La Jornada Semanal, 8 de febrero de 1998
hete pues lo vocado traspasando la color
el menoscabo de una
impronta
los órganos casi heridos por lo que sufe
del raro verbo
que es sufir en vasto
aunque se sepa lo del límite
por la ley de
las tablas o el oráculo de la traba
con el tacto dante de
temblor
milagro se dirá si en el fondo no hay fondo
cuanto ese caliz brote
su olor al mayor
la huella salobre en la hoya y en el pliegue
la
marca ruda como tez harta de sima
sedicente y como a tientas del
despejo
de veredas que sí de veredas
pontífices hasta latir en otro sin que
estuche plácido
y venirse a ubre para destilar un vago zumo de
símbolos
un éter en la base y una nave en el avío
a riesgo de
insecto reiterando una malla
el talle insomne o envión de un cuerpo
parido como noche
fallida siempre terna del sentir:
sombra en la carne
eco
histérico en el nervio
latido en el signo pese a virgo
luego el
hacia dónde que punta en la lorma de una fe
claro contra claro
no mueve a nadie la prez para querer a
nadie
cierta muta efunde su estampida cual pecante
viatica hasta
con greda por martir ya el tacto ya el cubil
por avatar el viso de
un vitro que a sus anchas bruma
o verar el tajo de un fulgor a lo
hondo
inteligido porque exubera lo vertido
fin y quitar de pro entre cordes
inválido plenar las lindes con la
voz de
absurdo
La Jornada Semanal, 8 de febrero de 1998
Cuál sería el final, qué importancia tendría
Si el mundo, iluminado
por la luna del alba
Irrumpiera en todos los sueños,
Si fuera liberado el deseo que siempre está presente en ellos
Y
alcanzara no sólo la Tierra entera como
Pudiera esperarse, sino más
bien creciera
Como un deseo ensanchado, un deseo que anhelara siempre más,
algo
Así como una conclusión impensable, una satisfacción imposible
que
También crece y contiene en su apetito.
La elaboración y ampliación de su desesperanza,
Ese fondo oscuro
del crecimiento que advierte al placer
De desear que no habrá
satisfacción suficiente,
No puede haber señal alguna de satisfacción, ni siquiera
En estos
prados y aceras de plata para los cuales
El aire de la media noche a finales de octubre
Parece el único
acompañamiento posible. Sólo hay
Una insatisfacción mayor y
mayor. Sólo dientes
Que arrancan y roen. Todo siempre mayor y
Elusivo, con el peso del futuro que dice
Sólo soy lo que eres, pero
aún más.
Y tú, sin concederte un lapso
Para el agotamiento, buscas esta promesa porque
Es tuya, la pérdida
continua
Será toda tuya y sólo aumentará.
de Dark Harbor
Versión: Fernando Cantú Jauckens