La embajada de EU coordinará aquí el rastreo aéreo antidrogas
David Aponte Ť El Centro de Inteligencia Antinarcóticos que opera en la embajada de Washington estará a cargo de la coordinación de los operativos de intercepción de naves sospechosas y de los sobrevuelos y aterrizajes de aviones estadunidenses en territorio nacional, según el documento operativo de la nueva estrategia bilateral antidrogas México-Estados Unidos.
El Information Analysis Center (IAC) podrá también agilizar con su contraparte mexicana los sobrevuelos de los aviones y el paso de barcos estadunidenses ``que participan en operaciones de seguimiento'' de naves sospechosas, indica el texto del plan que será dado a conocer este viernes en la cancillería.
La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Rosario Green, no ha ofrecido detalles al Senado del contenido de las nuevas disposiciones, que en la práctica dejan el control del espacio aéreo y marítimo mexicano a las autoridades antinarcóticos de Estados Unidos, en el terreno de la lucha contra las drogas.
Hasta el momento, la oficina encargada de la política exterior del país sólo ha entregado a los senadores un documento de la estrategia, con los 16 puntos de la nueva alianza antidrogas. Pero únicamente contiene generalidades respecto de elevar la cooperación en la materia.
En el borrador operativo, aprobado por las autoridades de México y Estados Unidos a finales de 1997, las partes mencionan la necesidad de aumentar la capacidad de los dos países en la intercepción aérea, marítima y terrestre de cargamentos de drogas ilícitas en sus respectivos territorios, y adoptar medidas adecuadas para mejorar la vigilancia en la frontera común.
``Cada país determinará los mecanismos para mejorar la flexibilidad y cobertura de las operaciones de intercepción marítima y aérea'', señalan en los objetivos.
Como líneas de cooperación, destacan el intercambio de información y estadísticas respecto de los resultados de la intercepción aérea, marítima y terrestre de drogas y personas detenidas, y el desarrollo de los mecanismos de intercambio de datos sobre nuevas rutas y métodos empleados para el transporte de drogas.
Posteriormente, desglosan los nuevas ámbitos de cooperación en materia de interdicción:
``Los gobiernos continuarán trabajando a través del Centro de Análisis de Información (estadunidense) y con la S-10 EMND (su contraparte mexicana) para mejorar la coordinación en lo que se refiere a sobrevuelos y reabastecimiento de aeronaves de Estados Unidos que participan en operaciones de seguimiento de aviones y embarcaciones sospechosas o ilícitas''.
Las autoridades establecerán sistemas de comunicación para facilitar la información en tiempo real, y mantendrán reuniones bimestrales para asegurar que los procedimientos establecidos son observados por los dos países, y así discutir los métodos utilizados por las cárteles de la droga, continúan.
Adicionalmente, las partes pondrán en marcha una red de inteligencia que les permita recolectar y distribuir información de los movimientos de las narcorganizaciones, individuos y cargamentos, para los organismos encargados de la intercepción en México y Estados Unidos, agregan.
El IAC (por sus siglas en inglés), unidad que tendrá a su cargo parte de la coordinación para la intercepción aérea y marítima, está ubicado en las oficinas de la embajada estadunidense en Paseo de la Reforma. El centro obtiene información de la DEA, el FBI, la Oficina de Control de Drogas de la Casa Blanca , la PGR y la fiscalía antidrogas mexicana.
De acuerdo con informes oficiales de las agencias antinarcóticos estadunidenses, la unidad desarrolla acciones de inteligencia respecto de los movimientos del narcotráfico. Los datos son proporcionados a las autoridades mexicanas, pero también son proporcionados, mediante mecanismos electrónicos, a la división de inteligencia del FBI en la ciudad de Washington.
Los datos son analizados por los expertos del FBI y, posteriormente, van de regreso a las autoridades mexicanas encargadas de la lucha antinarcóticos, ``para ayudar en las operaciones contra los grupos criminales'', indican.
En los reportes oficiales se precisa que la tarea del IAC ha dado como resultado la identificación de las principales figuras del narcotráfico y la incautación de cargamentos de droga. Por ejemplo, citan el decomiso de 10 toneladas de cocaína, transportadas en un tráiler, en abril de 1997.
El ICA tiene conexión con otros dos importantes centros de detección estadunidenses ubicados en la costa del Pacífico y en el Golfo de México. Las unidades provistas de radares tienen capacidad para monitorear cualquier movimiento de naves sospechosas desde la frontera mexicana hasta el cono sur.
De esa forma, el IAC --conectado al Domestic Air Interdiction Cordination Center de California y al Joint Interagency Task Force West de Florida-- proporcionará toda la información a las autoridades mexicanas sobre movimientos de aviones y embarcaciones sospechosas.
En los ámbitos de interdicción marítima y terrestre, en el documento de la estrategia bilateral se explica que las partes ampliarán sus redes de comunicación y la vigilancia en los puntos susceptibles de tráfico de drogas.
Los gobiernos determinaron ``incrementar el intercambio de información y la coordinación de las acciones de intercepción marítima, desarrolladas por cada país en su ámbito jurisdiccional, de acuerdo a lo establecido en las respectivas legislaciones nacionales, el derecho marítimo internacional general y los convenios globales aplicables a la materia'', se añade.
La nueva estrategia bilateral antidrogas será presentada hoy por la canciller Green y el procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar, en las instalaciones de la SRE, a unas semanas del proceso de certificación antinarcóticos del gobierno de Washington.