migrantes, jornaleros agrícolas, etcétera. Para su elaboración, Comexani convocó a investigadores, académicos, promotores sociales, funcionarios de gobierno, directivos de organizaciones civiles y profesionales, especialistas en los diversos temas que afectan a la infancia, con el fin de integrar su análisis, sus investigaciones y sus aportes.
Se trata de un verdadero documento alternativo que cada cinco años presenta el gobierno, desde 1992, ante el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas, tal y como se estipula en los compromisos adquiridos por el estado mexicano al firmar y ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño.
Su publicación es muy oportuna en este momento, ya que permite evaluar las políticas sociales y sus repercusiones, impulsadas por el actual gobierno en relación con la infancia, en especial con la más marginada, durante los primeros tres años del sexenio. Debe subrayarse que en todos los temas se presentan propuestas para la acción conjunta de la sociedad civil.
La concepción todavía prevaleciente, que ve a las niñas y los niños como objetos y no como sujetos, se ve reflejada en los múltiples datos que nos presenta el Informe en sus distintos capítulos. Basta saber que existen alrededor de 50 mil niños en la calle en todo el país, ya sea trabajando o viviendo. O que en la zona metropolitana del Distrito Federal hay, según cálculos de la Asamblea Legislativa, 5 mil mujeres menores de edad prostituyéndose.
No son sólo estos datos los que reflejan la marginación a la que se ven expuestos los infantes. El maltrato hacia ellos y ellas continúa siendo uno de los problemas más agudos a los que se enfrentan. Si partimos de que en el caso de abuso sexual los principales agresores mantienen en 99 por ciento de los casos relación cercana a los niños, es decir, que los victimarios más frecuentes son familiares, entonces concluimos que una de las instituciones más importantes de nuestra sociedad, la familia, se encuentra fuertemente cuestionada. Se suma a lo anterior la tolerancia legal ante estas situaciones y la ausencia real de apoyo a las víctimas. Otro de los aspectos más sobresalientes del informe es la realidad que viven los menores indígenas. A los padecimientos históricos que les aquejan (desnutrición, miseria, hambre, explotación e injusticia), se añade la violencia institucional que se abate sobre las comunidades étnicas en varios estados del país, teniendo a Chiapas como el más representativo. La presencia militar ha venido no sólo a agravar dichas condiciones, sino que ha repercutido directamente en la salud mental de los infantes, quienes ven arrebatado su principal derecho: ser niños.
Podríamos abundar en cifras y datos que nos presenta el informe de Comexani, que por lo demás han sido ya abundamentemente publicados por La Jornada en su edición del 29 de enero (pp. 41 y 60). Aquí más bien cabe una reflexión.
Cuando se habla de que los niños y las niñas son el futuro de la nación, al parecer no nos preocupa cuál es el destino de aquellos a quienes en los hechos se les niega dicho porvenir. Si no asumimos a la niñez como presente, estamos igualmente cancelando su futuro.
Debemos impulsar una cultura de respeto a los niños, que garantice de manera fundamental el derecho de éstos a la opinión, a la participación, y, especialmente, a la decisión en los problemas que les conciernen.
Hagamos nuestras las demandas de los menores, expresadas en el primer Foro Nacional Infantil realizado por Comexani en 1995: ``no sólo deben hacerse periódicos para adultos, nosotros también queremos tener información completa (...) Porque si nos dicen que hay paz en todo el mundo, vamos a crecer con esa idea, y esto no es cierto''.