ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Zacatecas, Zac. Ť Ricardo Monreal tiene todo a su favor para tomar la decisión que colocaría al PRD en la posibilidad seria de ganar la gubernatura de esta entidad y, eventualmente, comenzar el despliegue por el norte del país (rumbo al 2000) de la bandera del sol azteca que hasta ahora no ha penetrado de verdad en esta región.
Por un lado, Monreal (hombre del sistema, gente de partido) ha pagado hasta el último centavo su cuota de lealtad y disciplina razonada al PRI. Como priísta ha sido (¿fue?) un férreo defensor del sistema, de las instituciones, del presidencialismo, de su partido. Como precandidato al gobierno de su estado, se mantuvo siempre en espera de un juego abierto y directo.
Fábulas verdaderas
(Fabulador como quiere ser en esta ocasión este columnista, se imagina que alguna vez -¿acaso hace algunas horas, en un sofá de la sala de una casa?- escuchó un relato así:
(``Yo sé cómo son las cosas. Soy hombre de partido. Hace unas cuantas semanas les dije que para qué se esperaban tanto en tomar las decisiones, que se iba a enrarecer el ambiente y que se iban a propiciar los golpes bajos. No se manejaron las cosas con cuidado y con oficio. Por el contrario, con descuido y error.
(``Cuando sentí que se venía la guerra sucia, acusándome de narcotraficante por el hecho de que mi suegro había sido detenido muchísimo tiempo atrás en posesión de 60 gramos de mariguana -a mi ahora esposa la conocí diez años después de ese incidente-, hablé donde tenía que hablar y les dije que yo estaba dispuesto a ayudar a quien fuese a ser el elegido, que yo era gente de partido, que me permitieran sumar y construir.
(``Pero nada. Por el contrario, arreció el lodo. Conforme se incrementaba el tono de los agravios, advertí que con esas actitudes me iban a impedir sumarme a una decisión que se tomara, porque mi gente se sentía ofendida. Todavía unos cuantos días antes del jueves del madruguete en favor de Olvera, me dijeron que todo iba bien, que las cosas caminaban favorablemente..'')
Madruguete, cargada
Y en lugar del juego abierto y franco, Monreal se encontró con el madruguete con el que por órdenes de Mariano Palacios Alcocer se manifestaron los sectores y las organizaciones priístas de Zacatecas antes de la emisión de la convocatoria a elecciones internas, para inducir la cargada en favor del hasta entonces agazapado Olvera.
Luego, las presiones de Palacios (``no te registres, no eches a perder tu carrera, el Presidente te aprecia y te quiere, pero no puede darte la candidatura. Dime cómo se te puede ayudar. Tal vez una embajada, o un cargo, ¿una subsecretaría?...'', vuelve a fabular este columnista), y las de Paco Labastida Ochoa, y las de Arturo Núñez Jiménez.
Pero hoy, recorrido ya a plenitud el camino de la lucha interna, colocado a la vera del camino por su propio partido y no por decisión propia, Ricardo Monreal se encamina a tomar la única decisión sensata que le queda: buscar una alianza partidista opositora, con el Partido de la Revolución Democrática como eje.
(En las calles y en los cafés sólo se habla del tema. De la rebelión monrealista y hasta dónde llegará. Hay quienes consideran que Ricardo debería aguardar otra oportunidad en un sistema que finalmente sabe pagar. Otros, la mayoría de los que este tecleador ha escuchado, consideran que debe dar el paso fuera del PRI y lanzarse por otro partido que no puede ser sino el PRD.
(Afuera del Teatro Calderón, un empresario radiofónico le manda un recado a Monreal con una de sus gentes de confianza: ``Dile que cuando alguien se pelea con el patrón, por más que luego diga que se equivocó, o que se va a enmendar, ya nunca será perdonado de verdad. ¿Para qué habría de quedarse en el Partido Revolucionario Institucional, cuando por otro partido bien puede ganar?'')
El PRD, oportunidad de crecimiento
Los perredistas locales, por lo pronto, se manejan con cautela en prevención de que Monreal decidiera volver al redil tricolor y entonces el PRD quedara como una opción que buscó ser tomada en cuenta y finalmente fue despreciada. Hay buenos precandidatos, sobre todo Amalia García y Juan José Quirino Salas, pero también figuran Raymundo Cárdenas y Luis Contreras Serrano.
Mas, la verdad, ninguno de ellos parece tener una oportunidad seria de ganar. Una lucha simbólica, sí; la recepción de votos de castigo, también; pero ganar, no. Esa oportunidad de triunfo sólo se las da Monreal, con su gente, con los priístas que de no haber sido relegados estarían hoy en campaña contra el propio Partido de la Revolución Democrática, con los priístas que sólo de esta manera estarían dispuestos a dejar su partido y generar un nuevo panorama en la Zacatecas que antaño ha sido arrolladoramente del PRI.
Por el lado del PAN tampoco hay posibilidades reales de triunfo, y menos con la confusión generada (¿recuerdan San Luis Potosí, suegra contra yerno, hija navista y gobernador priísta?) por la aparición de Gabriel, el hermano de Pepe Olvera como precandidato panista. Aunque, bueno, Gabriel ha declarado que, habiendo sido educados ambos con los mismos principios, habrán de dialogar para ver qué hacen uno con su precandidatura panista y otro con la candidatura priísta. Pepe, por su parte, ha dicho que con todo respeto para el estado vecino, pero ``Zacatecas no es Querétaro'', en abierta referencia al pleito fraterno de julio de 1997 entre Fernando y José Ortiz Arana.
Mientras tanto, la sensación de malestar por el caso Monreal ha llegado también a San Lázaro, en la ciudad de México, donde varios diputados priístas se preguntan qué pasa en su partido cuando se premia con la candidatura a un diputado intrascendente, como había sido Olvera, en lugar de otro que daba la cara y peleaba por el sistema como había sido Monreal.
Por todo lo antes narrado (entre paréntesis y fuera de ellos), el todavía diputado Monreal tiene todo a su favor para dar el paso histórico que coloque al PRD en la antesala de la gubernatura de Zacatecas. Están las condiciones políticas locales y nacionales, está la gente de Zacatecas (priísta y no priísta) que quiere un cambio después del sexenio de Arturo Romo y que está contra lo que llaman el regreso de Genaro Borrego, y tiene el respaldo de su familia (su esposa en primer lugar).
Así termina el reporte de esta segunda Batalla de Zacatecas.
Astillas: Honrar los acuerdos de San Andrés, dice la misiva secreta que envió la Secretaría de Gobernación al Ejército Zapatista de Liberación Nacional en días pasados. Seguimos en las mismas: ¿Honrar? ¿En cuál de sus sentidos, en el de respetar, reverenciar, venerar o adorar, que son algunos de los consignados en cualquier Larousse, o en el de acatar? Porque, para honras, las estatuas de los héroes patrios, los de la Revolución en primer lugar, están más que bien honradas, aunque los ideales de esos personajes incumplidos, y traicionados los acuerdos o planes que enarbolaron.
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