Masiosare, domingo 1 de febrero de 1998


De qué se ríe


Clinton


Jaime Avilés


Está comprobado: el 8 de mayo de 1991, Paula Jones no estuvo en una habitación del hotel Excelsior en Little Rock forcejeando con el caliente del vil Clinton. Masiosare descubrió la verdad: la narizona dama -que no tiene parentesco alguno con Pinocho- lo que hizo en realidad fue cazar una apuesta con un hombre sumamente rico. ``¿Cuánto vas a que logro que el presidente de Estados Unidos se baje los pantalones en público?'', le dijo.

-Cien millones de dólares -fue la respuesta.

Entonces, la Jones -que tampoco es parienta del Queco del mismo apellido- inventó que el vil Clinton tenía una extraña curvatura en el pene. Hoy, cuando el escándalo ha conseguido que el resto del mundo desaparezca en la prensa y la televisión de Estados Unidos, surge un nuevo hallazgo: el hombre que apostó contra Paula era Sadam Hussein y espera gustoso el momento de pagar su deuda. ¿Por eso lo van a bombardear?

No, esta no es la causa por la que el vil Clinton sólo aguarda a que en el mundo árabe concluyan los festejos del Ramadam, para desatar una nueva tormenta en el desierto y volver a incendiar el Medio Oriente. A partir, quizá, de hoy. O de mañana.

La guerra que está a punto de estallar será la culminación de una carambola de muchas bandas. El pasado noviembre, la IBM reportó una caída drástica en la Bolsa de Nueva York. Para ocultar el desplome que esto produjo en el índice de cotizaciones del principal mercado accionario del orbe, la Casa Blanca intensificó el escándalo de Paula Jones, al tiempo que sus expertos arreciaban las presiones contra las Bolsas de Malasia e Indonesia, países con inmensas reservas de petróleo.

Al provocar el derrumbe de las monedas asiáticas, Washington entró al rescate y, con una fórmula conocida -remember México enero de 1995-, obtuvo en prenda de garantía los dineros petroleros de aquellos países, debido a lo cual éstos aumentaron la producción de crudo.

Como algo semejante estaba ocurriendo con México, Venezuela y los Emiratos Arabes Unidos, el precio internacional del crudo empezó a caer y caer, alcanzando niveles bajísimos. Así llegamos, la semana pasada, al infarto petrolero.

Pero con una diferencia.

Ese petróleo salió a la venta a precios de ganga y fue comprado por Estados Unidos. Y ahora, cuando el vil Clinton lo tiene ya en su poder, la Casa Blanca se dispone a aumentar su valor en el mercado. ¿Cómo?

Bombardeando a Irak, para cerrar un negocio redondo.

¿Cuál es el principal derivado del petróleo?, preguntó alguna vez Fontanarrosa.

Y se respondió de inmediato:

La guerra.