Asegura Debernardi que bajó 5% el índice delictivo en dos meses
Elia Baltazar, Raúl Llanos y Juan Antonio Zúñiga M. Ť No es posible ni lógico que en tan sólo dos meses y cinco días se hayan resuelto los problemas que por años se han gestado en una policía añeja y con vicios muy antiguos, manifestó ayer el secretario de Seguridad Pública de la ciudad de México, Rodolfo Debernardi, e informó que el índice delictivo en la capital del país disminuyó 5 por ciento en ese periodo.
Ante representantes de las cinco fracciones partidistas representadas en la Asamblea Legislativa del DF (ALDF), el titular de Seguridad Pública planteó directo y sin rodeos un diagnóstico de la corporación a su cargo, un programa trianual para combatir la delincuencia y la inclusión de la ciudadanía en los trabajos de transformación de la policía capitalina.
``Faltaría al respeto y a la verdad decir que la Policía Preventiva sola, aislada, sin organización, puede derrotar a la delincuencia cotidiana'', planteó al comparecer durante casi tres horas ante la Comisión de Seguridad Pública de la ALDF.
Puntualizó: ``Las políticas preventivas de seguridad son insuficientes y no se hace nada para reconstruir las buenas relaciones y la comunicación organizada de los barrios, los pueblos y las colonias. El medio perfecto para delinquir es una sociedad atomizada, encerrada y con una visión individualista de su propia seguridad''.
Su diagnóstico abarcó, por primera vez en un jefe policiaco, el ámbito sociológico. ``La delincuencia --precisó-- se extiende y aumentó, no sólo por el deterioro de causas económicas, sino también por el relajamiento y la debilidad del tejido social''.
Debernardi consideró que ``la reconstrucción del tejido social es el mejor antídoto contra un policía corrupto, pues el control y el llamado a sus responsabilidades no sólo lo tiene la autoridad al mando, sino también los vecinos en el territorio asignado para vigilar y prevenir''.
Señaló la necesidad de crear una legislación en la ciudad de México que garantice la participación de la ciudadanía en la transformación de la policía y en las tareas que ésta lleva a cabo para prevenir y combatir a la delincuencia.
``Creo que un complemento esencial de la política de seguridad pública es la nueva ley de participación ciudadana, donde la policía tenga tenga también representación en los órganos vecinales, tanto para opinar, como para aceptar propuestas y señalamientos y, sobre todo, para convertirnos en parte de la vida cotidiana de los vecinos. La ley de participación ciudadana requiere de la organización de los 2 mil 500 barrios, pueblos y colonias que existen en nuestra ciudad'', dijo.
El titular de la policía capitalina explicó el procedimiento que se siguió para designar a los 650 mandos medios y altos de esta dependencia; y expuso: ``Quiero ser claro: los elementos que están nombrados no tienen antecedentes para estar en la cárcel''.
Anunció que el organigrama de funcionamiento de la Policía Preventiva del DF será reestructurado para adelgazar las áreas, el presupuesto y los tramos de control innecesarios, ``que más que ayudar a dar efectividad a la policía entorpecen su actividad''.
El plan no es improvisado
En defensa de su proyecto de trabajo, el secretario de Seguridad Pública aseguró posteriormente en conferencia de prensa que su labor no es producto de la improvisación, ya que el estado en que recibió la dependencia lo obliga a tomar lo que existe, revisarlo, reformarlo y reconstruirlo, ``porque no podemos esperar a tener la policía ideal para poder caminar''.
Debernardi aclaró que, pese a las críticas, lo presentado ante los legisladores constituye el resumen de un plan. ``Di las estrategias, las líneas de acción y los periodos. Si eso no es un programa de trabajo, yo no sé que pueda ser''; y advirtió: ``Lo que pasa es que cuando manejamos asuntos de cáracter político con términos técnicos, podemos no querer entender''.
El titular de Seguridad Pública también abundó respecto del tema de la hermandad que, se afirma, existe dentro de la dependencia a su cargo, y dijo: ``Yo no conozco hermandades, sino una familia, que es la policía, aun con todo su deterioro. Pero si alguien tiene idea de dónde se encuentra esta figura, que me informen, porque yo la desconozco''.
El secretario informó que al recibir la dependencia, ``aproximadamente 29 altos mandos de la policía se ampararon o consideraron injusto el movimiento. Ante tales circunstancias, estamos cuidando mucho los cambios para hacerlos con la fundamentación necesaria para evitar los amparos''.
Debernardi aclaró también que sólo uno por ciento de los 26 mil policías operativos dio positivo en el examen antidopage, realizado en noviembre por las autoridades anteriores.