Mónica Mateos
¿Se imaginan a Angélica María como la Tina Turner mexicana? Es uno de los sueños que la exnovia de México no pudo cumplir: ser una cantante rockera heavy, ''pues no tengo la voz ni el feeling para hacerlo``.
Sin embargo, aunque ''no fui rockera de hueso colorado como intérprete, lo soy como público. Soy rocanrolera de corazón porque tuve la suerte de vivir el inicio en México de un movimiento internacional. Para que el rock surgiera tuvieron que suceder muchas cosas en el mundo, y es una corriente que aún no termina. La época que me tocó vivir fue una chiripa, y yo desgraciadamente fui y soy una cantante 'blanca`, nunca canté rock fuerte o pesado, hay que nacer con esa cualidad``.
Angélica María es toda dulzura aun cuando afirma que, en cuestiones musicales, siempre le ha gustado ''lo más grueso``. Recuerda que se inició como cantante de ''rock lento`` en 1962: ''empecé cuando estaba de moda el twist, un poquito después de Enrique (Guzmán), César (Costa) y Alberto (Vázquez), ellos desde los cincuenta cantaban rock... ¡Somos unos suertudos por haber nacido en esos años!
''Conocí a los Beatles en persona, en España, ¡fue la locura! Los fui a ver a la plaza de toros y pasaron junto a mí, los toqué, los saludé, les dije: felicidades; y yo babeaba. Las otras niñas se desmayaron, pero a mí en aquel entonces me gustaban más los Rolling Stones porque me gusta lo más grueso, lo más fuerte.``
No se puede fingir el talento
Angélica opina que este grupo ha permanecido vigente durante más de tres décadas ''porque el rock es rock, no se ha acabado. Por eso cuando nos juntamos los rocanroleros (Enrique, César, Alberto y yo) nos van a ver, les gustamos a las nuevas generaciones, los niños se saben 'Eddie, Eddie`. No lo puedo creer. Pero se las saben y les gustan porque el rock es un movimiento que no ha concluído; nosotros estuvimos en el principio``. Otro factor que ha hecho posible la larga vida de los Stones, agrega, ''es la autenticidad que los vuelve artistas para toda la vida, no desechables. Para ser artista hay que nacer artista, traerlo en la sangre, es la única forma. Es mentira que se pueda fingir el talento``.
Por eso, aquellos años fueron un sueño inolvidable para una de las personalidades más queridas dentro de la farándula mexicana: ''Era otra época. Ahora estamos en un momento difícil, hay mucha competencia desleal, hay mucha gente que no sirve y que estorba el paso de los que sí sirven. Estamos viviendo una época de lo más frívola, de lo más estúpida, desechable. Tiene que terminar para que vuelva lo bueno. Antes habían estorbitos, pero no tantos como ahora. Estamos en un momento peligroso porque hay tanta gente que no vale, que sale en la televisión o que graba discos. El público está creciendo, oyendo y viendo esas cosas, y entonces los gustos se van deformando. Yo crecí con los mejores y ¿qué pasó?, los medios les están dando en la torre a las generaciones nuevas con las cosas de mal gusto que se están haciendo. Los responsables de elegir qué se le da al público deberían de tener sensibilidad, cultura e inteligencia para apoyar a la gente que vale. Da mucho dolor ver que piensan que es más fácil lo fácil``.
Angélica María tuvo gran éxito en los años del boom rocanrolero en los sesenta con todo y que ella ''era la dulcecita, la buena. Incluso cuando interpreté canto nuevo o canción de protesta tampoco llegué a ser muy fuerte. A mí siempre me vieron como muy tierna para ser agresiva, aunque yo fui una adolescente que quería cambiar al mundo, me iba ir a cortar caña y todo eso, ¡de veras! Ya no seguí en el rock porque me volví baladista, luego grabé ranchero. He hecho de todo``.
Un regalo de Dios
''También pienso que el rock es más para jóvenes. Aunque si yo hubiera sido rocanrolera gruesa todavía seguiría en eso. Pero para mí no fue tan importante, era más romántica y me fui por ahí. Cuando empezamos yo no tuve el propósito de seguir en el rock para siempre, para mí todo fue como un regalo de Dios, porque yo nací artista, no empecé con el rock. Lo que más me gusta es actuar, pero si me pones en un show, lo hago. Soy actriz, cantando sé mis limitaciones, tengo un estilo determinado, tengo mucho sentimiento, pero no podría competir con una gran cantante, ni me atrevería.``
A pesar de la gran influencia de grupos extranjeros que hubo en la época del despunte del rock en aquel México de los años sesenta, Angélica María tuvo la ''suerte`` de toparse con Armando Manzanero, quien le dio algunos temas en español que la convirtieron en la niña buena del rocanrol: ''Tenía 17 años, era muy cotorra, me divertía muchísimo con mis compañeros, nos moríamos de la risa, fui una muchacha que corrió con mucha suerte. Era padrísimo viajar en las caravanas del señor Vallejo, íbamos de pueblo en pueblo. Ahí nos conocimos, nos quisimos, hubo el gran romance con Enrique Guzmán y la gran amistad entre todos. Me habría gustado ser rockera, como esas que dan patadas y tiran el micrófono, o cantar blues, onda Aretha Franklin o Tina Turner, ¡me habría encantado ser como ella!, pero no me puedo quejar porque grabé rock lento, lo que hoy se llama balada. Creo que grabé rock en español antes que muchos otros, empecé con 'Paso a pasito`, eso era rock lento. Después, al mismo tiempo que el rock en español, estuvo muy de moda la balada italiana, y grabé mucho rock lento italiano``.
Al enfrentar al público sesentero, a esos miles de rebeldes sin causa que hacían destrozos en los foros cuando se retrasaba el inicio de los conciertos, Angélica recuerda que se moría de miedo, ''antes de salir me ponía afónica, se me rompía el vestido, metía el tacón en un hoyo, me caía en la escalera, de todo me pasaba del puro nervio. Pero cuando salíamos al escenario y armábamos la locura, yo me sentía en otro mundo, fue una maravilla. Por eso digo que toda mi vida ha sido un sueño``.