México, con fuentes de ingresos ``muy frágiles''
Antonio Castellanos Ť El presidente del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Tomás Ruiz, afirmó ayer que México tiene fuentes de ingresos muy frágiles y que la caída de los precios del petróleo lo colocan en una situación delicada. ``Estamos lejos de tener una condición fiscal favorable'', sostuvo.
Lo anterior, a pesar de que en 1997 hubo un incremento en la recaudación fiscal superior a los 30 mil millones de pesos, 10 mil de los cuales provinieron de auditorías. Las cifras preliminares de las autoridades hacendarias señalan que la recaudación en 1997 fue cercana a los 500 mil millones.
Según cálculos del presidente del SAT, la evasión fiscal habría descendido 20 por ciento, y anunció que este año se llevarán a cabo al menos 600 actos de fiscalización. Esto no quiere decir que necesariamente sean auditorías, que sólo se practican cuando hay indicios de un ``problema mayor''.
El funcionario habló primero al inaugurar el Seminario sobre Política y Reforma Fiscales para 1998 organizado por la Universidad Iberoamericana, y luego en improvisada rueda de prensa. Ante alumnos y académicos sostuvo que la orientación de la política tributaria hacia las finanzas públicas no es gratuita.
Dijo que la política fiscal debe asegurar una recaudación estable para mantener los niveles de ingresos que requiere un gasto público a la altura de las necesidades de la sociedad. ``Los avances que hemos logrado son notables y no sería prudente ponerlos en riesgo'', recalcó.
Ruiz pidió reflexionar sobre los riesgos implícitos que los mercados emergentes enfrentan en un escenario de libre flujo de mercancías y de capitales, porque después de alcanzar tasas de crecimiento altas, los países del sudeste asiático acusan serios problemas financieros que amenazan la estabilidad de los mercados internacionales.
En este contexto, agregó, México ha resistido los embates de la inestabilidad financiera global, si nos comparamos con otros países de la región, y ahora es más importante que nunca tener presente que un déficit público elevado incide directamente sobre la capacidad de crecimiento de la economía.
Por lo anterior, subrayó, el déficit público planteado para 1998 de 1.25 por ciento del producto interno bruto, busca equilibrar la necesidad de superar rezagos en materia social y de infraestructura, y evitar que el endeudamiento se eleve más allá de las previsiones económicas.