La Jornada 11 de febrero de 1998

Blanco: inviable, gravar el consumo de refrescos; es un ``alimento básico''

Mireya Cuéllar y Ciro Pérez Silva Ť El gobierno no puede gravar el consumo de refrescos --como proponen algunos industriales del azúcar -- porque éstos son ``un alimento básico en nuestro país, de consumo generalizado'', y en ``muchas partes es la fuente única de calorías'', de líquido que puede ingerir un sector de la población sin riesgo de ``contraer alguna enfermedad'', señaló ayer el secretario de Comercio y Fomento Industrial, Hermino Blanco Mendoza.

Durante su comparecencia ante comisiones de la Cámara de Diputados, el funcionario discutió ampliamente con los legisladores el problema de la industria azucarera nacional, que la próxima zafra tendrá un millón 700 mil toneladas del dulce en bodega, mientras se importaron 496 mil toneladas de fructosa.

Diputados de todos los partidos, incluido el PRI, advirtieron al funcionario que si no se toman medidas para apoyar a los azucareros, podrían cerrar 25 ingenios con el consiguiente desempleo de 380 mil obreros en fábricas y en el campo.

Herminio Blanco les recordó que el gobierno ha tomado una serie de medidas para proteger dicha industria, entre ellas la de imponer cuotas compensatorias a la importación de fructosa proveniente de Estados Unidos, y les insistió en la necesidad de que se conviertan en una industria competitiva para el mercado internacional, como lo son ya las de Brasil o Colombia.

Además, les dijo, el precio que se paga en México por la caña de azúcar es uno de los más altos del mundo, y el valor de la producción de una hectárea de caña es tres veces superior al valor de la producción de una hectárea de maíz.

Maximiano Barbosa, diputado del PRD, le respondió que efectivamente la caña tiene mayor valor que el maíz, pero éste es un cultivo de cuatro meses y la caña de 18, ``se invierte tres veces más y de mano de obra son cinco veces más en caña que en maíz''.

También le demandó que no sólo pida a los industriales que sean competitivos en el mercado internacional, sino que primordialmente se cuide el mercado nacional, que consume 4 millones de toneladas del dulce.

Del lado del PRI, Ricardo Castillo solicitó que el gobierno haga un esfuerzo para que el mercado de Estados Unidos acepte comprar una mayor cantidad de azúcar --actualmente sólo acepta 25 mil toneladas, según lo acordado en el TLC-- y así solucionar el ``gravísimo problema de almacenamiento''.

El titular de la Secofi se comprometió entonces a que el gobierno insistirá ante Estados Unidos que México necesita y merece que su mercado le acepte una mayor cantidad del producto, y no esperar hasta el año 2000, cuando según lo acordado en el TLC, el vecino del norte aceptará 150 mil toneladas.

Sin embargo, una y otra vez insistió en que el mercado mundial debe ser también rentable para los ingenios mexicanos si es que las exportaciones se hacen de una manera organizada y ``el llamado costo de exportación se distribuye de una manera equitativa entre ellos''. Actualmente el azúcar se paga más barata en el mercado internacional que en México, y por ello los productores prefieren tener los excedentes en bodega.

Por lo que hace a la fructosa, el secretario les explicó que el arancel de exportación es de 12.5 por ciento, y que una de las razones por las que se importa es precisamente su alta competitividad, dado los elevados precios del azúcar en México; ``con un precio bajo en la fructosa y uno elevado del azúcar mexicana, la fructosa se hizo competitiva tanto como producción nacional como de importación''.

A lo largo de la comparecencia, Blanco corrigió los diversos datos que manejaban los legisladores sobre el tema, y con frecuencia los invitó a su oficina para, en reuniones posteriores, constatar cifras.

Finalmente, legisladores y funcionario acordaron establecer un grupo (formado por diputados, funcionarios de Secofi, industriales, organizaciones campesinas y de trabajadores de los ingenios ) que dé seguimiento al impacto que las distintas medidas gubernamentales están teniendo sobre la industria.

La Secofi pondrá en operación, en las próximas semanas, un mecanismo de monitoreo de las importaciones para ``reaccionar con más rapidez'' ante un posible incremento de prácticas desleales de comercio, consecuencia de la crisis asiática.

Esta medida, informó Herminio Blanco, forma parte de las acciones que realiza el gobierno para proteger el mercado interno y mantener la competitividad de los productores nacionales.