Rafael Montiel Ť El miércoles 11 de febrero parecía un día normal en la vida del cantante Daniel Riolobos hijo.
Esa noche tenía que cantar en el bar La Rencorosa, en Insurgentes 1544, establecimiento donde actuaba desde el pasado 3 de febrero. Llegó puntual, se preparó, pero nadie imaginaba lo que minutos después sucedería.
A las 23:15 horas sintió dolor en el pecho, por lo que de inmediato se dirigió a la terraza y solicitó a Tomás Riande, dueño del lugar, un mantel para recostarse. Aun en esas condiciones mostró preocupación por no poder complacer a unas 40 personas que en ese momento se encontraban en el bar. Instantes después repitió una y otra vez: ``Ya no aguanto'', por lo que se pidió el apoyo de una ambulancia. El final estaba cerca. Sus últimas palabras: ``Vamos al hospital Santa Elena''.
Los paramédicos le dieron los primeros auxilios, lo subieron al vehículo y, al momento de arrancar, la ambulancia rompió el lazo que sostenía una manta en la que se anunciaba la presentación estelar de Daniel Riolobos, el próximo 14 de febrero, en ese mismo sitio. La manta quedó en el piso.
El hijo del conocido cantante argentino del mismo nombre ya no aguantó. Murió de un infarto masivo antes de llegar al hospital. Era la media noche.
Riolobos, que contaba con 38 años, fue un bohemio de corazón, ``un intérprete que cantaba por gusto y cantaba bien'', como dijo Marco Antonio Muñiz, presente en la capilla ardiente. A pesar de su larga trayectoria, Daniel Riolobos nunca grabó un disco, pero sí compuso canciones como la que dedicó a su padre.
Sus restos fueron velados en la funeraria Gayosso de Félix Cuevas, y posteriorment incinerados en el Panteón Español. Le sobreviven su esposa, la señora Sonia Villarreal, y sus hijos Gabriel, Daniel y Adriana, de 22, 11 y 9 años de edad, respectivamente.