Estados Unidos, a la final de la Copa de Oro; 1-0 a Brasil
Ap, Los Angeles, Cal., 10 de febrero Ť Empujado por la actuación fenomenal de su arquero Kasey Keller, Estados Unidos logró esta noche una victoria histórica por 1-0 ante Brasil y avanzó a la final de la Copa de Oro de la Concacaf.
Rados Preki, quien ya había anotado el gol del triunfo ante Costa Rica en la ronda eliminatoria, marcó a los 64 minutos y le dio a Estados Unidos el primer triunfo de su historia ante Brasil.
Estados Unidos jugará el domingo con el ganador del otro partido semifinal entre México y Jamaica, el jueves, mientras que Brasil enfrentará al perdedor de ese choque, por el tercer puesto.
Los brasileños impusieron de entrada su ritmo con un medio campo que controló el balón, pero tuvo algunas dificultades para armar jugadas. Los sudamericanos que no contaron con Denilson y se quedaron tempranamente sin Mauro Silva, quien sufrió un tirón y tuvo que ser reemplazado por Doriva, dependieron de un trío que completaron Flavio Conceicao y Sergio Manuel quienes quitaron varias veces la pelota a Estados Unidos, pero sin aportar demasiado en la fase creativa.
El arquero Kasey Keller, que juega para el Leicester City, de la Liga Premier inglesa, atajó cuanta pelota parecía iba hacia adentro de su cabaña, incluyendo principalmente los disparos de Romario y Edmundo. Este fue el primer partido en que Keller apareció como arquero titular con el equipo estadunidense.
Por su parte, Rados Preki entró al minuto 59 por Roy Wegerle, quien también juega en Inglaterra y a los 64 minutos recibió un balón fuera del área que le envió Eric Wynalda, quien a su vez recibió un servicio del Chivo Lalas. Preki se abrió hacia su izquierda en una jugada, a la brasileña, quitándose a dos defensores y desde ahí, con la zurda, batió a Claudio Taffarel.
Los pocos, unos 15 mil espectadores que se dieron cita en el frío y húmedo Coliseo angelino aplaudieron la sagaz y habilidosa jugada de Preki.
Brasil contraatacó con todo y nuevamente puso en aprietos a Keller, quien volvió a dejar a Romario con las ganas de anotar a los 78 minutos, al desviar a tiro de esquina un disparo a quemarropa.