La Jornada 8 de febrero de 1998

Sigue el entre en la SSP pese al cambio de jefes: motopatrulleros

Raúl Llanos Samaniego Ť Efectivos del Agrupamiento de Motopatrullas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) aseguraron ayer que a pesar de los cambios de mandos policiacos en esta área continúa la corrupción y la exigencia del entre por parte de los jefes.

Al acudir a esta redacción para informar las irregularidades, los uniformados --que pidieron el anonimato ante las posibles represalias en su contra-- solicitaron la intervención del secretario de Seguridad Pública, Rodolfo Debernardi Debernardi. ``Pero no queremos que nos salga con que `denuncien compañeros', porque bien sabe lo que le pasa a uno cuando hace eso, mejor que instruya a la Contraloría Interna para que haga visitas sorpresa, pero realmente de sorpresa y entonces verá que no mentimos'', señalaron.

Dijeron que dos casos concretos es la venta de motocicletas de 3 mil a 5 mil pesos; es decir, el policía que quiera una de éstas tendrá que entrarle con los jefes. Otra más es que en el almacén de refacciones --que se instaló durante la época en que estuvieron comandados por los militares-- se exige desde 50 pesos por una caja de bujías hasta 500 pesos por una llanta, siendo que todo el equipo debería ser gratis.

Según los policías esta situación ya se comunicó no sólo al contralor de la SSP, sino también al jefe de Motopatrullas, segundo superintendente Joel Francisco Cues Sarquís; sin embargo, en el caso del almacén --que está a cargo del subinspector Francisco Pacheco-- siguen las anomalías.

Coincidieron en que su salario de por sí es bajo --de mil 200 a mil 500 al mes-- y ``si nos obligan a pagar refacciones u otras cosas en el agrupamiento, pues de dónde vamos a sacar el dinero. De nuestro salario nunca, pues no alcanzaría para mantener a nuestras familias. Entonces la salida que tienen muchos compañeros es entrarle a la corrupción''.

En este contexto, señalaron que dos policías fueron detenidos al ser sorprendidos cuando exigían 200 pesos a un particular y se les remitió ante la agencia 50 del Ministerio Público.

Mencionaron que hay mucha inconformidad pero el temor a represalias y malos tratos los orilla a callar, aunque dijeron estar dispuestos a colaborar con los altos mandos si es que realmente hay un ánimo de resolver esta situación.