La Jornada 1 de febrero de 1998

Anuncia Camdessus reforma del FMI

Dpa, Hamburgo, Londres, 31 de enero Ť En vista de los enormes costos de las crisis financieras en Asia se vislumbra una reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) y un cambio en la forma de pensar y de actividades de los bancos centrales.

En una entrevista con el semanario alemán Der Spiegel, en su edición del lunes próximo, el presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, exige que los bancos centrales lancen advertencias públicas en casos que bancos del país concedan créditos muy arriesgados y cuando la situación financiera de las empresas o institutos crediticios comiencen a tener contornos de peligrosidad.

Estos propósitos y en forma especial la reforma del FMI son los temas centrales de una reunión de los siete países más industrializados del mundo (G-7) el 21 de febrero en Londres.

Una de las pretensiones del FMI es conseguir que los bancos centrales de un país miembros decidan a dar a conocer por sí solos los hasta ahora confidenciales datos o informes sobre créditos. Camdessus reprochó a algunos países asiáticos del Lejano Oriente haber pedido ayuda ya muy tarde y con ello haber concedido un impulso adicional a la crisis.

``Tuvimos que impedir que los países se salvaran de la crisis con sus programas excesivamente caros'', dice Camdessus en sus declaraciones al semanario alemán, cuyo texto fue adelantado a la Dpa.

En su edición de ayer viernes, The Guardian de Londres dice que Gran Bretaña propondrá en la reunión de Londres que el Banco Mundial (BM) y con ello los propios estados, asuman las garantías de los créditos. Con esto se logrará impedir una contracción de los mercados de capitales en caso que los bancos se retiren por lo arriesgado de las operaciones, lo que no hace sino precipitar las bancarrotas.

Ya ahora se comenzó a discutir sobre si el FMI está obligado a ayudar a especuladores privados en casos de pérdidas si se comprueba que han tenido activa participación en crisis provocadas para aprovecharse de ellas.

Camdessus no descartó la posibilidad de que bancos imprudentes sean sancionados con más severidad que hasta ahora. Pero la consecuencia de todo esto podría ser fuertes recesiones que podrían llevar consigo al abismo a otras naciones que nada tienen que ver con el problema, lo que sería ``un precio demasiado alto para la sanción'', según dijo, y rechazó al mismo tiempo la implantación de impuestos especiales a las transacciones para poner límite a las especulaciones.