Eleva Sagar en $95 millones la cifra de apoyos a caficultores
Angélica Enciso L. Ť El secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar), Romárico Arroyo Marroquín, afirmó que los recursos destinados al programa Alianza para el Campo-Café se incrementaron en 174 por ciento, al pasar de 92 millones en 1997 a 253 millones este año, y aseguró que en las regiones cafetaleras, ``que viven condiciones de rezago'', se requieren más apoyos, ``pero no todo se resuelve con recursos fiscales federales''.
El funcionario dio a conocer una nueva cifra sobre las aportaciones a este programa, que difiere de la presentada a los productores el 22 de enero, la cual era de 158 millones y ahora es de 95 millones más, y precisó que las distintas cantidades que se han mencionado ``han sido sumas de peticiones'', pero que el presupuesto no ha bajado.
Sin presentar el desglose del presupuesto para este rubro por entidades, ``ya que todavía no se tiene'', dijo que los beneficiarios serán 180 mil productores.
El programa de café del año pasado, en el marco de Alianza para el Campo, indicó, contó con 92 millones de pesos en los que se incluía lo relacionado con la producción de plantas, equipamiento rural, extensión y asistencia técnica, pero ahora en total se tienen considerados 253 millones, de los cuales 103 millones son para impulsar la producción del aromático.
Además, aseguró, no queda fuera el empleo temporal, ya que se le asignaron 80 millones de pesos; sin embargo, en la anterior propuesta tampoco estaba considerado.
``Se ha dado prioridad al café, por razones productivas y de exportación, pero sobre todo por razones sociales, ya que el programa atiende a un gran número de productores rurales; no se cubren las 700 mil hectáreas en que se produce el aromático, porque el programa se concentra en productores de menos de cinco hectá- reas'', agregó.
Dijo que las distintas cifras que se han manejado son resultado del ``proceso de presupuestación, que es muy abierto, y puede haber muchos ejercicios en el camino'', además de que ningún programa ``tiene un incremento como éste''.
En las regiones cafetaleras, que todos sabemos son de las más pobres del país, la cuestión económica es primordial, y si tomamos en cuenta que Alianza para el Campo cuenta con 8 por ciento -2 mil 600 millones de pesos- del presupuesto total de la dependencia, vemos que los recursos que se canalizan a este producto son mínimos.
-¿Qué expectativas hay para que esas zonas puedan desarrollarse?
-Es justo reconocer que la Alianza en conjunto tiene un incremento de 50 por ciento y no hay ajustes presupuestales. Dentro de ese paquete se da mayor prioridad al programa de café y podemos asegurar que se requieren más recursos. Coincidimos en que en esas regiones vivimos una situación de rezago; por eso el programa tiene alta prioridad; hay incrementos de esta naturaleza y esfuerzos de coordinación con otras dependencias.
``El año pasado se produjeron 116 millones de cafetos en viveros, este año se producirán 150 millones. Son programas de cobertura importante, no es un pequeño programa, es un gran programa, que tiene los instrumentos que los mismos productores han ido planteando. Ninguno de los programas de la Alianza es una receta de los funcionarios.
``No todo el apoyo se resuelve con recursos fiscales federales. A esa cifra se suman recursos de los estados, cada uno precisará la cifra en su momento, y los de los productores. A cada peso de la Alianza se suman dos pesos y la inversión se triplica''.
Importaciones inquietantes
-Las organizaciones cafetaleras desde mediados del año pasado informaron de que varias empresas industrializadoras del aromático, tenían la intención de importar café verde, que de acuerdo a la normatividad sanitaria no podría hacerse y finalmente esa adquisición se hizo, ¿Qué ocurrió?
-Hay dos tipos de política que se deben cuidar. Una es la estrictamente sanitaria, la cual es responsabilidad de la secretaría y ninguna de las normas se dejó de aplicar. En los casos en que hubo preocupación por los productores, los embarques estuvieron cuarentenados, vigilados en todo su trayecto para que no hubiera posibilidad de que el grano se quedara en el camino, no se violó ninguna disposición.
``Las importaciones siempre son inquietantes para un productor. Cuando son inoportunas o innecesarias, producen dos efectos: que se baje el precio o que se acumulen los inventarios. En el ambiente en general se sabe que los precios del aromático del año pasado fueron buenos y el seguimiento oficial de los inventarios nos llevó a uno de los más mínimos en los últimos años.
``El monto de las importaciones del año pasado con los cupos fue de 123 mil sacos, cifra que representa 2.4 por ciento de la producción nacional. Esa cantidad, ni por su magnitud ni por el efecto medible en precios ni en inventarios generó problemas, pero sí hay una preocupación que debemos atender concertando con los productores.
``El porcentaje en que se incrementó el precio el año pasado fue 29 por ciento. El valor de las exportaciones pasaron de 664 millones de dólares en 1996 a 858 millones de dólares.''
-¿La producción nacional no podía abastecer el mercado interno, sin tener que recurrir a las importaciones?
-2.4 por ciento en ningún mercado puede ser un porcentaje que afecte el mercado. Lo que tiene es un valor estratégico para fortalecer la mezclas de café. Las importaciones son de un grano más barato para hacer mezclas más competitivas en la industria. No descalifico la preocupación de los productores, pero los requisitos sanitarios que establece la norma se cumplieron a cabalidad. La Sagar lo único que debe hacer es ajustarse a leyes y atribuciones''.
-Los productores demandan una restructuración del Consejo Mexicano del Café, ¿Cómo va ese proceso?
-Hay un proceso de federalización, eso ha dado lugar a que los 12 consejos del café, que están en cada uno de los estados, sean un capítulo de la organización nacional, congruente con la federalización de los programas de la Alianza.
``El Consejo es un foro donde se examinan todos estos asuntos que preocupan, pero la aplicación de los programas se ha transformado. Si las organizaciones consideran y tienen propuestas para analizar cómo se debe fortalecer o transformar, en tanto que no vaya en contra de un proceso de descentralización, estaremos atentos a sus propuestas.
``El quehacer en la caficultura se ha transformado, hoy se ha descentralizado. Si los representantes de las organizaciones consideran que se debe dar una revisión adicional lo podemos hacer en tanto que seamos muy congruentes con el proceso que ha llevado la descentralización.''
-Los productores se han quejado de la dificultad para tener como interlocutores a los consejos estatales, dicen que ahí es difícil que sean atendidos. ¿Cuál es su opinión?
-En general en los programas de la Alianza los foros estatales son los que toman decisiones de qué hacer y cómo hacerlo; ahí esta la representación de los productores. Ahí no tengo opinión, lo que creo es que la descentralización que se ha dado en todos los programas de la Alianza es una orientación de acercar la decisiones y poner la administración de los programas en manos locales.