La Jornada 17 de febrero de 1998

Panistas y perredistas, por crear el estado 32; desinterés priísta

Daniela Pastrana y José Galán ¤ En el marco de la reforma política capitalina, ayer de inmediato se definieron posturas: el PRI en contra del estado 32, mientras que el PAN y el PRD llamaron a la construcción definitiva de la democracia plena mediante la conversión del Distrito Federal en una entidad más de la República.

Aparte de esa discusión central, en el primer encuentro gobierno y partidos --incluyendo al PVEM y al PT--, se acordaron tres ejes para la reforma política citadina: la ley de participación ciudadana; la ley electoral local, y la organización jurídico-política de los órganos de gobierno del DF, reforma que, dijo Rosario Robles Berlanga, debe salir por consenso, debe ser ejemplar y en donde las propuestas de la ciudadanía deben tener un lugar destacado.

Manuel Aguilera Gómez, líder capitalino del PRI, subrayó a la salida que su partido no está interesado en convertir a la ciudad de México en el estado 32. ``Eso para nosotros no está a negociación. No es de nuestro interés'', insistió.

Para Gonzalo Altamirano, del PAN, y Armando Quintero, del PRD, resulta importante crear el estado 32 como un reflejo de la democratización plena de la capital del país, aunque coincidieron en que primero se deben desahogar los temas de participación ciudadana y la reforma electoral, además de los códigos Civil y Penal.

Para Sara Isabel Castellanos, del PVEM, se debe instaurar la segunda vuelta electoral en los comicios para jefe de gobierno de la Ciudad de México, ``porque queremos que sea mínimo el 50 por ciento de votación''.

Para el Partido del Trabajo, dijo José Narro Céspedes, es importante además de la democratización plena impulsar reformas a las leyes sobre la administración pública local, ``para combatir con firmeza la corrupción y la inseguridad pública''.

Altamirano insistió en que la creación del estado 32, ``o como quieran que se llame, no se puede minimizar'', ya que el PAN considera que en el tema genérico de la organización político-jurídica del DF, se debe abarcar necesariamente, pero no únicamente, la creación del estado 32. ``El hecho de que el PRI no esté de acuerdo, bueno, esa es otra cuestión'', añadió. ``Pero si en ese tema no hay consenso tampoco vamos nosotros a parar la mesa de la reforma política''.

La creación el estado 32 ``no es una idea maximalista, sino solamente el derecho constitucional que nos asiste a los capitalinos, que ya se debe reconocer plenamente'', afirmó por su parte el líder perredista.

Pero fue Aguilera Gómez el eje del debate.

--¿En realidad el PRI teme que el estado 32 reste facultades al Presidente de la República en la capital del país?

--Pero, ¡por favor! Actualmente el jefe de gobierno tiene más facultades que cualquier gobernador.

Entre bastidores

Adentro, además del asunto del estado 32, otro acaparó la atención de los asistentes: el rechazo a la participación de la Asamblea en las negociaciones de la reforma. En el primer caso, el PRI fue tajante en la negativa y, en el segundo, se trató de otra propuesta priísta --avalada por los dirigentes del PT y PRD--, que no prosperó. Trascendió que tras la primera intervención de la secretaria de Gobierno, Quintero presentó un documento en el que plantea la posición del PRD de incluir el estado 32 en la discusión.

La propuesta fue avalada en lo general por Altamirano y Narro pero, en su turno, Aguilera fue determinante en el rechazo.

Argumentó: es un tema constitucional y no sólo involucra a la ALDF, sino a los congresos de los estados. El priísta planteó ``ser prácticos'' y no discutir los puntos en los que de antemano se sabe que no habrá consenso.

Robles Berlanga aceptó que los asuntos de carácter federal se dejen para el final de la agenda, en tanto que el líder de la Asamblea, Martí Batres, insistió en que la reforma incluya un escenario local, con las leyes electoral y de participación ciudadana, y otro federal, de reformas constitucionales.

Altamirano destacó que el estado 32 ``no puede minimizarse'' y que, ``llamado como fuera'', es absurdo no incluirlo como tema fundamental en la instalación de poderes plenos en la ciudad y la creación de órganos colegiados con facultades de cabildos. El panista pidió ``no entramparse en polémicas''.

Más adelante, la discusión se centró en los protagonistas de la reforma. El priísta planteó que sólo participaran los partidos, propuesta que fue avalada por Quintero y rechazada por Batres. Altamirano fue claro en que la Asamblea debe participar, y planteó dos posibilidades: una, dos representantes por partido, o que fueran los presidentes de cada partido y Batres, en su calidad de líder de la Asamblea. Se concluyó que fueran dos.

Al término de la reunión, Robles aseguró que el gobierno del DF ponderará el consenso en las discusiones. Dijo que ``hay aspectos que tienen que consensuarse independientemente de las reformas constitucionales''.