Pablo Espinosa
Una tesis sostiene Perogrullo: ''el vigor inagotable, el clausulado secreto de su pacto con Mefistófeles, la fórmula cosmética que comparten --sólo en metáfora y sonido-- con Dorian Grey, el arrastre, el furor insaciado, el trazo de 35 años en la escena, la explicación de la vigencia de los Rolling Stones es una palabra, una vocación, una actitud ante la vida: el blues``.
Como Beakman, Perogrullo suele hacer experimentos de laboratorio bien sencillos y didácticos: pone a sonar en las bocinas del estéreo un viejo, muy viejo y entrañable disco donde el maestro Robert Johnson planta, en el epicentro de su Cross road blues, una piedra fundacional: ''Love in vain``. El mismo tren se escucha, si el mismo disco, en cuestión, ahora es ya no tan viejo como el de Robert Johnson: Let it bleed, donde la misma rola, ''Love in vain``, esplende en la guitarra de un maestro que ha confesado ser alumno de los negros: Keith Richards (hay un testimonio conmovedor en un video-homenaje al viejo Chuck Berry, Hail hail rock and roll). Por cierto, en la mandolina está el maestro Ry Cooder. Tal procedimiento se hace infinito si el escucha se somete a por lo menos, media hora de buen blues (Muddy Waters, John Lee Hooker, Howlin' Wolf, Robert Cry y Albert King, por poner un ejemplo) y degusta enseguida cualquiera de los discos de sus Satanísimas, encontrará los mismos riffs, las mismas invocaciones sónicas, giros similares, ataques idénticos, actitudes musicales dirigidas en la misma dirección.
Una personalidad propia
Esa materia sónica entablará su diferencia, por supuesto, en el ropaje, las casacas simbólicas que han hecho el resto del trabajo: el genio de Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts (tres fundadores sobrevivientes durante 35 años), Bill Wyman (retirado voluntariamente), Brian Jones (víctima del síndrome Stardome), Ron Wood y Mick Taylor (golondrino). Un surtidor de ideas musicales que tienen como epicentro el rythm and blues, incursiones aleatorias a las muchas vertientes del rock, pero siempre con una personalidad propia, un derrotero vigente.
Si el blues, en su forma clásica, está impregnado de las rolas más profundas de Sus Satanísimas (en especial las firmadas por Keith Richards, el alma de los Rolling Stones), en casi la totalidad de sus piezas hay un elemento dominante: el rythm and blues.
Un bautizo de aguas lodosas
Aventura Perogrullo: ''del siglo XX se hablará mucho, en el renglón de rock dos grupos encabezarán una lista extensible a placer, pero indiscutible en los nombres iniciales, póngase el primero, después el otro, no importa, pero el mundo se referirá a Los Beatles y a los Rolling Stones como las bandas líderes del siglo XX. Claro, Dylan, pero no es grupo; por supuesto, Pink Floyd, pero son posteriores a la consolidación de la cultura rock a principios de los sesenta, una vez abierto el camino del mercado por Elvis Pelvis y la distinguida legión de blancos que encontraron una mina de oro en la música negra de Estados Unidos.
''Nombre el lector una banda, tan sólo una, de rock formada por músicos negros y que tenga un nivel de popularidad, arrastre y permanencia, ya no digamos superior, similar al de los Rolling Stones. No hay. Bandas de negros maravillosas ha habido, pero en el blues, el funk, el soul y hoy en día en el rap.
Una buena manera de definir el rock and roll pudiera ser: dícese del proceso de agüerización y cotización consecutiva en el mercado mundial, de la música negra.``
Se acuerda Perogrullo de la cita obligada: ''el nombre de la Banda más grande del mundo proviene, al igual que una rolísima de su Eminencia Bob Dylan, de una canción del entrañable Muddy Waters, 'Rollin' Stone`, para quien esa figura poética era una constante en Manish Boy refrenda su declaración de principios: I'm a rollin' stone, y entona enseguida, rollin' and tumblin'...``
En una recuperación reciente, el disco Rock and roll circus, originalmente video filmado en 1969 para televisión, pero que nunca se transmitió y apenas hace unos meses empezó a circular en el mundo, Mick Jagger hace una declaración pública planetaria al anunciar la participación de maese Lennon en esa sesión histórica. Jethro Tull, The Who, Taj Mahal, et al. con su banda, The Dirty Mac (John Lennon, Eric Clapton, Keith Richards, Mitch Mitchell, ¡aleluya!). Jagger corona esa cumbre con la declaración: ''You are blues, John, you are blues``, y se suelta entonces Lennon con ese rololonón que también sirve para probar su hipótesis, ''Yer Blues``.
La discografía de Sus Satanísimas está llena de blues. Su primera grabación discográ-fica cumplirá en breve 35 años, ''Come on``, un cover de una rola de Chuck Berry, por si hubiera dudas a estas alturas de la genea-logía Stone.
En 1964 salió a la luz su primer, llamado entonces elepé, The Rolling Stones, seguido de The Rolling Stones, now!, con exquisito aroma rythm and blues y la guitarra slide de maese Brian Jones, quien fue la primera fuerza salvaje de la imagen definitiva de Sus Satanísimas. En adelante, la música de Susatas habría de exudar una sexualidad inequívoca: las fuerzas más tentadoras de la naturaleza humana volcadas en una forma cultural derivada de la música de los negros y que el siglo XX habría de nombrar, y para siempre, como cultura Rock. He ahí la aportación máxima de Sus Satanísimas, hacer planetario el sentido dionisiaco de la vida. El hedonismo como una actitud y una forma de vida. Cuánto placer debemos al blues, caracho.
Blús vestido de blús
Discos clásicos, Beggars Banquet (1968), Let it bleed (1969), Exile on Main Street (1972). Cada uno de ellos habla de la educación sentimental de varias generaciones meló-manas y son reflejo de sus momentos históricos.
La última década del siglo XX ha sido para los Stones consagratoria, Steel Wheels salió en el último año de los ochenta, pero fue en 1990 cuando lo hicieron sonar en vivo por todo el planeta. En 1994 publicaron Voodoo Lounge, entre cuyo material la última rola, ''Thru and Thru`` (debida al genio de Keith Richards), es uno de los más bellos himnos blusísticos que se hayan grabado en esta década. Enseguida, Sus Satanísimas dieron a luz una maravilla, Stripped (1994), con dos tics para la hipótesis de Perogrullo, ''Like a Rolling Stone``, con un ''gracias Bob`` a Dylan, y otro refrendo, ''Love in vain``. La más reciente entrega, Bridges to Babylon, no es, por supuesto, la excepción, al igual que en muchos discos, el rythm and blues es punto de partida para incursiones múltiples por muchos géneros, siempre alrededor de un concepto, una vocación, una raigambre, una actitud frente a la vida: el blues, blús, blúúúúúússss.