Gloria Trevi
el lado obscuro de la fama

Arturo García Hernández /I Ť Fotos: Maritza López Ť ``¡Yo fui el creador de Gloria Trevi y yo la voy a destruir!'' Los gritos de Sergio Andrade anunciaban otra de sus habituales explosiones. El motivo esta vez era que un periodista había escrito que la carrera de la cantante y compositora empezaba a declinar. Con el recorte del periódico sobre un escritorio, Andrade escupía su furia: ``¿Qué se ha creído ese cabrón?'' El único que podía decidir cuándo y cómo terminaría la carrera de la Trevi -alegaba- era él, Sergio Andrade Sánchez, su representante y descubridor. Nadie más.

Aquel día, Erika Morín se encontraba en la tienda de souvenirs de Gloria Trevi, instalada en la casa de dos plantas del número 19 de la calle José María Iglesias, a tres cuadras del Monumento a la Revolución. Seguidora a muerte de la Trevi, Erika se había hecho amiga y ayudante de Miguel Angel Aparicio, encargado de la tienda y presidente del club oficial de fans El Ultimo Beso.

En la parte superior del inmueble estaba una de las tres oficinas que Andrade tenía en la ciudad. Aparicio había subido a mostrarle la nota del periodista. El acceso a la oficina era laberíntico, pero los exabruptos de Andrade retumbaron en todo el local.

Quienes trabajaban en la tienda y en la oficina estaban acostumbrados a sus arrebatos, pero nadie deseaba estar frente a él en esos momentos. Menos contradecirlo. Sabían que a menudo sus enojos derivaban en violencia.

Poco después, una de las contadas ocasiones en que Andrade permitía a los fans conversar a solas con Gloria, Erika la notó extraña: ``Tenía una mirada muy triste, hablaba poco, no reía y decía las cosas de una manera muy melancólica. No era la de siempre'', apuntó.

Alguien entre el grupo de fans le preguntó:

-¿Qué tienes, Gloria, qué te pasa?

La autora de Pelo suelto se quedó mirando a sus interlocutores y tras un breve silencio musitó:

-Ay, chavos, si yo les pudiera contar...

``Nada más vimos cómo se le humedecieron los ojos y agachó la cabeza. No quisimos insistir. Yo sólo le dije que no olvidara que la queríamos mucho, que era muy especial para nosotros, y que pasara lo que pasara, nunca, nunca, la íbamos a dejar sola'', dice Erika.

En el mar de anécdotas que Erika tiene de la Trevi, ambos incidentes emergieron como los primeros avisos de que algo hasta entonces indescifrable le ocurría. En la medida en que convivía con personas de un modo u otro cercanas a la cantante, Erika descubría situaciones que le resultaban cada vez más alarmantes y perturbadoras: ``Sergio golpeaba a Gloria, la dejaba sin comer y no le permitía ver a su familia ni hablar con nadie sin su permiso''.

Los gritos del silencio

Hace más de un año que Gloria Trevi se mantiene alejada de las cámaras y los escenarios. Sus últimos conciertos los dio en marzo de 1996, en el Auditorio Nacional. En televisión apareció por última vez el 3 de enero de 1997, al concluir las transmisiones de XETU Remix, el programa que marcó su retorno a Televisa, después de un periodo de tirantez.

Inicialmente, parecía que se trataba de un breve descanso, después del cual la Trevi cumpliría el resto de los compromisos a que la obligaba su nuevo contrato de exclusividad con Televisa. La televisora informó que en marzo de 97 la cantante estaría de regreso con un programa nuevo. Pero la fecha anunciada se pospuso y la nueva fue aplazada una y otra vez.

El retiro se prolongaba y las explicaciones empezaron a resultar cada vez menos convincentes. En BMG Ariola, disquera con la que Gloria Trevi ha grabado seis de sus discos, no sabían nada sobre su paradero. En las oficinas de Sergio Andrade nadie tomaba las llamadas. Y este año, por primera vez desde 1992, no se publicó el controvertido y esperado Trevicalendario. ¿Qué pasaba?

El silencio empezó a llenarse con rumores y especulaciones de toda índole, profusamente difundidos por los noticiarios amarillistas de la televisión y los programas y columnas sobre chismes de la farándula: ``Gloria está secuestrada'', ``Se metió a un convento'', ``La vieron en Rusia'', ``Entró en una secta narcosatánica'', ``Está embarazada'', ``Se suicidó''.

En ese contexto, la de Erika es una de las voces de un coro desarticulado pero insistente, cada vez más amplio, que sostienen que el ya prolongado retiro de la cantante no es voluntario. Por encima de los rumores, han empezado a aflorar testimonios de fans (los más activos), ex colaboradores y ex compañeros de trabajo de Gloria Trevi, amigos y periodistas que revelan una faceta insospechada de uno de los fenómenos más originales y polémicos que ha dado la industria del espectáculo mexicano en los años recientes.

De un modo u otro, abierta o sesgadamente, todos apuntan a un hecho: Gloria Trevi sostiene con Sergio Andrade una relación anómala, marcada por el chantaje, la manipulación, el maltrato físico y las amenazas. Es decir, la trayectoria de ``la vocera de una generación'' (palabras del escritor Carlos Monsiváis, en su libro Los rituales del caos) ha transitado por dos caminos paralelos y contrastantes: uno, el más conocido, luminoso, de triunfos y reconocimientos, y otro sinuoso y oscuro, inexpugnable.

No se trata de preocupaciones infundadas.

Entre el chisme y la denuncia

Uno de los testimonios más contundentes sobre el lado oscuro de la fama de Gloria de los Angeles Treviño Ruiz se localiza en Aline. La gloria por el infierno, un libro a punto de publicarse, escrito por el periodista Rubén Aviña a partir de una serie de entrevistas con Aline Hernández Ponce de León, ex corista de Gloria Trevi, de trayectoria efímera como solista, y actual actriz de Televisión Azteca. En el libro, dividido en 25 capítulos, Aline da cuenta de los abusos y humillaciones que soportó con tal de cumplir un sueño: alcanzar la fama como actriz y cantante. Y Sergio Andrade aparece en el centro de la historia, al principio como el productor y promotor cuyo genio y creatividad garantizaban el logro de la tan ansiada fama. Pero en el transcurso del libro ese hombre amable y carismático se desdobla en un ser autoritario, violento, siniestramente inteligente, inseguro y magalomaniaco a un tiempo: auténtica encarnación del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Gloria Trevi se asoma en el libro de Aviña como una presencia al margen, pero siempre atenta a cumplir hasta el mínimo capricho de Andrade. Es una Trevi irreconocible: dócil y taciturna, apagada, sujeta incluso a las órdenes de las ayudantes de Andrade, un séquito de adolescentes que combinan labores secretariales con la de guaruras encargadas de vigilar cada paso que dan las estrellas del grupo. Fue Gloria Trevi quien descubrió a Aline un día que ésta había ido, en calidad de fan, a tratar de ver al baladista Pablito Ruiz a la entrada de un estación de radio en la que el cantante se iba a presentar. Ahí la vio Gloria y la abordó. Le contó Aline a Rubén Aviña:

``-Hola -fue lo primero que me dijo, muy sonriente-. ¿Sabes qué? Te estuve observando desde mi coche y... bueno, lo que pasa es que tengo una escuela y ando buscando niñas para lanzarlas como modelos... Modelos juveniles.''

Ahí empezó su descenso a los avernos. En Aline. La gloria por el infierno, Aviña describe una ocasión en que fue a entrevistarse con Sergio Andrade, quien lo había invitado a asociarse en un ``deslumbrante y apantallador negocio: una agencia tipo `neoyorkina', a todo lujo y de lo más completa, para manejar artistas y darles todos los servicios, `como nunca antes se ha hecho en México'. El como representante y yo a cargo de la imagen de esos artistas''.

Durante la entrevista, Aviña, quien ya antes había trabajado con Andrade, se percató de algo que lo descontroló y distrajo: ``Debajo del escritorio de Sergio había alguien... Alguien sin identidad, sin voz, sin presencia... Un fantasma. Pero alguien. ¿Quién sería y qué hacía allí? (...)''

La ``mentada agencia'' -escribe el periodista- nunca se hizo: ``Sergio y yo perdimos contacto. Pasaron los años y, en 1995, por azares del destino, un día en la oficina de unos amigos, me encontré a Aline''. El no la conocía pero ella a él sí:

``-Yo ya te conocía, Rubén. te conocí hace años. Pero no vi tu cara. Nada más escuché tu voz. Bueno, también vi tus zapatos... Fue una vez que estuviste con Sergio Andrade, en su oficina, cuando hicieron planes para montar una agencia `neoyorkina'... Yo estaba oyendo todo. Yo era ese alguien que estaba debajo del escritorio de Sergio, castigada, escribiendo un millón de veces: `No debo decirle mentiras a Sergio Andrade'...''

El testimonio de Aline, los perfiles que presenta de Andrade y Gloria, corresponden, por momentos con gran precisión, a los ofrecidos en entrevistas separadas por otras personas que por razones de trabajo han tenido acceso a esa zona oscura de la carrera de Gloria Trevi.

La denuncia de Aline sólo tiene una desventaja: su relación profesional con Televisión Azteca. Cuando Gloria Trevi firmó contrato de exclusividad con Televisa, la televisora de Ricardo Salinas Pliego señaló que ya entonces la autora de Dr. Siquiatra tenía firmado otro con ellos. Concretamente, en el programa Ventaneando que conduce Paty Chapoy fue acusada de ``mentirosa, irresponsable y convenenciera''. En respuesta, Trevi dijo que se trataba de una campaña de desprestigio provocada por su decisión de regresar a Televisa.

Por eso el libro de Aline puede ser visto como una prolongación de esa ``campaña de desprestigio'', más si se toma en cuenta que Chapoy es la autora del prólogo.

Independientemente de que Gloria Trevi pasó a ser carne de cañón en la guerra que sostienen Tv Azteca y Televisa, lo innegable, de acuerdo con el resto de los testimonios, es que la cantante y compositora atraviesa por una situación difícil en extremo.

En tanto, Jorge Eduardo Murguía, vicepresidente de producción de Televisa, afirma que el contrato con la cantante está vigente en todos sus términos, que la relación entre las partes es óptima y que la también compositora cuenta con el apoyo absoluto e incondicional de la televisora. Tal es la posición oficial de Televisa.

En tanto, una información de primera mano ha sido proporcionada a La Jornada: Gloria Trevi se encuentra sometida a un tratamiento de desintoxicación en Oceánica.


El próximo domingo 15 de febrero, Gloria Trevi cumple años. Para festejar, el Club Aurora de fans de la cantante y la Subdelegación de Cultura de Iztapalapa han organizado el foro Gloria Trevi: mito y realidad. Discusión académica sobre el fenómeno Trevi y la tradición del amor. Las actividades comenzarán este viernes a las 11 horas en la Casa de la Cultura del Fuego Nuevo, sita en Comonfort 43, Barrio de Santa Bárbara, a media cuadra de la estación Iztapalapa del Metro.

Se presentarán un par de ponencias y serán exhibidos, entre otros, los videos Nuestro angel de la guarda, de Sergio García; Siguiendo a Gloria Trevi, de Jorge Gama, y Profeta en su tierra, sesión de videos grabados de la televisión regiomontana. El sábado las actividades también empezarán desde las 11 horas. Entre éstas destacan La Trevi, el sida y un video y Las canciones de Gloria y los símbolos sexuales. El domingo, la escritora Elena Poniatowska y el antropólogo Jaime Litvak disertarán sobre ``la situación actual de Gloria''.

Además de las actividades mencionadas, se efectuarán dos conciertos de rock, habrá un show de imitadoras de Gloria Trevi, y en el Auditorio Quetzalcóatl se proyectarán las tres cintas protagonizadas por la artista: Pelo suelto (Pedro Galindo III, 1991), La papa sin catsup (Sergio Andrade, 1995) y Zapatos viejos (Sergio Andrade, 1992).

El motivo de los festejos también es el tercer aniversario del Club Aurora, que preside Erika Morín.